
La periodista vallisoletana y especialista en sucesos Mónica G. Álvarez en 'Código 10'
La periodista vallisoletana y especialista en sucesos que triunfa en televisión: “He recibido amenazas de muerte"
Mónica G. Álvarez es un rostro habitual de programas como 'Mañaneros' o 'Código 10', ha escrito seis libros y también trabaja en la radio. Esta es su historia.
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Su sueño siempre fue ser periodista y no solo lo ha conseguido, sino que también se ha convertido en una escritora y guionista de radio y televisión de gran éxito.
Especializada en sucesos y tribunales, la vallisoletana Mónica G. Álvarez ha llegado a formar parte del plantel de colaboradores de En boca de todos en Cuatro, a participar en Detrás de la Verdad y Hoy es Noticia, e incluso a tener una sección propia de sucesos en El Cascabel de Trece.
En radio, ha pasado por Negra y Criminal de la Cadena SER, Nits de Ràdio de Onda Cero Catalunya, Queremos Hablar en ABC de Punto Radio, Ángulo 13 de Onda Cero Tenerife y Noches de Radio de Onda Cero.
Actualmente, es un rostro habitual de programas de televisión como Mañaneros, de TVE, y Código 10, en Cuatro, así como una voz muy frecuente en la radio, concretamente en el programa Madrid Directo de Nieves Herrero.
Además, investiga casos reales para el programa ¿Hablas miedo? de Mona León Siminiani en Audible, colabora ocasionalmente con revistas como Muy Historia y Año Cero, y, por si esto fuera poco, ha escrito varios libros, la gran mayoría de ellos basados en el Holocausto.
Pero no todo ha sido un camino de rosas, pues, precisamente a causa de estas publicaciones ha llegado a recibir amenazas de muerte. Esta es su historia.

La periodista Mónica G. Álvarez en una firma de libros
Nacida en Valladolid hace 45 años, Mónica G. Álvarez descubrió su pasión por la comunicación "desde bien pequeña".
No es algo que le venga de familia, puesto que nadie se ha dedicado al periodismo, sino a la hostelería, pero ella escribe desde que tiene uso de razón y, que recuerde, siempre ha sido muy "contadora de historias".
Tanto es así, que, según cuenta siempre su madre, a una temprana edad ya perseguía a su hermano por la casa con un cepillo redondo que utilizaba como micrófono para entrevistarle.
"Entonces yo creo que siempre he tenido esa cosa de la comunicación", explica en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León.
Sus primeros pasos periodísticos los dio en Valladolid, en Onda Cero Castilla y León y la Cadena SER de Madrid, donde se iba cada verano para seguir completando su formación.
Al licenciarse montó una empresa de comunicación con un compañero de facultad en la que estuvo muy volcada durante un año, hasta que le ficharon para trabajar en un programa de televisión en Barcelona.
Entonces, Mónica hizo las maletas y empezó a labrarse un futuro prometedor en la pequeña pantalla de la mano del periodista Albert Castillón con un magazine diario llamado Castillón en Compañía.
Fue allí donde tuvo la gran oportunidad de aprender sobre producción, redacción, locución, realización y hasta de trabajar como operador de VTR's y como guionista de entrevistas y temas.
"A lo largo de mi carrera he tocado todos los palos posibles, menos dirigir y presentar un programa de televisión, que eso todavía no lo he hecho", confiesa.
Tras su debut en la pequeña pantalla, llegaron a su vida otros programas tanto de radio como de televisión, como Luces en la Oscuridad y Tierra de Sueños, proyectos audiovisuales en los que se siguió curtiendo como periodista y que marcaron su etapa en la capital catalana hasta que finalmente se mudó a Madrid, donde reside y trabaja actualmente.
Y es que, aunque a la periodista vallisoletana siempre le ha interesado "mucho" el tema de los sucesos y tribunales, una pasión que ha heredado de su madre, fue en 2013 cuando empezó a especializarse en ello.
Ahora bien, no lo hizo ni en radio ni en televisión, sino en uno de sus primeros libros publicados, en Las caras del mal.
Holocausto
En estas publicaciones, las cuales aseguran que son fruto de "un trabajo de investigación de muchos años, mucho sacrificio y muchas renuncias a nivel personal y familiar", es donde Mónica también se ha presentado ante los lectores como una especialista del Holocausto.
Un tema que, junto con el de la Segunda Guerra Mundial en su conjunto, siempre le ha llamado mucho la atención.
"Es un momento de la historia que cuando yo estudiaba apenas se tocaba y es algo que me llamó la atención y me incitó a saber más, entonces desde que era jovencita empecé a leer, a empaparme de ese tipo de información y a darme cuenta de que en este suceso hay más luces que sombras y mucha información vetada y oculta", reconoce.
Así, empezó a intentar entender "por qué se produjo una tragedia tan grande como fue el Holocausto" investigando todo lo posible a través de instituciones, organismos, asociaciones, bibliotecas, redes sociales, testimonios, etc. tanto nacionales como extranjeros, a los que acude tras ver, leer o escuchar algo que le pone tras la pista de un suceso concreto.
Y es que, como ella sigue sin entenderlo, continúa investigando. Porque es de las que piensa que "para poder comprender nuestra historia y no repetirla ni caer en el mismo error, hay que empaparse del pasado". "Además, necesito sacar a la luz sucesos que han sido vetados".

Mónica G. Álvarez en 'Mañaneros'
A la vez que se ha ido constituyendo como experta en estos temas, se le han ido abriendo puertas tanto en radio como en televisión para participar en programas en los que le han brindado la oportunidad de "hablar más de sucesos, tribunales y el Holocausto".
Es el caso de Detrás de la verdad, de su gran amiga y compañera Nieves Herrero en el que trabajaba como tertuliana.
Al mismo tiempo, esto le permitió ir teniendo cada vez "más información, más fuentes y poder dedicarme más en exclusiva al tema de los sucesos". "Y así llevo ya 10 años", explica.
Una década de logros y grandes triunfos, pero también de algún que otro susto.
"Amenazas de muerte"
Según ha confesado la propia Mónica a este periódico, con la publicación de su libro Guardianas nazis. El lado femenino del mal, hace poco más de 10 años llegó a "recibir amenazas de muerte de gente que me quería muerta porque decían que yo mentía".
"Entiendo que estas personas eran neonazis y negacionistas del Holocausto", asegura.
Recuerda que las amenazas le llegaron a través de mensajes anónimos y privados por redes sociales que nunca contestó y reconoce que en ningún momento lo denunció a la Policía.
"Los abogados de la editorial intentaron investigarlo, pero no consiguieron nada. Yo me asusté mucho porque una tiene una familia, pero lo que hice fue mirar hacia adelante, apoyarme en mi gente, pasar página y no darlo importancia", confiesa.
Y es que, aunque lo pasó realmente mal, la periodista y escritora afirma que eso "es lo máximo que me ha pasado". Afortunadamente "se quedó en agua de borrajas".
Revela que alguna vez recibe insultos por redes sociales y por el correo electrónico, pero no más. "Ni acusados ni condenados se han puesto en contacto conmigo para decirme nada", asegura. "Solo víctimas para contarme su historia y de una manera positiva para ver si las podía ayudar", añade.
Pese a lo malo vivido, Mónica nunca se ha planteado dejar de escribir libros sobre este tipo de temas, ni tampoco el mundo de los sucesos.
Sin embargo, sí reconoce que, pese a haber recibido propuestas para escribir sobre ETA, "nunca he querido hacerlo porque eso sí que me da miedo".
"Conozco a compañeros periodistas que han estado amenazados de muerte, y no por mensajes en redes sociales, y que han llevado escolta. Estamos hablando de palabras mayores", afirma.
Además, asegura que, si algo ha aprendido de su carrera profesional es que "hay que resistir a la maldad y hacerse resistente a aquello en lo que uno no cree y a lo que no está de acuerdo con la democracia, la igualdad, el respeto y la diversidad".
"Entonces, cada año que pasa me hago más resistente a aquello que va en contra de esos principios", sostiene.
Otra de las cosas que también le han influido para no renunciar a su pasión es que el suyo es un campo en el que no es del todo fácil hacerse un hueco.
En este sentido, la vallisoletana asegura que, en su opinión, para poder tener un lugar dentro del periodismo de sucesos se necesita cumplir varios requisitos.
"Hay que tener buenas fuentes, buena información, saber comunicar, trasladar esa información al espectador y tener esa suerte de que cuando llames a la puerta te la abran y crean en ti".
"Pero para que haya una cuestión de suerte tiene que haber las tres bazas mayores. Hay que trabajárselo, ser perseverante, concienzudo y lo más rápido y ecuánime posible con la información. Porque el trabajo viene sobre todo porque uno se sacrifica, se esfuerza y es perseverante", apunta.
Sucesos
Haciendo balance de su trayectoria, Mónica G. Álvarez asegura que el de José Reñones, "el monstruo de Liaño" acusado de matar a su expareja y a su bebé de 11 meses "de una manera brutal"; el de José Bretón, el de las niñas de Alcásser y el de Gisèle Pelicot, son algunos de los casos que más le han "marcado y reconcomido".
A estos se suma también el del famoso violador del ascensor en Valladolid. "Yo era una niña y tenía miedo de montarme en un ascensor y que alguien entrase y me violase", confiesa.
"Son casos que te revuelven y que te hacen darte cuenta de que la maldad convive con nosotros, pero creo que exponer a los malos públicamente es necesario", añade.
Precisamente por esto, Mónica piensa seguir haciéndolo a través de sus libros, con los que espera seguir sorprendiendo "en un futuro no muy lejano" y en programas de televisión como Mañaneros.
Un espacio que asegura que le cambió la vida y que ha supuesto para ella "una de las mejores experiencias" a nivel profesional, en el que continúa trabajando actualmente y en el que quiere "seguir creciendo dando visibilidad a sucesos desgarradores "lo mejor posible y superándome cada día".
Valladolid
Han pasado más de dos décadas desde que Mónica dejó Valladolid, su tierra natal, con el fin de buscarse un futuro profesional en una gran ciudad.
Sin embargo, a día de hoy regresa siempre que puede, pues allí todavía conserva a sus padres y a su hermano en la ciudad, además de a su familia materna y paterna en las localidades Mojados y Castrillo de Duero, respectivamente. Y también a "grandes amigos" de la infancia.
La última vez que visitó la ciudad fue en Navidad, aunque, tal y como asegura, "intento ir cada mes y medio, sobre todo para que mis padres vean a su nieta".
Aun así, siempre que va aprovecha para tapear por "la zona de detrás de la plaza Mayor", siendo El Corcho o Vino Tinto dos de sus bares y restaurantes favoritos para hacerlo y que no pueden faltar en su ruta gastronómica.

La periodista Mónica G. Álvarez en el programa radiofónico de Nieves Herrero
Además, Mónica también suele pasear por la ciudad, por la zona de Las Moreras, la Catedral y por la plaza de la Universidad, donde le gusta recordar sus viejos tiempos tomando algo en la cafetería a la que "yo iba con mis compañeros de BUP, COU y la facultad".
No obstante, reconoce que "uno de mis rincones favoritos de siempre y al que suelo volver cada vez que voy a Valladolid" es la Biblioteca de la calle San Quirce. "Allí me pasaba horas y horas, y de allí viene también mi pasión por la lectura", revela.
"Tengo muy buenos recuerdos de Valladolid, es que al final he pasado mi infancia y parte de mi juventud allí. Y por eso me encanta ir a la ciudad, porque para mí es mi casa, mi hogar", expresa.
El punto de partida de una intachable trayectoria como periodista a la que aún le quedan muchas historias por contar.