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Sociedad

Una vida dedicada a los Bomberos de Valladolid

15 marzo, 2018 20:50

“Dichoso es aquel que tiene una profesión que coincide con su afición”, aseguró el dramaturgo y crítico irlandés, George Bernard Shaw y “El fruto del trabajo es el mejor de los placeres”, acertó a señalar el moralista francés, Luc de Clapiers, y la verdad es que la simbiosis entre ambas frases encajan a las mil maravillas con nuestro protagonista.

Jesús Carlos Barrios Luengos es el jefe de grupo-suboficial del Parque de Bomberos de las Eras en Valladolid y suma, a sus 52 años, un total de 32 en el cuerpo después de llegar, como el mismo afirma, de una manera poco romántica y debido, en parte, a la no realización del servicio militar.

Este amante del deporte, no del fútbol, sino del atletismo, que ha corrido varias maratones, hace para www.noticiascyl.com un repaso a lo largo de los últimos años de la situación de la institución y de la suya propia con serenidad y coherencia y nos cuenta además que este mismo año los Bomberos contarán con el primer campo de prácticas municipal cerca del campo de tiro que se encuentra situado entre los términos de Ciguñuela, Torrelobatón y Robladillo.

Pregunta. ¿Por qué eligió esta profesión? ¿Qué le llevó un día a decir “Quiero ser Bombero”?

Respuesta. No fue nada romántico. Simplemente tenía pendiente hacer la mili y salieron oposiciones de Policía y Bombero. Daba la casualidad que para Bombero no pedían el servicio militar y preparé las oposiciones estas oposiciones y no las de Policía.

P. ¿Qué tuvo que hacer para acceder a su puesto?

R. Hicimos una oposición con exámenes teóricos, psicotécnicos, reconocimiento médico con las pruebas físicas de rigor para ser bombero. Unas pruebas físicas duras que pasaban por saltar 90 centímetros de altura con los pies juntos y sin carrera, correr 200 metros o nadar 50. No eran pruebas tan exigentes como ahora pero sí que tenían nivel.

P. ¿Cuántos años acumula en el cuerpo? ¿Se ve ya dedicando toda su vida a ser Bombero?

R: Entre con 21 años y acumulo 32. He dedicado toda mi vida a esta profesión desde que entré siendo joven. Acabé de estudiar  Electrónica Industrial en Cristo Rey, preparé las oposiciones un año y entre de bombero. Aunque no accedí de una manera bucólica ser Bombero es mi pasión. Le he dedicado toda mi vida y me encanta. No sabría hacer otra cosa.

P. ¿Cómo lleva su familia el hecho de que usted sea bombero? Es un trabajo de riesgo y quizás lo pasen mal por el hecho de que a usted le pudiera ocurrir algo.

R. Lo llevan bien. Tampoco piensan tanto el riesgo que puedes tener y no lo comento con seriedad en casa. Procuro quitar hierro al asunto. Si he tenido accidentes de tráfico, a la hora de contarlo, lo hago con tacto para que tampoco les afecte.

P. ¿Ha sufrido algún percance o alguna lesión a lo largo de su trayectoria como bombero?

R. De momento no he tenido ni incidentes ni accidentes en el trabajo. Más haciendo deporte con alguna pequeña lesión pero de bajas prolongadas nada.

P. ¿Cómo es el ambiente dentro del cuerpo? ¿Predomina el buen rollo? Desde fuera parece esencial para llevar a cabo el trabajo lo mejor posible el hecho de trabajar unidos y en bloque. ¿Es así?

R. Es fundamental porque al final tú dependes del compañero que esté al lado, del codo con codo, del que no te falle y que tú no le falles a él. En la convivencia diaria puede haber alguna tensión porque estamos las 24 horas los unos con los otros. Desayunamos, comemos y cenamos todos juntos pero estas tensiones, durante la guardia, si hay salida o intervención se olvidan. Trabajamos muy bien en conjunto.

P. ¿Cómo se preparan psicológicamente en una profesión tan dura como esta? ¿Disponen dentro del cuerpo de un psicólogo o una psicóloga?

R. No tenemos ninguna preparación. Te curtes a base de golpes, de chocarte contra experiencias y de buscar soluciones. Nos dan alguna charla sobre la psicología que tenemos que aplicar con las víctimas pero no hay nada predeterminado. En este sentido, estamos comenzando a andar en la actualidad.

P. ¿Cuál es el procedimiento desde que son avisados hasta que se personan en el lugar para solventar el problema?

R. Normalmente las llamadas nos entran vía telemática del 112. También por el 080 pero cada vez es menos habitual. Nos entra en la pantalla de un ordenador una ficha, los centralitas lo leen, verifican qué es lo que sucede y dan el aviso por megafonía. Nos dicen el lugar y de lo que se trata. Si ven que es algo de gravedad como un incendio, un rescate o un accidente tocan un timbre de alarma. Si es algo como caídas de ramas, etc. se dice por megafonía y se acude al lugar con un tiempo de respuesta que suele ser de entre uno y dos minutos desde que entra la llamada del 112 o el aviso telemático, hasta que se sale del parque.

P. ¿Cómo son los turnos?

R. Nosotros trabajamos las 24 horas. No tenemos turno de día o de noche. Yo entro a las 8 de la mañana y salgo a las 8 la mañana del día siguiente. Estoy siempre con las mismas personas durante las 24 horas seguidas. No hay turno de cambio como tal. Luego, descansamos cuatro días.

P. ¿Cuál es el caso más complicado que ha tenido que afrontar y como lo recuerda?

R. Recuerdo que se me quedo grabada una imagen de un Día de Reyes hace unos años de un accidente de tráfico en la VA-20, cerca del Colegio San Agustín, en el que falleció un matrimonio y se me pone un nudo en la garganta solo de recordarlo. El hombre ya había muerto cuando llegamos y la mujer todavía estaba con vida. La sacamos del vehículo, la estuvo intentando reanimar el 112 pero falleció. Me quedó el gusanillo durante un tiempo. Cerraba los ojos y se me aparecía la cara de la mujer. Hay accidentes todos los días pero este se me quedó grabado.

P. La rapidez y la solvencia son dos de sus puntos fuertes y esto no se consigue de la nada…

R. Lo bueno que tiene Valladolid, tal y como está concebido el servicio, es que la respuesta es muy rápida en cualquier intervención. A cualquier punto de la ciudad podemos llegar en cinco, seis o siete minutos como máximo desde que entra la llamada. Tenemos dos parques, el Central y el de Canterac, con lo que tenemos la ciudad e incluso los pueblos del alfoz, que también cubrimos, como Arroyo, Laguna o Zaratán, muy controlados. El acudir con prontitud es muy importante.

P. En cuánto a los medios, ¿Consideran que son suficientes?

R. Se ha mejorado mucho con el nuevo jefe que lleva tres años en cuanto a vehículos o dotaciones. Se ha afrontado una renovación en el parque y se están comprando un montón de vehículos, equipamientos… Se va a cambiar el traje de intervención, el casco o las botas y se compra material para mercancías peligrosas. Ha mejorado mucho en tres años, casi más que en los otros 29 que llevo aquí.

P. ¿Ha tenido la mala suerte de perder a algún compañero durante el servicio? Será muy duro y la carga psicológica severa.

R. Sí. Perdimos dos compañeros en la Discoteca ‘Siete Siete’. Acababa de ascender a cabo por aquel entonces y me avisaron de lo que había ocurrido. En 1996 (6 de octubre) se produjo un incendio en la discoteca en el que murieron dos personas que estaban en el establecimiento y dos bomberos. Un sargento y un bombero. Esta desgracia marcó mucho. Hubo una temporada en el parque en la que había tristeza. El que murieran dos compañeros fue complicado pero al final hay que reponerse y seguir para delante.

P. ¿Qué piensan cuando tienen que sofocar, por ejemplo, el incendio de varios contenedores que arden por la acción de jóvenes que se divierten haciéndolo?

R. En el 99% de las ocasiones son actos de vandalismo y contenedores que se queman intencionadamente.  Al final es un dinero de todos, del contribuyente. Ya no solo es el perjuicio de que has quemado algo que no es tuyo sino que el incendio se puede propagar a viviendas cercanas o vehículos y ocasionar un destrozo grave. Se trata de gente joven y no tan joven o pirómanos que queman ciertas zonas teniéndolo todo muy estudiado. La gran labor de la Policía ha logrado muchas veces que hayan sido detenidos.

P. Además de sofocar fuegos apuntalan edificios, se ocupan de entrar en casas, por ejemplo, cuando un anciano cae y no se puede levantar…

R. El rescate a anciano es de las intervenciones que más hacemos en la actualidad. Accedemos a viviendas para socorrer a personas mayores que viven solas. Bien porque no contestan, hay fallecidos, o simplemente asistimos a personas que se han caído y se les rompe la cadera. Nosotros accedemos y les socorremos. Cada vez hay más y raro es el día que no tenemos una o varias intervenciones referente a salvamentos de personas ancianas que viven solas.

P. Por Twitter dan muy buenos consejos de cosas que deben hacerse para evitar estos incendios. ¿Hay una persona específica dedicada a llevar este Twitter?

R. Lo lleva una persona que es especialista en comunicación y redes sociales. Un bombero, operativo, que además lleva Twitter y en sus guardias y tiempo libre lo gestiona. El resto del personal colaboramos mandándole fotos o videos. Tenemos todos una red de iPad y de teléfonos iPhone y gestionamos las salidas con este sistema. Él tiene un iPhone de servicio y cubre esa gestión. Todas las fotos que yo hago en la intervención, él las puede ver, también si escribo algún comentario, y él la publica. De todas las salidas él hace el seguimiento y va gestionando lo que hay con la ayuda también de Jefatura que colabora a la hora de meter datos y cosas en Twitter.

P. ¿Cómo ven desde dentro Twitter? Porque desde fuera está bastante bien valorado por los ciudadanos que se pueden informar de lo que ocurre porque lo usan de manera inmejorable.

R. Al principio fue un poco complicado porque no sabíamos cómo hacer para tirar fotos, comunicar, etc. si teníamos que estar centrados en la intervención. Luego vimos que hay momentos en los que el mecánico está libre y hace una foto o el jefe de guardia igual. Se sacan las instantáneas que se puede y se mandan.

P. ¿Cómo ve el futuro de la institución?

R. Estamos en un proceso de cambio, de mejora de instalaciones y medios materiales. Hace dos años se compraron dos bombas, está previsto que se compre una autoescala en breve y la ropa de intervención se está renovando. Se han comprado nuevos vehículos para tema de rescate acuático, embarcaciones. En definitiva, muchas cosas para seguir creciendo en el futuro.

P. ¿Y el suyo propio?

R. Yo soy jefe de grupo suboficial. He llegado a lo máximo que podía aspirar pero sigo trabajando con la misma ilusión que el primer día. Me encanta el tema de la formación y voy a dejar toda la experiencia que pueda en el servicio para que la gente nueva se quede con lo que yo he aprendido.

Hemos creado una mesa de formación con varias de trabajo en la que cada uno profundiza en temas en los que más experiencia tiene como rescates en altura, incendios, etc. Yo estoy en la de incendios. Nos reunimos, sacamos fichas de prácticas, preparamos protocolos de intervención, etc. Es algo novedoso que hemos puesto en marcha hace dos años.

La única aspiración que me queda hasta que me jubile, en seis años, con 59 y 38 de servicio, es aportar lo que pueda en conocimientos para dejar el parque mejor de lo que me lo encontré. Esa es mi aspiración.