venancio blanco cristo

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Zamora

Adiós a Venancio Blanco, el escultor de la espiritualidad

23 febrero, 2018 10:15

El escultor salmantino Venancio Blanco, fallecido ayer jueves a los 94 años, recibe este viernes sepultura en el madrileño cementerio de La Almudena, donde se espera una multitudinaria despedida al que fuera el escultor de la espiritualidad.

Su obra en encuentra en diversos museos y colecciones particulares de España y del extranjero, entre los que destacan el Museo del Vaticano en Roma, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía en Madrid, el Museo de Bellas Artes de Salamanca, el Museo de Bellas Artes de Amberes, el Museo Nacional de El Cairo, la Catedral de la Almudena en Madrid o el Museo de Escultura al Aire Libre en Alcalá de Henares.

Nacido en Matilla de los Caños del Río en 1923, en 1975 fue nombrado Académico de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1981 fue como director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma y en 1986 deviene la Miembro Correspondiente de la “Pontificia Insigne Academia Artística dei Virtuosi al Pantheom”.

Ha sido galardonado con diversos premios nacionales e internacionales tales como el Premio Nacional de Escultura, la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, Gran Premio de Escultura en la V Bienal de Arte de Alejandría, Medalla de Oro en la IV Bienal de Arte Sacro de Salzburgo o el Premio de las Artes de Castilla y León.

Las muestras de condolencia por el fallecimiento han llegado de todo el país. Desde el ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo,"su historia es la de una vida entera dedicada a la búsqueda de la belleza, querido en toda España, reconocido también fuera de nuestras fronteras, gran escultor y también gran dibujante, Venancio Blanco nos deja la compañía de dos cosas que no vamos a olvidar nunca: su obra y su ejemplo”, hasta el pueblo natal del escultor, en cuya iglesia parroquial se encuentran dos obras que el reconocido escultor ha donado al municipio, San Isidro Labrador en 1944 y Santa Águeda, en 1990. Incluso meses antes de su fallecimiento se encontraba trabajando en el proyecto de escultura de una encina destinada al municipio.