
El cardiólogo Daniel Hermann.
Hermann, cardiólogo: "Relajarse antes de dormir en España es imprescindible para el corazón, pero nunca con pantallas"
Adoptar hábitos que promuevan un sueño reparador es una de las formas más efectivas de cuidar la salud cardíaca, avisan los expertos.
Más información: José Abellán, cardiólogo: "En realidad no hay que caminar 10.000 pasos al día para cuidar el corazón, son menos"
Si pensamos en formas de cuidar nuestra salud cardiovascular, lo primero que suele venirnos a la cabeza es la alimentación y el ejercicio físico. Sin embargo, no son los únicos elementos a los que se debe prestar atención para mantener sano nuestro corazón. Dormir bien es un factor importante, sobre todo si tenemos en cuenta que según la Sociedad Española de Neurología, "el 48% de la población adulta española y el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad".
Lo que ocurre desde que cenamos hasta que vamos a la cama puede condicionar la calidad de nuestro sueño. Por eso, algunos cardiólogos afirman que hay que adoptar hábitos que nos ayuden a relajarnos y desconectar. El doctor Daniel Hermann, cardiólogo del centro Memorial Hermann de Texas (EEUU), explica en Parade que relajarse es uno de los mejores hábitos para cuidar tu salud cardiovascular y preparar el cuerpo para el sueño. "Después de la cena es momento de desconectar".
"Dormir bien y de manera constante mejora la regulación de la presión arterial, reduce la inflamación, equilibra las hormonas, varía la frecuencia cardíaca y favorece la recuperación y reparación de nuestro cuerpo. En resumen, el sueño no solo permite que tu mente descanse, sino también un período crítico para que tu cuerpo realice tareas de mantenimiento que mantienen tu corazón sano", afirma.

Pixabay.
La conexión entre el sueño y la salud
La investigación científica respalda la relación entre un buen sueño y la salud del corazón. El doctor Deepak Talreja, director de cardiología en Sentara Healthcare, coincide en los beneficios de la distensión después de la cena. "Relajarse y reflexionar sobre lo positivo mientras damos tiempo a nuestro sistema digestivo para asimilar la comida, terminando con una nota de optimismo, beneficia tanto la salud del corazón como del cerebro", explica.
Otra especialista, la doctora Li Zhou, directora médica del Programa de Salud Cardiaca para Mujeres en Norton Healthcare, afirma que caminar 30 minutos después de la cena es una forma de reflexionar sobre el día y mejorar la salud cardiovascular al mismo tiempo. El ejercicio reduce el azúcar en sangre más rápidamente, lo que puede conducir a una presión arterial más baja y pérdida de peso.
Hábitos que debemos evitar
Hay otras prácticas que muchas personas consideran relajantes, pero que en realidad pueden ser perjudiciales para el sistema cardiovascular.Hermann advierte sobre el consumo de alcohol: puede facilitar dormirse rápidamente, pero es muy probable que interrumpa el sueño durante la noche, afectando negativamente su calidad.
Del mismo modo, el consumo de cafeína por la noche se desaconseja rotundamente, ya que esta sustancia actúa como un estimulante que puede prolongar el estado de alerta. Hay que tener en cuenta que no solo se encuentra en el café, sino también en los refrescos, el té negro, el té verde y algunas bebidas energéticas, por lo que conviene evitar su ingesta durante las horas previas al descanso.
El problema de las pantallas
El uso prolongado de dispositivos electrónicos antes de dormir está directamente relacionado con trastornos del sueño como el insomnio. Según explica la Sociedad Española de Sueño (SES), nuestro cerebro recibe una sobreexcitación lumínica a lo largo del día. La luz azul emitida por los dispositivos electrónicos, al estimular los fotorreceptores de la retina, inhibe la producción de melatonina, la hormona clave en la inducción y mantenimiento del sueño.

Su uso contraviene una norma básica de higiene del sueño: desensibilizar progresivamente los estímulos cerebrales antes de acostarse. Por tanto, lo adecuado es reducir la exposición a la luz azul de las pantallas, evitar ruidos fuertes o música intensa que dificulten la relajación, y limitar contenidos emocionales o actividades mentales exigentes que generen estrés. Con estas medidas se ayuda al cerebro a entrar en un estado de calma y favorece un sueño reparador.