Representación de una tormenta solar atacando la Tierra.

Representación de una tormenta solar atacando la Tierra.

Ciencia

Científicos detectan un insólito 'latigazo' solar próximo a la Tierra: "Es la primera vez que aparece tan cerca"

Un equipo ha observado un fenómeno llamado 'switchback' en el campo magnético que protege a nuestro planeta.

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Las claves

Científicos han detectado por primera vez un 'latigazo' magnético o switchback cerca de la Tierra, dentro de la magnetosfera, un fenómeno antes observado solo en la corona solar.

El hallazgo se realizó gracias a la misión Magnetospheric Multiscale (MMS) de la NASA, que identificó una estructura retorcida en la zona donde el viento solar interactúa con el campo magnético terrestre.

El switchback muestra una mezcla de plasma solar y terrestre, lo que refuerza la idea de una conexión directa entre el Sol y nuestro escudo magnético.

Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para estudiar la transferencia de energía solar a la magnetosfera y mejorar la predicción de fenómenos como auroras y tormentas geomagnéticas.

Un extraño latigazo magnético detectado cerca de la Tierra acaba de dar a los científicos una nueva pista sobre cómo nos afecta el Sol. Por primera vez, un equipo ha observado un fenómeno llamado switchback —un brusco giro en las líneas del campo magnético— dentro de la burbuja que protege a nuestro planeta. Hasta ahora se pensaba que estos "zigzags" solo ocurrían pegados al Sol, en su corona abrasadora. El hallazgo, publicado en la revista Journal of Geophysical Research: Space Physics, obliga a repensar hasta qué punto estamos conectados con nuestra estrella.

Para imaginar un switchback, basta pensar en una cuerda que se agita en línea recta… y, de repente, alguien le da un latigazo que la dobla hacia atrás antes de volver a su posición. Algo parecido ocurre con las líneas del campo magnético: durante unos instantes, se "pliegan" y apuntan casi en la dirección contraria. Estos extraños giros se hicieron famosos gracias a la sonda Parker Solar Probe de la NASA, que lleva años acercándose como nunca al Sol y descubrió que su entorno está lleno de estos latigazos magnéticos.

Junto a la Tierra

La gran sorpresa es que uno de estos latigazos ha aparecido "en nuestra puerta". No en la corona solar, donde las temperaturas alcanzan millones de grados, sino en la magnetosfera terrestre, el escudo invisible creado por el campo magnético de la Tierra que desvía buena parte del viento solar. Es como si un animal que se creía exclusivo de las profundidades abisales apareciera, de repente, nadando en un lago cercano.

El descubrimiento llega gracias a la misión Magnetospheric Multiscale (MMS), una formación de cuatro satélites de la NASA que vuelan muy cerca unos de otros atravesando la magnetosfera y tomando "instantáneas 3D" de lo que ocurre allí. Analizando sus datos, el equipo detectó una estructura retorcida en la zona externa de la magnetosfera, donde el viento solar empieza a mezclarse con el plasma atrapado por el campo terrestre. Vieron cómo el campo magnético giraba de forma brusca, se mantenía un instante en esa orientación "rara" y luego regresaba a su estado original.

Lo interesante no era solo la forma, sino el contenido. El plasma asociado a este switchback mostraba una especie de "ADN mixto": parte era material solar, transportado por el viento solar, y parte tenía características típicas del plasma de origen terrestre. Esa mezcla refuerza la idea de que no se trata de una simple perturbación local, sino de un punto de contacto real entre el Sol y nuestro escudo magnético.

En el corazón de todo está la reconexión magnética, un proceso físico que, aunque suene muy técnico, se puede entender con otra imagen sencilla. Imagina dos cintas de goma tensadas en direcciones opuestas: si las acercas lo suficiente, se rompen y se vuelven a enganchar de otra forma, liberando energía. Con las líneas de campo magnético pasa algo parecido: cuando están muy tensas y opuestas, pueden "romperse" y conectarse de nuevo en otra configuración. Ese cambio libera energía y puede dar lugar a fenómenos violentos como fulguraciones solares… o a zigzags como estos switchbacks.

Del calentamiento de la corona al escudo magnético terrestre

En el Sol, la reconexión magnética es protagonista. Diversos estudios publicados en revistas como Nature Astronomy o The Astrophysical Journal llevan años señalando que este mecanismo contribuye al calentamiento de la corona —una de las grandes incógnitas de la física solar— y a acelerar el viento solar que sopla por todo el sistema solar. Lo llamativo ahora es encontrar una versión "de bolsillo" del mismo proceso dentro de nuestra propia magnetosfera.

Según el equipo, el switchback cerca de la Tierra se habría generado cuando un hilo de viento solar chocó con una región del campo magnético terrestre que ya estaba bajo tensión. Ese encuentro habría disparado una reconexión localizada: durante unos instantes, las líneas magnéticas se reordenan, el plasma se acelera y el campo sufre el famoso latigazo. Que ocurra algo tan "solar" en el vecindario terrestre refuerza la idea de que nuestro planeta y el Sol forman un sistema mucho más interconectado de lo que parece.

Esta conexión no es un mero detalle académico: está en el centro de lo que se conoce como meteorología espacial. Cambios en el viento solar y en el campo magnético interplanetario pueden desencadenar desde espectaculares auroras hasta tormentas geomagnéticas que afecten a satélites, sistemas GPS o incluso redes eléctricas. Informes de la NOAA y de la Agencia Espacial Europea llevan años advirtiendo de que, en escenarios extremos, una gran tormenta podría causar daños económicos de miles de millones de dólares.

Por eso, entender cómo se transfiere la energía del Sol a la magnetosfera es clave. Los modelos actuales ya tienen en cuenta la orientación del campo magnético del viento solar y la intensidad de las eyecciones de masa coronal, pero fenómenos como los switchbacks podrían ayudar a explicar por qué algunas perturbaciones producen efectos mucho mayores de lo esperado. Un estudio reciente apuntaba precisamente a que la reconexión en la frontera de la magnetosfera podría estar infravalorada en nuestras simulaciones.

Un laboratorio cercano para estudiar al Sol

Otra ventaja del switchback "doméstico" es puramente práctica: no hace falta enviar una sonda a rozar el Sol para estudiarlo. Los investigadores pueden usar los datos de MMS para alimentar simulaciones numéricas detalladas y comparar lo que ven cerca de la Tierra con lo que Parker Solar Probe observa cerca del Sol. Si los modelos reproducen bien ambos casos, tendremos una herramienta mucho más fiable para predecir cómo se comporta el viento solar en distintas condiciones.

Todo esto ocurre, además, en un momento de alta actividad del ciclo solar. En 2024 y 2025 se ha registrado un aumento notable de fulguraciones y tormentas moderadas, y varios trabajos señalan que este máximo solar podría ser más intenso de lo previsto hace años. Cuanto mejor entendamos los mecanismos finos —como estos latigazos magnéticos—, mejor podremos anticipar qué eventos son realmente peligrosos y cuáles se quedarán en unas cuantas auroras fotogénicas.

Por ahora, solo se ha identificado con claridad este switchback en la magnetosfera terrestre, pero los científicos sospechan que, ahora que saben qué buscar, aparecerán más casos en los archivos de datos. También es posible que fenómenos similares se estén produciendo en torno a otros planetas con campo magnético, como Júpiter o Saturno, lo que abriría una nueva línea de comparación entre magnetosferas planetarias.