
Un investigador manipulando una planta de marihuanna.
El lado oscuro de la legalización del cannabis: la esquizofrenia se multiplica y hay mayor riesgo de muerte prematura
Un estudio realizado en Canadá muestra que han aumentado en un 270% los consumidores que necesitan atención hospitalaria.
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El debate sobre la legalización del cannabis es un tema que surge periódicamente. Las investigaciones sobre sus implicaciones para la salud son numerosas y se la relaciona con trastornos emocionales, enfermedades bronco-pulmonares, ciertos tipos de cáncer, psicosis y esquizofrenia. Dos investigaciones recientes han podido ver su relación con esta última enfermedad y con el riesgo de mortalidad prematura en población canadiense tras la legalización de esta droga en el país.
Los resultados publicados el pasado martes sobre la relación entre cannabis y esquizofrenia muestran que se han triplicado los casos atribuibles al trastorno por consumo de cannabis (TCC). En los últimos años, han pasado del 3,7% al 10,3% durante el período de legalización. Canadá liberalizó el cannabis medicinal en 2015 y legalizó su uso recreativo en 2018.
Con los casos de psicosis, sin diagnóstico de esquizofrenia, ha ocurrido lo mismo y se han duplicado en el mismo periodo de tiempo, reconoce el estudio. Además, se ha incrementado en un 270% la cantidad de pacientes que requieren atención hospitalaria por TCC. Antes de legalizar su uso, esta cifra era de 1,3 por cada 1.000 habitantes. Tras permitir el consumo recreativo de la marihuana ya son 4,3.
Francisco Pascual, presidente emérito de Socidrogalcohol y médico especializado en conductas adictivas, expone que uno de los motivos tras estos datos es que el cannabis ha sufrido un cambio en las últimas décadas. "No tiene nada que ver con el que se fumaba en los años 60 o 70". Las modificaciones genéticas realizadas a los cultivos han dado lugar a un producto mucho más potente. "Un porro de ahora equivale a cinco o seis de los de antes".
El grupo más vulnerable, encontró la investigación, fueron los adultos jóvenes de entre 19 y 24 años. Esto se debe a que en esa edad el cerebro todavía no está completamente desarrollado, aporta Pascual. La marihuana altera la conectividad e incrementa la secreción de dopamina en algunas vías del cerebro, lo que puede general un primer episodio psicótico en personas vulnerables, cuenta Gregorio Montero, psiquiatra y fundador de Growfulness Crecimiento Pleno.
Asimismo, es también la edad de debut habitual de la esquizofrenia, dice el psiquiatra. En ese momento pueden sufrir un primer episodio psicótico y que este, en un momento dado, derive en esta enfermedad, que es una enfermedad más crónica y con un mayor deterioro, agrega.
El psiquiatra especifica que este trabajo es un estudio poblacional, no un ensayo clínico, por lo que las conclusiones no pueden ser causales, solo relacionales. Todavía no se ha encontrado en ninguna investigación una relación causal directa entre la marihuana y el diagnóstico de esquizofrenia, apunta.
La relación con la muerte prematura
El segundo estudio, publicado esa misma semana, encontró que los pacientes con TCC tenían un riesgo de muerte 2,8 veces mayor en comparación con la población general. Utilizaron los registros de Ontario de los residentes que visitan el sistema de salud pública, el 97% de la población. Entre ellos, identificaron a 106.994 personas a las que se les diagnosticó este problema entre 2006 y 2021.
Los investigadores descubrieron que el 3,5% de ellos murió en el lustro posterior a recibir tratamiento. En el grupo de control, con personas de la misma edad y sexo, la tasa fue de 0,6%. Si se diferencian las causas, los pacientes con TCC tenían diez veces más posibilidades de morir por suicidio que la población general. También tenían más probabilidades de morir por traumatismos, intoxicaciones por drogas y cáncer de pulmón, apuntan el trabajo.
Una vez más, los grupos jóvenes son los más vulnerables y las personas que más riego tenían de que les ocurriera algo así era el grupo de entre 21 y 44 años. Para entender esa relación con el suicidio, hay que preguntarse qué hay detrás del inicio del consumo, cuenta Pascual.
Tras una persona que comienza a consumir marihuana pronto suele haber una autoestima baja y una motivación que puede estar condicionada por la presión social o un deseo de evadirse de su propia realidad. En la franja de edad mencionada puede ocurrir que sientan que no han cumplido ciertas expectativas y que su vida debería de una forma que no es.
Ese vacío sumado al cannabis puede generar una sensación de que la vida no merece la pena y puede llevar a tomar esa decisión fatal. Por otro lado, Montero explica que el suicidio puede ir asociado a otros cuadros de depresión, ansiedad, traumas u otros problemas que el cannabis potencia.
Banalización del consumo
Pascual apunta que la sociedad no valora el riesgo que supone el consumo de esta droga. "Se está haciendo mucho daño con los falsos mitos de que es algo natural". Es una sustancia con una gran capacidad de causar psicosis y adicción, pero aun así, uno de cada tres jóvenes la consume, apunta.
Para Montero es imprescindible proteger a los más jóvenes e impedir su consumo, sobre todo hasta los 25 años, pero reconoce su uso terapéutico. "Es una de las plantas que probablemente tiene más potencial en muchos cuadros". En este sentido, es esencial la personalización, coinciden ambos expertos.
El médico especializado en conductas adictivas incide en la importancia de la regularización y de la individualización del tratamiento. "Es muy importante saber muy bien a quién se le da". Para eso es necesario un estudio del paciente que indique si tiene antecedentes familiares de enfermedades como la esquizofrenia y si ha tenido problemas de adicción en el pasado.
En una situación de ansiedad, problemas de pareja, familiares o una depresión no sería nada recomendable el uso de cannabis "en ningún caso", aclara el fundador de Growfulness Crecimiento Pleno. "Podría empeorar las cosas o el trastorno mental que hay de base", incide.
Los dos estudios han sido realizados por el mismo equipo, integrado por investigadores del Institute for Clinical Evaluatives Sciences (ICES), el Hospital de Ottawa, el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Ottawa y el Instituto de Investigación en Salud Bruyère. Los resultados se publicaron el pasado martes y el pasado jueves en la revista JAMA Network Open.
Legalización del cannabis
En ambos se han utilizado datos de ciudadanos de Canadá, país en el que el consumo de marihuana es legal desde 2018. Para Pascual, esto es un factor causal. Si se permite el uso recreativo, aumenta la disponibilidad para los adolescentes. De esta forma, cuanto antes ocurra el inicio del consumo, más posibilidades hay de que se sufran los efectos tóxicos de la sustancia. "Lejos de disminuir las complicaciones, han aumentado con la legalización", dice el médico especializado en adicciones.
Montero, sin embargo, cree que incluir su uso o no en la legislación "no va a cambiar mucho las cosas". Lo importante, dice, es que existen personas vulnerables que hay que detectar mejor. "Necesitamos seguir luchando para evitar el consumo prematuro de cannabis en los jóvenes, sobre todo en adolescentes, con y sin riesgos existentes".