El estilo de vida acelerado que se ha impuesto en las grandes ciudades empuja a muchas personas a comer rápido y mal. Aunque en España no es una imagen tan común, en Londres, por ejemplo, no es raro cruzarse por la calle a alguien que va almorzando una pizza mientras camina. O que aprovecha a dar un sorbo al refresco para que pase el sándwich mientras el semáforo se pone en verde. La imagen a la española: una personas que almuerza un bocata mientras espera en la estación de Chamartín. Así, el ajetreo rutinario lleva a no pocos a elegir cualquier cosa que llevarse a la boca para matar el hambre y a veces se toma un mix de alimentos que pueden afectar al estómago.

Una de las consecuencias de estas malas elecciones alimentarias es que aparezca ardor estomacal, una sensación de ardor doloroso en el pecho, justo detrás del esternón, que normalmente aparece después de comer. El dolor suele empeorar al estar recostado o al agacharse. Esta dolencia se produce cuando el ácido estomacal refluye hacia el esófago, el conducto que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago. Pero la buena noticia es que la acidez estomacal que se presenta ocasionalmente es un problema común que no debe ser motivo de alarma, y que se puede controlar con algunos cambios en el estilo de vida. Sí habría que consultar con un médico si la acidez estomacal ocurre con frecuencia, ya que pordría tratarse de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

Según apuntan desde la Clínica Mayo, una entidad estadounidense dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, hay ciertos alimentos y bebidas pueden causar acidez estomacal en algunas personas, además algunos de estos alimentos se relacionan con el sobrepeso u obesidad y con una peor salud en general. Nos referimos a los alimentos fritos, rebozados o demasiado grasientos, por ejemplo, los económicos platos combinados que ofrecen algunos restaurantes, las mantequillas, las salsas grasas.... En su lugar es más saludable optar por técnicas de cocinado más ligeras: a la plancha, al horno...

También son alimentos que favorecen la acidez estomacal, el alto consumo de café, de bebidas gaseosas o el alcohol, que irritan el esófago. El agua es la mejor opción para acompañar las comidas. A la lista se suman las comidas picantes o muy condimentadas (en especial con mostaza o pimienta), la cebolla, los cítricos, los derivados del tomate como el kétchup, la menta o el chocolate. Por lo que si se tiene tendencia a tener ardor estomacal conviene no abusar de ellos. 

También comer platos demasiado abundantes, rápido y sin masticar bien. Elegir raciones más pequeñas, alimentos ligeros, bien masticados e ingeridos con calma facilitarán la digestión al estómago. Pero aunque la comida suele ser la causa principal de los problemas de estómago, también hay otros factores. Por ejemplo el estrés o la ansiedad, que se relaciona con un aumento de la secreción ácida del estómago. 

Aliviar la acidez

Dicho esto, ¿cómo se puede evitar la acidez estomacal ocasional más allá de evita los alimentos que la provocan? Desde la Clínica Mayo apuntan que un buen comienzo puede ser tener un peso saludable, ya que “el exceso de peso hace presión en el abdomen, empuja el estómago hacia arriba y provoca que el ácido refluya al esófago”. También ayuda el no llevar pantalones muy ajustados que aprieten el abdomen y el esfínter esofágico inferior. Otro consejo es evitar tumbarse nada más comer o cenar muy tarde. Lo ideal es que pasen al menos tres horas antes de irnos a dormir.

En este punto también hay que señalar los beneficios de dejar de fumar, que además de evitar esta dolencia prevendrá otras muchas. Según explican desde la citada institución el tabaquismo disminuye la capacidad del esfínter esofágico inferior para funcionar correctamente. 

Por último hay que señalar que, aunque es cierto que el ritmo de vida estresante en grandes ciudades reduce el tiempo disponible para dedicar a la cocina y a otros placeres, no es menos cierto que para comer sano no hace falta tener un montón de horas a la semana. Es importante organizar bien las comidas y las compras de alimentos. Los días que haya menos tiempo se puede optar por pescado en conserva, o de legumbres que se venden ya cocidas, así como frutas, frutos secos o yogures naturales para la merienda, ensaladas y carnes a la plancha como platos principales...

Así lo apunto en una entrevista a este diario Paloma Quintana, dietista-nutricionista, tecnóloga de alimentos y máster en Nutrición Humana, tras publicar su libro Cocina, come y pierde grasa, que incluye recetas sanas y sencillas. "Animo a elegir recetas más rápidas para los días que tenemos menos tiempo, incluso a aliarse con alguna conserva, y cuando tengamos tiempo elegir otras que requieran más preparación, tipo pescado o guiso más elaborado".

¿Qué alimentos deben estar en cada plato para llevar una alimentación sana y equilibrada? Según la guía alimentaria elaborada por la Universidad de Harvard, el Plato para Comer Saludable, cada plato de comida debe estar integrado por un 50% de verduras y frutas, un 25% por proteínas de calidad (pescado, huevo, legumbres, carnes magras) y 25% cereales integrales (arroz, pan, pasta). Para el cocinado y aliño se aconseja usar siempre aceite de oliva y evitar margarinas o mantequillas. Para beber: agua. 

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