De los elefantes podemos admirar su memoria y su vida aparentemente tranquila, pero estos animales poseen una cualidad que ha llamado la atención de un equipo de astrónomos británicos, que creen que la NASA debería aprender de ellos o, más en concreto, de su genética. 

En un hipotético viaje de seis meses a Marte, los paquidermos tendrían muchas menos posibilidades de contraer cáncer que los humanos, por su falta de susceptibilidad a la radiación. Esto se debe a que tienen un elevado número de copias del gen p53, que protege al genoma del deterioro fisiológico asociado al desarrollo del cáncer. 

La exposición a la radiación cósmica haría de un viaje a Marte algo peligroso no sólo desde el punto de vista técnico, sino también biológico. Por esta razón, el investigador de la Universidad de Cornell Christopher Mason ha solicitado a la NASA enviar al espacio células humanas modificadas genéticamente para parecerse a las de los elefantes. 

"Podemos enviar gente a Marte y ver qué pasa o podemos usar nuestro ingenio, practicar la ingeniería genética con nuestro genoma -usando diferentes mecanismos de reparación del ADN-y lograr sobrevivir en estos planetas tan lejanos", explica Mason, que reconoce que existen ciertos dilemas éticos al respecto. 

El laboratorio de Mason ha desarrollado el Plan de los 500 años, que enumera los pasos que hay que dar para la colonización perfecta del planeta rojo. Robar la genética de los elefantes es sólo uno de ellos. 

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