
Hombre con obesidad. EFE
Una comisión internacional propone cambiar el diagnóstico de la obesidad: "Hay que ir más allá de una báscula"
Más de 50 expertos a nivel mundial defienden añadir otras métricas al IMC y dividir la enfermedad en las categorías clínica y preclínica.
Más información: Más de 1.000 millones de personas en el mundo son obesas: la tasa en adultos se ha duplicado en 30 años
La obesidad es un problema que preocupa a los expertos de todo el mundo. Según la OMS, en 2022 una de cada ocho personas en el mundo eran obesas en todo el mundo. La situación ha ido creciendo y, el año pasado, un estudio de The Lancet mostró que ya se habían alcanzado los mil millones. Para diagnosticar la obesidad se utiliza el Índice de Masa Corporal (IMC), que usa el peso y la altura en metros al cuadrado de cada persona para calcularlo. Sin embargo, aunque sea lo más tradicional, no es lo más adecuado.
Una comisión internacional ha publicado este martes en The Lancet una propuesta de revisión importante del diagnóstico de la obesidad. Van más allá del IMC para diagnosticar la obesidad es una enfermedad. Lo que sugieren es basarse para el diagnóstico en otras medidas de exceso de grasa corporal, además del IMC, y signos y síntomas objetivos de mala salud a nivel individual.
La propuesta de los autores es añadir otras métricas como la circunferencia de la cintura, índice cintura-cadera o índice cintura-altura. Otra opción que dan es realizar directamente una medición de la grasa corporal, por ejemplo, mediante una densitometría ósea, sin mirar el IMC.
"No se trata de quitar el IMC, sino de complementarlo. Hay que ir más allá de una báscula", cuenta Cristobal Morales, portavoz de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). El también endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla, ve con buenos ojos esta sugerencia publicada en The Lancet. "Ya es hora de cambiar radicalmente el criterio diagnóstico. Hay que ir más allá de una báscula", afirma.
Se considera que una persona tiene sobrepeso con un IMC de 25 y obesidad a partir de 30. No obstante, esta es una medida basada en hombres blancos y caucásicos, denuncia el especialista. Además, no tiene en cuenta diferencias como la etnia, el género o la edad del paciente.
Miguel León, jefe del servicio de Endocrinología en el Hospital 12 de octubre de Madrid, indica que en el diagnóstico de la obesidad también es importante evaluar la distribución de la grasa corporal. El mayor peligro, continúa, es el reparto intra-abdominal o visceral, que se asocia a un mayor riesgo de enfermedad metabólica y cardiovascular.
El experto del hospital madrileño no cree que esta propuesta "cambie mucho el paradigma". Sin embargo, sí que cree que podría ayudar a identificar un mayor porcentaje de población. Gente que ahora mismo se quedaría por debajo del IMC, que quizá pasaría más desapercibida, podría entrar en ese diagnóstico con esta propuesta, desgrana.
Esta comisión está formada por 56 expertos de primer nivel mundial de diversas especialidades médicas, como endocrinología, medicina interna, cirugía, nutrición y salud pública. Los expertos representan, además, a muchos países y a diversos sistemas de atención sanitaria.
Obesidad clínica y preclínica
Otra de las propuestas de los autores es dividir la obesidad en dos categorías: clínica y preclínica. La primera se referiría a las personas que hayan desarrollado comorbilidades asociadas al exceso de peso, como enfermedad cardiovascular o metabólica. En la segunda estarían los pacientes que pueden hacer una vida normal, pero tienen riesgo de desarrollar esos problemas.
Morales, de la SEEDO, cree que la clasificación puede ser controvertida y que puede hacer que los pacientes sin comorbilidades le resten importancia. El endocrinólogo de Vithas destaca la importancia de hacer la prevención y la atención precoz, por lo que hay que evaluar todos los riesgos. "No va de blanco a negro, sino que normalmente la aparición de las complicaciones tiene un desarrollo hasta que sale a la luz", dice Morales.
Por otra parte, León expone que esta división no es algo nuevo y habla de la escala de Edmonton, que ya clasificaba en cuatro grupos a las personas con esta enfermedad. Otra cuestión que trata la publicación de The Lancet es la controversia en torno a la obesidad y si es o no una enfermedad.
En este sentido, Morales lo tiene claro: "Rotundamente, lo es", asegura. El especialista del 12 de octubre está de acuerdo con él y cree que se puede clasificar como patología. Entre sus motivos, destaca que a medio y largo plazo se asocia a muchas comorbilidades: "Ningún órgano se libra del daño".
Una atención personalizada
La comisión internacional también hace hincapié en la importancia de ofrecer a los pacientes un tratamiento individualizado. "Nuestro replanteamiento reconoce la realidad matizada de la obesidad y permite una atención personalizada", afirma a la prensa su presidente, Francesco Rubino, del King's College de Londres.
El portavoz de la SEEDO defiende que esto es muy importante porque "no hablamos de obesidad, sino de obesidades". Para lograrlo, se debe hacer un abordaje holístico desde los servicios sanitarios e implicar a nutricionistas, especialistas en actividad física, médicos y otros expertos, agrega. "Lo que queremos es poner un traje a medida cada persona, no solo un tratamiento".