Tallín, capital de Estonia.

Tallín, capital de Estonia.

Actualidad gastronómica

Un bar de vinos, un estrella Michelin, un restaurante medieval y una coctelería: dónde comer y beber en Tallín

Entre torreones medievales y edificios de herencia soviética, la capital de Estonia sorprende por su vanguardista oferta cultural y gastronómica. 

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Tallin sorprende por sus muchas caras. Desde su ciudad medieval, Patrimonio de la Humanidad, con calles empedradas y arquitectura gótica, conservada e integrada en su más reciente pasado soviético; su interesante oferta cultural; sus paisajes infinitos y su vibrante panorama gastronómico, la capital de Estonia presenta mil y un atractivos para visitarla y descubrir su magia. 

No es casualidad que nada más aterrizar te reciba el lago Ülemiste, aunque lo entenderás mejor si eres de los que cree en las leyendas. Esta, que comparte la guía de turismo estona Katri Kulm, cofundadora y directora ejecutiva de Taste & Feel Estonia, cuenta que esa agua pertenece a las lágrimas derramadas de Linda, personaje mitológico del país, que lloró la muerte de su esposo Kalev, desde la colina donde se forjó la ciudad, a escasos kilómetros del aeropuerto. 

Ella es la misma que te da la despedida desde el vestíbulo de salidas cuando es hora de partir. Aunque no hay prisa en hacerlo, en este país hay entretenimiento para rato. Lo sabe bien la pareja de aventuras (en lo laboral y lo personal) de Katri, el canario Gersom Arbelo, que hace años convirtió Tallin en hogar y suma anécdotas al recorrido. 

Hay que conocer su historia, una tejida por muchos hilos, conquistas, invasiones y divisiones, que ha desembocado en una cultura entramada de la que sus ciudadanos sacan pecho al haber llegado donde están, viviendo de donde vienen: "esto ha cambiado mucho en 20 años", hace apenas 30 salían de una desmembrada URRS.

También hay que conocer su paisaje, uno que carece de montañas pero cuyas llanuras y bosques esconden misterio y mucha aventura. Y, por supuesto, su gastronomía, cruce de estos dos previos elementos. Son recolectores por naturaleza y los destilados, motor económico del país en siglo XVII, son parte de su ADN. 

Café Maiasmokk

Cafe Maiasmokk.

Cafe Maiasmokk.

A pocos pasos del ayuntamiento se encuentra el café más antiguo de Estonia. Llevan sirviendo desayunos y meriendas desde 1864 y son conocidos por su chocolate a la taza, pero también por su taller de elaboración de mazapanes que te recibe a la entrada.   

Lore Bistroo

El interior de Lore Bistroo y algunos de sus platos para compartir.

El interior de Lore Bistroo y algunos de sus platos para compartir.

En Port Noblessner, su pasado industrial está dando paso un moderno barrio que antaño fue un astillero de submarinos. Es hogar del único restaurante con dos estrellas Michelin de Estonia, pero también de Lore Bistroo, un local con sello Bib Gourmand más que recomendable.

Su espacio es amplio, acogedor y con mucho encanto, su carta perfecta para compartir, compuesta por platos que son un canto al comfort food, con elaboraciones sencillas inspiradas en sus viajes por el mundo y una despensa que pone en valor lo local. 

Põhjala Brewery

Põhjala Brewery.

Põhjala Brewery.

A pocos metros encuentras la cervecería Põhjala, un plan sin fisuras que combina cerveza artesanal con un ambiente animado. Aunque su proyecto arranca en 2011, es en 2016 cuando se instalan en el edificio actual, donde antiguamente se guardaban los motores de los submarinos que se construían en la zona.

Cuentan con los tanques de fermentación más grandes de Estonia. Elaboran 14 cervezas nuevas al año y otras de colaboraciones que suman en total 55 a su catálogo. "Algunas de ellas son edición limitada, se hacen y no vuelven a aparecer", cuenta Liisi Liir, encargada de las visitas y la tienda de Põhjala, donde organizan hasta 7.000 visitas guiadas al año y están presentes en 40 países

Degustación de algunas de las cervezas que elaboran en Põhjala.

Degustación de algunas de las cervezas que elaboran en Põhjala.

Después de dos años consiguieron crean un espacio donde la gente disfruta cada visita. En la planta superior de la fábrica encontrarás la cervecería-restaurante donde degustar muchas de sus cervezas, pero esto no es sorpresa. Sí que lo es la sauna con la que cuentan y se usa con frecuencia, lo que convierte en única la experiencia.

Barbarea

Barbarea y su cordero con achicoria.

Barbarea y su cordero con achicoria.

Ubicado en la antigua fábrica de Põhjala, en uno de los barrios más en auge de la ciudad, este popular espacio funciona como obrador de día y bistró de noche. Su carta no es muy extensa, pero sí interesante y se construye con platos estacionales para compartir, que parten de una despensa en su mayoría ecológica, como el cordero que procede de la granja Hallimäe. También es recomendable el filete de venado con salsa de pimienta o la trucha con salsa holandesa y apio nabo.

"Nos tomamos muy en serio el trabajo con agricultores ecológicos locales y pequeños productores, y utilizamos lo que nos dan las estaciones". Completan su propuesta con una buena selección de vinos naturales, orgánicos y biodinámicos. Por su puesto, sus panes y repostería, no faltan en la mesa, lo tienen tan fácil como subir las escaleras. 

Bar Rara 

Bar Rara.

Bar Rara.

Justo en el local contiguo, Barbarae abrió el pasado junio su bar de vinos. La bodega comparte la misma filosofía que reina en su casa madre, referencias que apuestan por la viticultura natural, orgánica y biodinámica y que proceden de latitudes más al sur de la que presenta el local. En Estonia, por el momento, los vinos no están a la altura de las expectativas, se elaboran en su mayoría de bayas silvestres e incluso ortiga, pero su consumo no es tan extendido.   

Aquí encontrarás una pequeña carta con 'tapas' para compartir con algún que otro guiño a España con la gilda o el cheesecake vasco. Platos sencillos para picar como el crudo de hamachi o quesos como la burrata con romesco. 

Sigmund Freud Bar

Sigmund Freud Bar.

Sigmund Freud Bar.

Como haría el padre del psicoanálisis, los artífices de la propuesta de esta ecléctica coctelería tratan de 'jugar' con tu mente y descubrir por dónde tira tu estado de ánimo y personalidad. Su carta con un original diseño pop art te guía a través de cócteles con 'temperamento' de ocurrentes nombres como el Lipstick (pintalabios), con tequila Olmeca Altos Plata, licor Caraway, miel de flor de hibisco, lima y clara de huevo. 

RØST Bakery

Los bollitos de cardamomo de RØST.

Los bollitos de cardamomo de RØST.

A pocos pasos del casco antiguo, el barrio de Rotermann es un ejemplo perfecto de cómo Tallin ha transformado su pasado industrial en un futuro moderno y cosmopolita. Entre edificios de diseño que mezclan acero y piedra caliza, encontrarás restaurantes y bares que son todo un referente.

Que cueste entrar a rost a primera hora de la mañana denota la fama del lugar. Además de un rico specialty coffee con granos que proceden de los mejores microtostadores de Estonia, preparan interesantes sándwiches y sirven la mejor repostería de la ciudad. Ese aroma a cardamomo que impregna los bollitos que hacen diariamente será el mejor de los perfumes que puedas ponerte. 

R14

El bar de R14 y su ensalada de pato.

El bar de R14 y su ensalada de pato.

También en Rotermann, doblando la esquina, este bar de vinos ocupa lo que fue una antigua central eléctrica. Combina un ambiente rústico e industrial con una oferta gastronómica mediterránea escueta pero diversa, con platos estupendos para compartir, como su ensalada de pato confitado, pomelo y piñones o la vieira con alcachofa de Jerusalén, salsa Béarnaise y huevas de trucha.

Su bodega de vinos, a la vista en la entrada, y su cerveza artesanal lo convierten en una parada ideal para el almuerzo. Su carta de bebidas es sin duda más extensa que la de comida, tienen unos cuantos vinos por copa e incluso una buena selección de cócteles que merece la pena probar. 

Noa Chef’s Hall

El chef Roman Sidorov presentando uno de los pases que dan comienzo al menú.

El chef Roman Sidorov presentando uno de los pases que dan comienzo al menú.

A unos 20 minutos de la ciudad, con posado en la bahía, se ubica el restaurante Noa. En su interior, una puerta casi camuflada en el ropero de la entrada conduce al interior de su gastronómico Noa Chef's Hall, el primer restaurante con estrella Michelin de Estonia

Nada más entrar, en el recogido salón que queda a mano derecha, con un gran ventanal que da a la bahía, suceden los aperitivos que arrancan el menú. Unos pasos más adentro, el resto del restaurante, con una diminuta cocina abierta que forma parte de la experiencia, más aún si tienes la suerte de tomar asiente en la Chef's table. 

Con Roman Sidorov al frente, trabajan un único menú de seis pases donde siempre tiene presencia un producto local, pero permanecen siempre abiertos a la creatividad del chef. 

Cocktail bar Whisper Sister

La barra de Whisper Sister y dos de sus cócteles.

La barra de Whisper Sister y dos de sus cócteles.

Escondido en el corazón de Tallin, este speakeasy que anteriormente fue un scape room, toma su nombre de las mujeres que regentaban los bares clandestinos de la época de la Ley Seca.

Con diferentes rincones y atmósferas, también en la lista de recomendaciones de The World's 50 Best, cuentan con un amplio abanico de destilados de lo más inusuales así como licores con los que preparan cócteles de autor o interpretan clásicos como el Negroni, como el Whisper of love, algo menos amargo y más fragante.  

Olde Hansa

Uno de los salones de Olde Hansa.

Uno de los salones de Olde Hansa.

Lejos de lo que pueda parecer una turistada, Olde Hansa es parada obligatoria si deseas viajar en el tiempo y descubrir cómo vivían los locales hace cuatro siglos. Ocupa una antigua casa de comerciantes de tres pisos donde se distribuye el restaurante, aunque también cuentan con una tienda donde comprar artesanía, licores y otros productos típicos de la época.

Emmanuel Ville, chef de Olde Hansa.

Emmanuel Ville, chef de Olde Hansa.

Su esencia se ha mantenido prácticamente intacta, la poca luz que se cuela por las ventanas se mezcla con la de las velas que iluminan la sala y las paredes dibujadas con escenas icónicas del viejo mundo. Cuenta su chef Emmanuel Ville que la grasa o técnicas como el marinado o el confitado sustituyen al aceite para cocinar y solo utilizan el fuego. En su carta disponen de alimentos y recetas que se consumían en el pasado, por eso no faltan especias, encurtidos, patés, embutidos, pero también contundentes platos de carne como el codillo