Donlad Trump durante un briefing sobre Harvey.

Donlad Trump durante un briefing sobre Harvey. Carlos Barria Reuters

Medio ambiente Huracán Harvey

El entorno de Trump ridiculiza la relación entre Harvey y el cambio climático

Ironizan con que la teoría de que se trata de un castigo de Dios por la alcaldesa lesbiana de Houston "es más creíble".

31 agosto, 2017 12:07

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha convertido su administración en una máquina de negación del calentamiento global. Su postura llevó al país a abandonar el Tratado de París, que incluía el compromiso de reducir antes de 2025 en un 27% la cantidad de emisiones contaminantes a la atmósfera respecto a los datos del año 2005.

Esta fue una de sus promesas electorales, una de las que se ha apresurado a cumplior para satisfacer a sus votantes más conservadores. Tanto es así, que al principio de este año nombró a Scott Pruitt, un negacionista del cambio climático, administrador de la Agencia Americana de la Protección del Medio Ambiente.

Como muchos de sus compatriotas, Trump piensa que este problema es un invento que afectará a la capacidad productiva de las empresas estadounidenses si se actúa para paliarlo. Además, el hombre más poderoso del mundo ha comenzado una cruzada contra la inclusión de las energías renovables en la economía del país en beneficio de los combustibles tradicionales: el petróleo y el carbón.

Esta postura anti-medioambiental ha puesto al presidente en el disparadero durante el huracán Harvey, que ha acabado con la vida de más de 30 personas y ha causado inundaciones y numerosos daños materiales en la región de Texas. Los huracanes que nacen en verano en el Golfo de México no son ninguna novedad, pero los científicos llevan años alertando de la relación entre el calentamiento global y el aumento de la intensidad de estos fenómenos meteorológicos catastróficos como el que ha asolado la ciudad de Houston en los últimos días.

Las propias instituciones estadounidenses advierten del peligro que conlleva evadir la responsabilidad de prevenir las consecuencias de la subida de temperatura en el planeta Tierra. El Programa de Investigación del Cambio Climático de Estados Unidos, un proyecto creado en 1989 que depende de la NASA, el Departamento de Comercio y el Departamento de Estado entre otros, relaciona las catástrofes meteorológicas con el cambio climático.

En la publicación del Plan nacional de investigación del cambio climático 2012-2021, realizada por este organismo, se advierte del riesgo para la población si no se aplican medidas anti-calentamiento global.

"Sucesos como huracanes, tornados, lluvias torrenciales, olas de calor o sequías afectan a todos los sectores de la economía y el medio ambiente. Afectan a los lugares donde se vive, se trabaja y se almacenan alimentos. Investigaciones llevadas a cabo por el Programa relacionan el aumento en la intensidad, la duración, la frecuencia y la extensión espacial de estos fenómenos con el cambio climático.", alerta el escrito de más de 150 páginas confeccionado durante la administración de Barack Obama.

En el caso concreto de los huracanes, la temperatura del agua del mar, que cada vez es más alta, es clave para su formación y posterior crecimiento. Estos fenómenos aparecen primero en forma de tormenta tropical, y el agua salada le sirve de 'combustible' para crecer en tamaño e intensidad. Cuanto más grados de temperatura, más potencia tiene el fenómeno atmosférico que surge de ella.

Brian Hoskins, exdirector del Instituto Grantham del Cambio Climático del colegio imperial de Londres, ha advertido recientemente de que la temperatura del agua marina se eleva cada vez más. "Las aguas del golfo de México están alrededor de 1,5 grados más calientes que entre 1980 y 2010", ha afirmado recientemente en la BBC el graduado en la Universidad de Cambridge.

Otros estudios más antiguos también sostienen esta tesis. Uno de ellos, realizado por el investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts Kerry Emanuel, analizó la intensidad y duración de más de 500 tormentas tropicales que tuvieron lugar en el Atlántico y otras 800 que se originaron en el Pacífico entre 1950 al 2000.

Según este informe, publicado en el 2003, la fuerza de los vientos y el número de días que duran activos estos fenómenos meteorológicos han subido en los últimos cincuenta años debido al aumento de la temperatura del agua de las zonas donde se originan.

Los negacionistas no ven la relación

De la misma manera que el presidente de Estados Unidos no se cree que el aumento de la temperatura en el planeta se deba a la acción humana, hay otros norteamericanos que se han manifestado en la misma línea.

Si Trump decía en 2012 que "el concepto de calentamiento global fue creado por los chinos para hacer la industria de Estados Unidos menos competitiva", en los últimos días también ha habido manifestaciones de este tipo.

La más sonada fue la de Ann Coulter, una abogada y columnista estadounidense ultraconservadora que ha tenido sus dimes y diretes con Trump, pero al que apoya a pies juntillas en la causa negacionista. Coulter enlazó una noticia de un medio estadounidense que relacionaba el huracán con el cambió climático y añadió "No creo que el huracán Harvey sea un castigo para Houston por elegir a un alcalde gay. Pero eso es más creíble que el cambio climático." La publicación fue compartida por más de 4.500 personas en la red social.

Desde los lobbys que susurran en el oído al actual inquilino de la Casa Blanca se ha puesto igualmente toda la carne en el asador para desacreditar los vínculos entre la catástrofe y el calentamiento global. Thomas Pyle, presidente del Institute of Energy Research, cercano a Trump y a la ultraconservadora familia empresarial Koch, ha acusado a "la izquierda" de tratar de "utilizar Harvey para sus intereses políticos, lo que no les va a funcionar".

"En el extraño mundo de los cultistas del cambio climático, Harvey será utilizado creativamente para 'probar' que hay trágicos efectos vinculados a un cambio climático creado por el hombre, algo que la ciencia actual no ha probado. Seguiremos luchando contra el alarmismo y en pos de la verdad" - advierte Bette Grande, investigadora de Heartland Institute, un centro vinculado al partido Republicano que aboga por recortes en las políticas medioambientales.