Pocas cosas hay más características del verano en España, que el gazpacho, bien frío, refrescante y sano.

Esta sopa fría tiene todos los ingredientes para tener una dieta equilibrada y, además, baja en calorías. Su receta tradicional con tomate, pepino, pimiento, cebolla, ajo, aceite de oliva, vinagre y sal son un claro representativo de la dieta mediterránea.

La clave está en las cantidades de cada alimento a la hora de preparar el gazpacho y los mililitros que se beban al día. "Si es casero y no lleva demasiada cantidad de aceite, puede ser un primero muy bueno", indica la nutricionista Jimena Toselli de la policlínica Maio.

Hidratación

Gran parte del gazpacho, como del tomate, es agua, el resto son ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, presente en el aceite de oliva. También contiene minerales como magnesio, potasio, zinc y fósforo entre otros.

El gazpacho actúa en el cuerpo de una manera similar a una bebida isotónica pero sin añadidos artificiales, gracias a su alto contenido en sales minerales y agua. Además, sólo hay que aumentar el agua con la que se elabora para reducir la cantidad de calorías que tiene.

Antioxidante

Sustancias como los carotenoides y los polifenoles tienen un fuerte poder antioxidante, que protegen al cuerpo del daño celular. Todas están presentes en el gazpacho. Por su parte, el tomate es rico en vitamina C, A y licopenos, un carotenoide con efecto antioxidante que ejerce de protector de enfermedades cardiovasculares. Además, cuenta con muchos más beneficios, incluso en la prevención de ciertos tipos de cáncer.

Así lo demuestra una investigación elaborada por científicos de la Universidad de Almería que concluye que un consumo elevado de ajo y de cebolla disminuye el riesgo, tanto en hombres como en mujeres, de sufrir cáncer de colon.

Asimismo, el gazpacho, al estar elaborado con piezas de verduras (y fruta) crudas, es perfecto para cumplir con la recomendación de consumir dos raciones de estos alimentos al día, siendo una de ellas cruda como requisito. Otra de las ventajas es que como se sirve frío, al no someterle a un proceso térmico, todos los nutrientes se mantienen.

Ayuda al corazón

Las grasas monoinsaturadas provenientes de los ingredientes del gazpacho, son perfectas para prevenir problemas cardiovasculares y disminuyen el 'colesterol malo' LDL, por provocar una acumulación de placa en las arterias. Además, el fitoesterol del aceite de oliva facilita la absorción del colesterol en el intestino.

Cuida la vista

La vitamina A, la luteína y los licopenos del tomate son macronutrientes perfectos para la salud ocular. Por ejemplo, una investigación publicada por JAMA Ophtahalmol, expone que las personas que incluyen altas dosis de zeaxantina y luteína (presentes en los tomates) tienen un 35% menos de riesgo de padecer DMAE exudativa, la forma menos frecuente de degeneración macular.

Alimenta el cerebro

Ingredientes como el licopeno y beta-caroteno del tomate también protegen las neuronas. En una revisión de distintas investigaciones, científicos de la Universidad de Alabama, EEUU, encontraron que varias de ellas expusieron resultados positivos sobre la influencia de estas sustancias en la función cognitiva.

Contraindicaciones

A pesar de tener tanto punto a su favor, esta joya de la cocina mediterránea no tiene tanta fibra como debería, ya que en el proceso de triturado de sus ingredientes esta se rompe y actúa de una manera menos eficiente en el organismo. El gazpacho tampoco es aconsejable para las personas que padezcan reflujo gastroesofágico, ya que el tomate es un alimento muy ácido.

Otro de los problemas que presenta esta sopa fría es el sodio, de cada 100 mililitros de gazpacho tienen 0,8 gramos de sodio (un valor que coincide con el de algunos gazpachos de supermercado). Entonces, si se consumiera un litro cada día, se superarían las cantidades diarias recomendadas de sal.

Diferentes ingredientes

"Lo importante es con qué esté hecho el gazpacho, se puede añadir demasiado pan y ya no sería bajo en calorías. Además, se puede sustituir el pepino por manzana para reducir su acidez", María Elvira Sánchez, dietista nutricionista.

"Igualmente, aún cambiando algunos de los ingredientes, una persona propensa a esta acidez no debería tomar gazpacho asiduamente, sobre todo por la noche", añade.

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