El recuadro con la información nutricional de los alimentos es un buen aliado a la hora de llevar una dieta saludable. A través de él, podemos enterarnos de la cantidad de azúcares o de grasas saturadas, dos nutrientes relacionados con el sobrepeso y ciertas enfermedades, que contienen los productos. De esta manera, podemos descubrir que un alimento que, a priori, considerábamos saludable, no lo es.

La información nutricional se puede encontrar en la mayoría de artículos que vienen envasados. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) explica en su página web que desde finales del año 2016 es obligatorio que este etiquetado contenga ciertos datos: "el valor energético y las cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal". Todo ello en relación a 100 gramos o 100 mililitros del producto en cuestión.

La aparición de esta información en los productos está contemplada por la legislación europea. Preferiblemente, estos valores deben aparecer en forma de tabla y siempre tienen que cumplir tres premisas fundamentales: ser visibles, legibles e indelebles. De hecho, existe una norma que regula el tamaño mínimo de la letra de este apartado: debe medir 1,22 milímetros o más. Sin embargo, existen ciertos productos que están exentos de colocar estos datos en el envase. 

Así lo ha explicado los supermercados Mercadona en Twitter cuando un cliente ha preguntado por qué la botella de vodka que había adquirido en el supermercado no contaba con el etiquetado que sí lucen otros productos:

Alimentos exentos

Seguramente, cuando pensemos en productos del supermercado que no tienen un recuadro con información nutricional nos vengan a la cabeza aquellos que, directamente, no están envasados. Las frutas y las verduras o la carne y el pescado son alimentos que compramos sin saber cuál es su cantidad total de kilocalorías, sus azúcares o sus grasas saturadas. De todas formas, al ser productos sin procesar su contenido no supone un problema o un gran misterio.

Otros productos que no llevan información nutricional, pero sí tienen envase son las botellas de agua, la sal, las especias, los tés, los vinagres y los aditivos. Son productos con un solo ingrediente y que no aportan calorías o, en algunos casos, muy pocas. Contienen micronutrientes, siendo los más comunes los minerales. De todas formas, no son alimentos densos en nutrientes.

Tampoco están obligadas a revelar su información nutricional las bebidas alcohólicas con más de un 1,2% de alcohol. Es decir, en este grupo de productos sólo estarían obligadas a poner su información nutricional las cervezas sin alcohol, ya que contienen un porcentaje ínfimo de esta sustancia. 

Como explica la tecnóloga de los alimentos, Beatriz Robles, en su página web, los expertos en salud y la Comisión Europea han intentado en varias ocasiones que la industria del alcohol incluya esta información en sus etiquetados sin haber llegado a día de hoy a una solución. Las bebidas alcohólicas suponen una gran cantidad de calorías, pero no aportan nada desde el punto de vista nutricional.

Unos datos importantes

Por último, existe otro grupo de productos que tampoco está obligado a presentar un recuadro de información nutricional. Al contrario que en los casos anteriores, estos productos no incluyen este apartado por un problema de espacio físico para emplazarlo. Son los alimentos que vienen en envases muy pequeños, concretamente menores a 25 centímetros cuadrados de superficie. Estos son, por ejemplo, los pequeños envases de mantequillas y mermeladas individuales que se sirven en hostelería.

Consultar la información de estos apartados contenidos en el envase es un hábito no demasiado extendido, pero fundamental para conocer cómo es nuestra alimentación. Los organismos de salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido cantidades diarias recomendadas de ciertos ingredientes que en exceso pueden perjudicar nuestra salud.

El azúcar y la sal son algunos de los más conocidos y de los más presentes en los productos ultraprocesados. Al no prestar atención al etiquetado de los alimentos ignoramos, en muchas ocasiones, la cantidad que consumimos de estas sustancias.

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