
Donald Trump en el lanzamiento del sexto vuelo de prueba del cohete SpaceX Starship el 19 de noviembre de 2024. EFE
Qué le espera a la ciencia en la nueva era Trump: del impulso de la exploración espacial al negacionismo climático
El regreso del magnate a la Casa Blanca pone en alerta a los investigadores, que temen grandes recortes en agencias como la EPA.
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El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha llegado cargado de intrigas. El magnate no ha perdido ni un minuto y se ha puesto manos a la obra nada más jurar su cargo. Durante su primer día como el 47º presidente del país, ha firmado una montaña de decretos para poner en marcha sus políticas. Entre ellos, algunos de vital importancia como la salida del Acuerdo de París de 2015 o de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto tiene en vilo a la comunidad científica, que espera expectante su siguiente movimiento.
La incertidumbre es una moneda de dos caras. Por un lado, muchas empresas de tecnología, de exploración espacial o de inteligencia artificial (IA), entre otras, esperan verse beneficiadas. Creen que el gobierno de Trump aprobará, en los próximos años, políticas favorables a sus campos que les harán más fuertes para explorar e innovar.
En el otro lado, hay un sinfín de científicos y académicos que temen que el regreso del magnate a la Casa Blanca signifique un declive para la ciencia. Entre las disciplinas que más peligran están el clima, las ciencias de la Tierra y la biomedicina. No sería raro que sufrieran recortes y se vieran menospreciadas, lo que podría perjudicar algunas investigaciones importantes.
De momento, la salida de la OMS puede tener graves consecuencias a nivel científico y político-institucional, además de poner en grave riesgo los presupuestos de la institución. Sus fondos pueden verse reducidos hasta un 30%, según estimó el espidemiólogo Daniel López-Acuña en este artículo de EL ESPAÑOL. No obstante, el aislamiento también puede dejar a Estados Unidos desprotegido ante posibles pandemias y crisis sanitarias.
Los más perjudicados
Se espera que las áreas más perjudicadas por la nueva administración sean el medio ambiente y las enfermedades infecciosas. Entre sus medidas, el presidente puede disminuir las regulaciones existentes sobre químicos tóxicos, gases de efecto invernadero y otros contaminantes.
Sobre esto, ya ha declarado en varias ocasiones que son perjudiciales para la economía. Otro interrogante es cómo afectarán sus políticas migratorias al flujo de estudiantes y trabajadores a la ingeniería estadounidense y a campos relacionados.
La guerra contra la ciencia no sería algo nuevo. En su primer mandato (2017-2021), Trump promovió tratamientos no probados para la COVID-19 y se manifestó como un gran negacionista del cambio climático. Además, debilitó a los científicos de varias agencias e intentó recortar la financiación para la ciencia en numerosas ocasiones.
Entonces, el Congreso protegió de los recortes más drásticos a agencias federales como los Institutos Nacionales de Salud (NIH), la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) y la Agencia de Protección Ambiental (EPA). No obstante, ahora la situación es diferente: los republicanos son mayoría en las dos cámaras del Congreso y muchos respaldan el objetivo de Elon Musk de reducir enormemente el gasto federal.
El empresario dirigirá el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, que nació bajo la amenaza de reducir el número de "burócratas no electos" que trabajan en las regulaciones, según apunta la revista Nature. Hay que esperar para comprobarlo, pero eso puede incluir a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) y a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Otra de las ideas de Trump es quitarle la protección laboral a muchos empleados federales, con lo que podría reemplazar a los científicos y otros especialistas criticos con él por otros que le sean leales, teoriza el medio científico. Esto podría afectar particularmente a la EPA, pero también a los programas de investigación ambiental de instituciones como la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
Aunque estas medidas puedan tardar un tiempo en materializarse, parece que van a ser muy reales. El director de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, Russel Vought (que ya ocupó el cargo durante el primer mandato de Trum), ya había avisado sobre ello. Aseguró que se centrarían en afectar "traumáticamente" a los científicos y al personal de la EPA y hacerlos sentir como "villanos" para que no quieran trabajar, recuerda Nature.
El Departamento de Energía (DoE) también puede sufrir cambios. El 47º presidente estadounidense ha encargado su dirección a Chris Wright, un ejecutivo de la industria petrolera. Por lo tanto, puede ocurrir que las inversiones en proyectos de energía limpia en esta institución queden relegadas.
Las disciplinas beneficiadas
La exploración espacial humana y las tecnologías que son de importancia estratégica parece que están llamadas a ser las grandes beneficiadas de la nueva administración norteamericana. El último concepto engloba disciplinas como la IA, ciencia de la información cuántica (QIS), manufactura avanzada, comunicaciones avanzadas y biotecnología. No sería algo nuevo, en su mandato, Trump ya las impulsó al considerarlas "industrias del futuro".
La IA y la información cuántica son las nuevas protagonistas en la competitividad entre Estados Unidos y China. "No se trata solo de una cuestión de política: es una carrera armamentista tecnológica", declaró a Nature Mohammed Soliman, director del programa de tecnologías estratégicas y ciberseguridad del Middle East Institute de Washington DC.
La revista también teoriza que las próximas órdenes ejecutivas en este sentido vayan encaminadas a fortalecer el uso federal de la IA en asuntos de seguridad nacional y usos militares.
Aunque la exploración espacial también puede vivir una buena época, puede que no lo haga la NASA. Los multimillonarios dueños de las empresas privadas están intentando convencer al Congreso de invertir más en vuelos espaciales humanos. Sin embargo, la agencia podría verse perjudicada si Trump convence a las dos cámaras de representantes para cancelar el programa de cohetes estatal. En su lugar, invitaría a emplear en las misiones vehículos de lanzamientos de empresas privadas como Space X, de Musk.
El presidente ha elegido a Jared Isaacman para dirigir la NASA. El multimillonario astronauta privado ha contratado los servicios de Space X dos veces para realizar misiones espaciales comerciales y se ha posicionado en contra de los proyectos de contratación gubernamental.
El propio Musk ha dejado ver su deseo de que los humanos colonicen Marte, por lo que podría presionar para acelerar los planes de la agencia espacial estadounidense de enviar astronautas al planeta rojo en 2040.
Por otro lado, el trabajo de China para enviar astronautas a la Luna puede añadir presión al objetivo "Estados Unidos Primero" de Trump. Una cuestión que ya salió en 2017, durante su primer mandato, cuando prometió llevar al hombre a la Luna en 2024.
Aunque la parte de los proyectos espaciales de la NASA podrían sufrir menos, la agencia también es uno de los principales inversores en investigaciones de ciencias de la Tierra. Este aspecto sí podría peligrar si se cumplen las amenazas de recortes de la nueva administración.
Un español en la Casa Blanca
Un dato que cambia respecto a su mandato anterior, es que Trump cuenta con asesores científicos desde el principio de la legislatura. En el caso de la anterior, estuvo más de la mitad del tiempo sin este apoyo. Entre los especialistas que le rodean se encuentra el español Darío Gil, que será su subsecretario de Ciencia e Innovación.
El murciano ha sido uno de los principales protagonistas del avance de la computación cuántica, una de esas industrias del futuro de las que ha hablado anteriormente Trump. En 2023 Gil intervino en una de las jornadas de Wake Up, Spain!, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y D+I. Entonces, dejó citas como esta: "La base fundamental de la información es el cúbit cuántico, no el famoso cero y uno, lo que nos permite resolver problemas que no podríamos resolver desde el punto de vista clásico".