Ante la polémica generada en los últimos días entre la Feria del Libro y la procesión del Corpus Christi en la capital, el presidente de AZAL, Luis González, ha querido aclarar esta mañana que "son casualidades y no hay marcha atrás", reiterando que "los libreros aceptábamos compartir la plaza, retirarnos hacia atrás y suspender alguna actividad".

González ha señalado que "nadie se dio cuenta" en su día y llevan dos meses y medio trabajando en la feria, incidiendo en que el Obispado no ha querido aceptar su propuesta y la única contestación que han obtenido es que les querían "fuera" de la plaza, mientras que desde el Obispado "hay que aceptar que no presentaron la solicitud en tiempo y forma" y la polémica ha sido "excesiva", desmintiendo que haya habido amenazas o presiones.

Por su parte, la concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, ha querido zanjar la cuestión recordando que han tratado de ofrecer alternativas y posibilidades y en estos momentos "no hay noticias de registro de ninguna petición de espacio ni de vialidad de una procesión", incidiendo en que se ha extendido la percepción de que el Ayuntamiento no permite que se celebre el Corpus Christi y "en ningún momento se ha prohibido o no se ha permitido, no es una cosa nuestra la celebración".

Cabezas ha concluido señalando que "nos hemos puesto a disposición del Obispado para ver opciones" y ha insistido en que "se han ofrecido alternativas y los libreros han ofrecido 'achucharse' en un rinconcito de la Plaza Mayor".