
El catedrático Snyder de Stanford / Alubias (Wikimedia Commons).
Soy biólogo y estos son los cuatro alimentos que tomo a diario para prevenir el cáncer: España los menosprecia
Considerados a menudo como demasiado humildes o demasiado ostentosos, encierran el nutriente clave para prevenir el cáncer.
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Un grupo de investigadores de Stanford Medicine, en Estados Unidos, ha logrado encontrar un "vínculo directo" entre el consumo de fibra y una serie de funciones genéticas relacionadas con la prevención del cáncer. Esto subraya la importancia de añadir a la dieta alimentos ricos en fibra que están perdiendo protagonismo en la Dieta Mediterránea como las judías, las nueces o las verduras crucíferas, y de incorporar otros que algunos siguen rechazando, como los aguacates.
"Hemos encontrado un vínculo directo entre el consumo de fibra y la modulación de la función genética que tiene efectos anticancerígenos, y creemos que es probable que se trate de un mecanismo global porque los ácidos grasos de cadena corta que resultan de la digestión de la fibra pueden viajar por todo el cuerpo", ha afirmado el catedrático de Genética en Stanford Medicine, el biólogo Michael Snyder.
El investigador y director del Snyder Lab recuerda que generalmente "la dieta de las personas es muy pobre en fibra". Esto se traduce en que su microbioma no se alimenta adecuadamente, por lo que "no puede producir tantos ácidos grasos de cadena corta como debería". Este déficit de nutrientes saludables "no hace ningún favor" a la salud de la gente y provoca alteraciones que, a la larga, aumentan el riesgo sistémico de desarrollar tumores.
La investigación, publicada en la revista Nature Metabolism, ha logrado identificar los efectos epigenéticos directos de dos subproductos comunes de la digestión de la fibra. Se trata del propionato y el butirato (ácidos grasos de cadena corta), cuyas alteraciones genéticas pueden derivar en acciones anticancerígenas que previenen la aparición de células cancerosas precursoras de tumores.
Los científicos han señalado que, además de suponer una fuente de energía para el organismo, estos dos ácidos alteran la expresión genética en células humanas sanas, en células de cáncer de colon humano tratadas y no tratadas, y en intestinos de ratones.
De hecho, han hallado cambios epigenéticos directos en genes específicos que regulan la proliferación y diferenciación celular, junto con la apoptosis -procesos de muerte celular preprogramados- que resultan importantes para interrumpir o controlar el crecimiento celular descontrolado que subyace al cáncer, recoge Europa Press.
"Al identificar los genes diana de estas importantes moléculas, podemos entender cómo ejerce la fibra sus efectos beneficiosos y qué es lo que falla durante el cáncer", ha detallado Snyder, quien señala que estos descubrimientos también podrían estimular el debate y la investigación sobre los posibles efectos sinérgicos de la dieta y el tratamiento del cáncer.
Durante el estudio, los científicos han usado inmunoprecipitación de cromatina seguida de secuenciación para mapear la ubicación en todo el genoma de cuatro marcas de histonas de acil de cadena corta, el 'H3K18pr', el 'H3K18bu', el 'H4K12pr' y el 'H4K12bu'. Así, el propionato y el butirato se unen y actúan como promotores de genes involucrados en el crecimiento, la diferenciación y el transporte de iones.