Al profesor del Departamento de ingeniería eléctrica de la Universidad Politécnica de Valencia Francisco Rodríguez Benito no le extraña el dato que la policía británica ha hecho público este viernes en relación al incendio que acabó con la vida de 79 personas el pasado 14 de junio en Londres.

Este ingeniero, que ha testificado como experto en decenas de juicios sobre incendios de origen desconocido, señala que un refrigerador -en este caso, el culpable ha sido uno del modelo Hotpoint FF175BPno sólo puede fallar y provocar un incendio, sino que están perfectamente identificados los puntos donde puede originarse el problema. Por supuesto, aclara, esto no es lo habitual

"Las neveras se construyen con chapas de acero, separadas entre sí por espuma de poliuretano (PUR), un aislante térmico muy bueno, pero un material que se inflama muy fácilmente y que puede llegar a unas temperaturas muy altas", explica a EL ESPAÑOL. El problema es que el fuego que se origina en el interior de la chapa de acero, pese a ser un fuego que está contenido por ésta, no se puede extinguir, "igual que pasó en el edificio Grenfell". 

Las dos "partes conflictivas" de un refrigerador son el enchufe y el relé térmico del compresor, el aparato que protege al motor del electrodoméstico de las sobrecargas. Sin embargo, éste último suele estar situado en la parte de abajo de la nevera, donde no suele haber carga térmica. Como resalta Rodríguez, esto significa que no hay materiales que se puedan incendiar. "Es difícil que aparezca un fuego". 

Puntos de fallo

El asunto cambia en la parte trasera de la nevera, donde está el enchufe. A cualquier receptor de electricidad le llegan dos cables, llamado fase y neutro. Existen tres posibles puntos de fallo en dicha área, que se multiplican por dos al existir estos dos estados

El primero es la unión del cable fijo que sale de la pared al alveolo -cada uno de los orificios donde se introduce un enchufe-, el segundo es el cable de la fase de la manguera que va a la espiga -cada una de las patitas del enchufe- y el tercero la unión espiga -alveolo

"El punto de fallo más habitual es éste último; muchas veces metemos un enchufe cuyas espigas tienen un diámetro pequeño en un alveolo grande y eso hace que falte presión para esa unión", comenta el experto. Para evitarlo, tranquiliza, se utilizan los enchufes denominados Schuko, con contacto lateral de tierra. 

¿Cómo saberlo?

Rodríguez Benito comenta que "si los policías son buenos" acabarán averiguando qué ha fallado en el frigorífico maldito. "Si es un fuego eléctrico, algo que sucede entre el 65% y 75% de los casos, se puede saber exactamente cuál es el punto de fallo, el éxito de las pesquisas es del 100%". 

El ingeniero comenta que hay una forma sencilla de averiguar si uno está en riesgo de que su frigorífico produzca un cortocircuito como el de la torre Grenfell. Es tan fácil como pasar la mano por el cuadro de mandos de la instalación eléctrica, el que la mayoría de las casas tienen situado a la derecha o la izquierda de la puerta de entrada.

"Hay que hacerlo cuando todo está en funcionamiento y si hay uno que está más caliente que el resto, tienes un problema; lo que hoy es un poquito de calor, mañana es más y al otro día, aún más", destaca. En esos casos, recomienda, consultar a un experto es lo que se debe hacer.  

En cualquier caso, aunque el anuncio de este viernes se haya referido al frigorífico que causó el fuego, no se puede culpar únicamente a este aparato de la tragedia londinense. Como comenta a este diario el profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Comillas Alexis Cantizano, está claro que también falló el plan de evacuación y que no existieran puertas de seguridad que contuvieran el fuego. 

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