-Facturación de la empresa Chupa Chups en 2016: 90 millones de euros

-Bastoncillos de caramelo recogidos en el marco de la campaña Ocean initiatives en 2018: 5.751

-Tiempo que tardan en degradarse: 300 años

Cada vez se habla más del peligro que suponen para el medio ambiente los típicos bastoncillos de plástico y algodón para los oídos. Sin embargo, otros productos de apariencia prácticamente idéntica y efectos muy similares pasan totalmente desapercibidos, quizás por la falta de campañas de concienciación para la población.

Este es el caso de los bastones de las piruletas y caramelos tipo chupachups. Se trata de una golosina muy apreciada por los niños, especialmente por los más pequeños, por lo que cada año se desechan miles de millones de ellos en todo el mundo.

Están fabricados a base de tereftalato de polietileno (PET), un tipo de plástico muy utilizado en alimentación cuya resistencia le confiere un tiempo de degradación muy elevado.

Por eso, muchas organizaciones ecologistas han instado a las empresas fabricantes de este tipo de caramelos a eliminar el bastón convencional o a sustituir el plástico por algún material biodegradable. Incluso algunos gobiernos han tomado cartas en el asunto para que estos productos no se vendan dentro de sus fronteras.

La cara contaminante de un invento español

Corría el año 1957 cuando el fabricante de caramelos Enric Bernart observó que los niños muy pequeños apenas chupaban los dulces un rato, para después sacárselos de la boca, pringándose los dedos, la ropa y todo lo que pillaran a su paso.

Pensando en cómo solventar este problema, se le ocurrió que la solución podía ser tan simple como incorporar un palo al caramelo, para que pudiesen meterlo y sacarlo de la boca sin necesidad de utilizar los dedos.

El invento fue un éxito, que creció como la espuma y, a pesar de haber tenido algunos altibajos a lo largo de su historia, hoy en día es la marca española más internacional, con representación en 170 países.

Con el tiempo, otras muchas empresas vieron que la fabricación de caramelos con palo era un buen negocio, por lo que hoy en día este tipo de productos no son fabricados únicamente por la empresa Chupa Chups que, de hecho, ha dado nombre a la versión genérica del producto, denominación aceptada por la Real Academia de la Lengua.

Y si hay algo que la inmensa mayoría de estas empresas tienen en común ha sido el cambio del bastón de madera, que se utilizaba en sus inicios, por uno de plástico, mucho más contaminante.

Doce minutos de disfrute, siglos en el mar

Ocean Initiatives es un programa de Surfrider Foundation Europe que se dedica a animar a la población mundial a unirse a la recogida de basuras en los entornos acuáticos, desde las playas hasta los ríos y los lagos.

Desde 1996 han organizado un total de 11.179 recogidas, cuyos resultados han sido documentados año tras año.

Para tener una mayor información sobre qué productos son los más preocupantes, se lleva un registro muy detallado de los diferentes objetos que se han recogido y, como cabe esperar, uno de los más abundantes son los palos de caramelos. Concretamente, en 2018 se recogieron un total de 5.751 de estos bastones, una cifra que, afortunadamente, ha bajado en los últimos años, pero que sigue siendo muy preocupante.

Se trata de un producto de uso efímero, cuyo consumo no suele ir mucho más allá de los quince minutos. Sin embargo, una vez desechados, su escaso peso permite que sea fácilmente arrastrado por el viento y la lluvia, por lo que puede salir de papeleras y vertederos y viajar hasta los ecosistemas acuáticos, donde podría causar obstrucciones e intoxicaciones a sus habitantes.

Alternativas:

Algunas empresas, entre ellas Chupa Chups, ya se han lanzado a la fabricación de algunos caramelos sin bastón, pero también siguen comercializando la opción tradicional, ya que sigue existiendo el problema que dio lugar a su invención.

Por eso, se hace necesaria la utilización de materiales alternativos, que sustituyan al PET empleado hasta ahora. Entre los materiales más aptos se encuentran la madera, de la que se componían los palitos de los primeros chupachups, e incluso el papel o el cartón.

En España el Govern de las Islas Baleares ha incluido los palos de caramelos entre los productos que deberán ser biodegradables para 2020, por lo que posiblemente sean estos los materiales más utilizados para entonces.

El chupachups fue un gran invento, del que los españoles podemos estar muy orgullosos, pero los tiempos cambian y todos debemos evolucionar en consecuencia.

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