
Unos frutos de nanche.
El 'oro amarillo': la fruta cargada de colágeno y vitamina A que ignoramos en España y evita problemas digestivos
Aunque en muchas partes del mundo sigue siendo una joya poco explorada, en regiones tropicales se utiliza como remedio natural para distintas dolencias.
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Desde tiempos ancestrales, las civilizaciones de América Central y del Sur han aprovechado los beneficios del nanche (Byrsonima crassifolia), una pequeña fruta de color dorado con un sabor tan peculiar como sus propiedades nutricionales. Aunque en muchas partes del mundo sigue siendo una joya poco explorada, en regiones tropicales este fruto ha sido utilizado no solo como alimento, sino también como remedio natural contra múltiples dolencias.
En la actualidad, la ciencia ha comenzado a respaldar lo que la tradición ha sabido por siglos: el nanche es un superalimento, cargado de vitamina A, fibra y antioxidantes, con un potencial inigualable para mejorar la salud de la piel, fortalecer la digestión y reforzar el sistema inmunológico.
Vitamina C
Uno de sus mayores atractivos es su impacto en la salud de la piel, gracias a su alta concentración de vitamina C, un nutriente esencial en la producción de colágeno. Esta proteína es la encargada de mantener la piel firme, hidratada y libre de arrugas prematuras. Un estudio publicado en el ‘Journal of Investigative Dermatology’ señala que la vitamina C no solo favorece la producción de colágeno, sino que también actúa como un poderoso antioxidante, protegiendo la piel del daño causado por los radicales libres y reduciendo la inflamación.
Por eso, consumir nanche regularmente puede ayudar a mantener la elasticidad de la piel y prevenir el envejecimiento prematuro, convirtiéndolo en una opción natural y efectiva para quienes buscan un cutis radiante sin necesidad de recurrir a productos artificiales.
Fibra dietética
Pero los beneficios del nanche no terminan en la piel. Su riqueza en fibra dietética lo convierte en un aliado fundamental para la salud digestiva. La fibra es esencial para el correcto tránsito intestinal, ayudando a prevenir el estreñimiento y regulando el equilibrio de la microbiota intestinal.
Según un artículo publicado en ‘Nutrition Reviews’, una dieta rica en fibra está directamente relacionada con una menor incidencia de trastornos gastrointestinales como el síndrome de intestino irritable y la diverticulosis. Además, la fibra del nanche contribuye a la absorción de nutrientes y al mantenimiento de un metabolismo saludable, promoviendo la sensación de saciedad y ayudando en la regulación del peso corporal.
Vitamina A
Más allá de la piel y la digestión, el nanche destaca por su contenido en vitamina A, un nutriente esencial para la visión. Esta vitamina es fundamental para la producción de rodopsina, una proteína en la retina que permite ver en condiciones de poca luz. La ‘American Academy of Ophthalmology’ ha señalado que el déficit de vitamina A está vinculado con enfermedades como la degeneración macular y la ceguera nocturna. Incluir nanche en la dieta es una manera natural de reforzar la salud ocular y proteger la vista a lo largo de los años.
Pero hay más. No solo cuida el exterior del cuerpo, sino que también fortalece las defensas internas. Su combinación de vitamina C y antioxidantes lo convierte en un potente refuerzo inmunológico. Según un estudio publicado en ‘Frontiers in Immunology’, los antioxidantes naturales desempeñan un papel crucial en la modulación del sistema inmune, reduciendo la inflamación crónica y fortaleciendo la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.
El nanche también aporta minerales esenciales como el calcio y el hierro, lo que lo convierte en un excelente aliado para fortalecer los huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis y la anemia. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el déficit de hierro es una de las principales causas de anemia en el mundo, especialmente en mujeres y niños. Por eso, incorporar este alimento en la dieta puede contribuir a mantener niveles adecuados de este mineral y mejorar la producción de glóbulos rojos, esenciales para el transporte de oxígeno en el cuerpo.
Eso sí, aunque consumirlo es seguro para la mayoría de las personas, quienes padecen diabetes deben comerlo con moderación debido a su contenido en azúcares naturales. También es recomendable comenzar con pequeñas cantidades para descartar posibles reacciones alérgicas. Como con cualquier alimento, la clave está en el equilibrio y en la variedad dentro de una dieta saludable.