Sin apenas señalización, a los márgenes de una carretera comarcal y con aparentes indicios de abandono. Hay que estar especialmente alerta para percibir algo extraño en cierta oquedad situada en plena ruta del Sendero Mediterráneo. Si el viajero se asomase por casualidad a esta abertura, descubriría un angosto desnivel que conduce a la entrada principal de una de las cuevas submarinas más interesantes de España.

Situada en la localidad de Isla Plana, a orillas de la Costa Cálida murciana, la Cueva del Agua comenzó a explorarse en los años 70 y en la actualidad cuenta con 3925 metros de recorrido explorado. Sus aguas termales de color turquesa, que se mantienen a una temperatura de más de 30º durante todo el año, suponen una atractiva piscina natural para los lugareños. Sin embargo, este entorno idílico cambia radicalmente al adentrarnos en las aguas subterráneas más allá de la zona oeste, el sector donde se ubica la entrada terrestre.

Los expertos difieren a la hora de determinar el nivel de peligrosidad de la cueva. Francisco Cabañero, jefe del grupo técnico de los GEAS en Cartegena, ha realizado alrededor de 70 inmersiones y tiene claro los mayores riesgos: "Esta cueva tiene dos cosas buenas: la temperatura alta y la baja profundidad. Lo malo: es un laberinto que se enfanga con facilidad. El mayor problema es que te pierdas o te quedes sin gas. Además, las burbujas que tocan el techo pueden provocar desprendimientos".

Buceadores de la zona se adentran en la Cueva del Agua

Con sugerentes nombres como la Ruta del Terror o la Galería de la Discordia, la galería subacuática toma rumbo noreste y atraviesa bajo la superficie varios invernaderos situados entre Isla Plana y la localidad de La Azohía. Los expertos creen que la parte inexplorada de la cueva conecta con las montañas que rodean las poblaciones costeras. "Geológicamente tiene todo el sentido", afirma Sergi Pérez, uno de los pioneros en la exploración de la Cueva del Agua. Con un desnivel de casi 300 con respecto al mar, en la cumbre del Cabezo de Hornos se encuentra la entrada de la Sima Destapada, la cavidad que se cree conectada con los túneles de la Cueva del Agua.

Pérez ha explorado la cueva durante más de 10 años, y es instructor de espeleobuceo. Compara el buceo sin apenas visibilidad con buscar un interruptor de luz en una habitación completamente a oscuras. "A pesar de eso, la cueva está muy bien señalizada: la inseguridad depende del riesgo de cada uno. Al final es puro tecnicismo, lo cual no quiere decir que sea sencilla", advierte. Y aporta otro símil: hacer espeleología acuática es como escalar el Himalaya dentro del mundo del buceo.

Los expertos en espeleobuceo siguen una serie de protocolos muy estrictos a la hora de realizar sus inmersiones. Tanto ellos como los GEAS tienen claro que los tres fallecimientos que se han producido en la cueva se debieron principalmente a fallos humanos o a la falta de experiencia. 

"En una semana entran alrededor de 20 buceadores, y a lo largo del tiempo solo ha habido tres muertes. Es un riesgo muy, muy bajo", afirma Víctor Tovar, otro profesional. Dos de los fallecidos formaban parte del cuerpo de los GEAS, y murieron hace aproximadamente 15 años. "Que sean guardias civiles no quieren decir que tengan formación en cuevas. De hecho, uno de los equipos que dejaron sigue allí. Es un equipo completamente inadecuado".

Francisco Cabañero defiende a su cuerpo: "Casi no se tenía conocimiento del espeleobuceo, había cuatro o cinco expertos en España que tenian algo de idea... ahora no es como antes: ya no solamente tenemos conocimiento y preparación, sino material. Estamos listos para un rescate en condiciones como el de Tailandia".

El tercer fallecido era un instructor de buceo deportivo muy conocido en la zona. En los muros de la entrada principal, una placa recuerda su memoria. "Cometió un fallo humano de planificación, se saltó una norma básica. Si la línea de seguridad se interrumpe tienes que poner un carrete. Si el agua se enturbia y no has unido las dos lineas... Hubo un desprendimiento, el agua se enturbió y no fue capaz de encontrar la salida", relata Tovar.

En el segundo aspecto en el que coinciden tanto los GEAS como los buceadores es en no sobrepasar el paso de Juan Sánchez. Supone la entrada de la zona 5, conocida como la Galería Gametos, y es la zona inexplorada de la cueva. El nombre se debe al propio buceador que facilitó el paso al área más profunda del entorno. Sergi Pérez abandonó la exploración del paso por respeto a su trabajo: "Juan Sánchez se puso a escavar barro y piedras durante cuatro años hasta conseguir pasar al otro lado. Los demás nos quedamos en stand by para que él explorase el resto".

Zona de la cueva donde comienza el Paso Juan Sánchez cuevadelagua.es

Los expertos creen que las nuevas cavidades descubiertas son claves para encontrar la conexión final entre el entorno montañoso de la Sima Destapada y la entrada en Isla Plana. ¿El único problema? La inseguridad de la zona. Los buceadores han instalado carteles que advierten de la peligrosidad de traspasar el paso. 

"Nunca paso por ahí, yo hago buceo deportivo. A partir de ahí es otra cosa, conlleva otros riesgos y no sabes qué te vas a encontrar", afirma tajante Tovar. "Originalmente, la cueva era natural. Ese paso estaba parcialmente cerrado; Juan Sanchez se dio cuenta de que podía haber una surgencia y artificialmente retiró materia de ese agujero. Es angosto, inestable y forzado por la mano del hombre". "Es como un queso gruyere, está llena de laberintos", añade Cabañero.

Otras cuevas del territorio nacional tienen sus propias particularidades. En el caso del Pozo Azul en Burgos, por ejemplo, es su profundidad. O la Fuentona de Soria: un espacio "tan inexplorado como zonas de la Luna o del interior de la Antártida", tal y como la describieron en este documental de RTVE. En todos estos espacios, de acuerdo con el miembro de los GEAS, ha fallecido gente"Yo diría que en la Cueva del Agua hay más posibilidades de que alguien se quede dentro, porque es más fácil perderse. El Pozo Azul es un tubo muy largo, pero es eso, un tubo". 

Sergi Pérez tiene claro qué es lo que no hay que hacer durante una inmersión de espeleobuceo: la mala gestión del gas, evitar seguir y comprobar la línea de seguridad y la falta de formación. E insiste: "La mayoría de fallecimientos se deben a errores humanos". Defiende sin embargo el entorno de la Cueva del Agua, cuya popularidad ha aumentado entre los expertos en los últimos años: "Se ha convertido en un referente internacional. Viene gente del este  y del norte de Europa formada, preparada y que se está divirtiendo. Vienen precisimiente porque aunque supone un reto, la cueva es preciosa y única".