La solidaridad con el trabajo de rescate de las víctimas del terremoto de magnitud 7,1 que afectó de lleno a Ciudad de México y a cuatro estados más el 19 de septiembre se ha concretado en una petición difundida en las últimas horas: la donación de botitas para perros de rescate. Algunos ciudadanos particulares quieren entregar las de sus mascotas mientas que otros se interesan por las cuentas abiertas por organizaciones como la Cruz Roja y la brigada de rescate Topos. Tiendas de animales ofrecen su stock, mientras que se distribuyen instrucciones de costura para fabricarlas en casa.

Los botines de los perros de rescate, que todavía conmueven a los amantes de los animales, son un elemento cada vez más común en las operaciones tras una catástrofe. Pudimos verlas en las labores de los bomberos de Londres en la Grenfell Tower. Su objetivo es proteger los delicados cojinetes de las patas de los canes de esquirlas cortantes y materiales punzantes, además de las elevadas temperaturas de las superficies calentadas por los incendios y explosiones que provocó el terremoto.

Los perros de rescate son los primeros en entrar donde los humanos no pueden: su menor peso y tamaño reducen el peligro de derrumbe, y sus sentidos localizan los cuerpos bajo los escombros, priorizando a los que encuentran vivos. Además de los botines, fabricados en los casos más especializados con el mismo material ignífugo que visten los bomberos, los perros que operan en México han sido vistos llevando visores para proteger sus ojos del humo y el polvo.

Los perros de rescate son seleccionados durante un riguroso entrenamiento por su olfato, disciplina y resistencia, pero también por su adaptación a trabajar llevando estos aparatosos elementos encima.

Frida, la heroína de un país

Uno de los canes convertidos en icono de la respuesta a la catástrofe es Frida, una labrador de siete años que ya se había destacado en las labores de rescate tras el sismo de Oaxaca a comienzos de mes. Su experiencia salvando vidas es dilatada.

Equipada con sus botines, visor y arnés ('Marina' no es su nombre, sino el cuerpo militar del que depende), la perra había salvado a 52 personas hasta el momento. En las horas posteriores al sismo ha encontrado con vida a más de una decena.

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