El Aula Alimentos de Valladolid volvió a competir contra el Super Amara Bera Bera pero no consiguió traerse a la capital del Pisuerga los dos puntos en un partido que se definió por la igualdad y el recital de las porteras de ambos equipos en la primera mitad y el desorden sobre la pista de la segunda mitad.

Unas porteras, especialmente Lourdes Guerra, que se convirtieron en protagonistas, involuntarias en algunas ocasiones, de un encuentro que, como pronosticaban los entrenadores, se jugó a una gran velocidad entre dos equipos que corren muy bien el contraataque.

La salida del Aula Alimentos de Valladolid a la pista de Bidebieta dejó clara que quería repetir la fórmula que le ha llevado ya en varias ocasiones a derrotar a un Bera Bera que necesitaba el triunfo para encaramarse con fuerza a la primera posición de la tabla.

Los primeros parciales en el electrónico dejaban patente la igualdad de los dos equipos que alternaban ventajas de uno o dos goles que rápido quedaban neutralizadas. Merche Castellanos decidió que en su portería no entraban balones y se dedicó a mostrar un recital de paradas de todo tipo mientras que Lourdes Guerra no tardó en unirse al recital en la otra portería.

De esta manera, ninguno de los dos equipos conseguía hacerse con la batuta del encuentro, Silvia Ederra y Adriana Cardoso llevaban el peso anotador en las filas del Bera Bera, mientras que en el lado vallisoletano Elísabet Cesáreo se hacía cargo de esta labor.

Así hasta que en el minuto 24, con un gol de Maitane Echeverría, las vascas pusieron en el marcador un 12-9, máxima ventaja hasta ese momento en el partido, que no gustó nada a Miguel Ángel Peñas y solicitó un tiempo muerto para enmendar la brecha que las locales comenzaban a abrir.

Parecía que la arenga surtía efecto cuando Cris Cifuentes anotó el 12-10 y una jugada después Lulu conseguía su octava parada, pero en la continuación de esa acción la portera del Aula Alimentos de Valladolid impactó con Esther Arrojería y sufrió un corte en el pómulo, por lo que los colegiados del encuentro la obligaron a salir del practicable.

Esto supuso un problema en las filas vallisoletanas, pues Carmen Sanz, portera del equipo, no podía saltar a la cancha por culpa de unas molestias físicas y fue Cristina Cifuentes quien tuvo que ponerse bajo palos.

A pesar de que lo intentó, la brava jugadora vallisoletana no pudo parar todas las embestidas de las jugadoras locales (aunque en su cuenta personal hay que anotarle dos paradas de gran calidad), que aprovecharon estos minutos finales para conseguir una ventaja de cinco goles.

Tras la reanudación, y ya con Lourdes de vuelta en el campo, el Bera Bera salió en tromba buscando sentenciar el partido por la vía rápida. Con un parcial de inicio de 4-2 las donostiarras dejaron su ventaja en siete y comenzaron a complicar las cosas a las de Valladolid.

Las imprecisiones y pérdidas de balón condenaban a las visitantes que veían cómo la defensa del Bera Bera no aflojaba y conseguía anular su ataque condenándolas a anotar tan solo un gol en 10 minutos.

Sin embargo lo intentaron las de Miguel Ángel Peñas, que no desfallecieron en su intento de dar caza en el resultado a las de San Sebastián, pero no tuvieron el acierto de la primera mitad. En el minuto 50 parecía todo sentenciado. Con el encuentro convertido en un correcalles que favorecía a las jugadoras locales, un gol de Ligia Costa ponía el 27-17 en el electrónico y obligaba a Miguel Ángel Peñas a solicitar un nuevo tiempo muerto.

Tras él, la fe y el trabajo de las vallisoletanas no decayó. Poco a poco se fueron recomponiendo, María Prieto O’Mullony, muy vigilada durante todo el encuentro, cargó su brazo para liderar la revuelta final, y el marcador dio un giro gracias a un parcial de 1-7 (28-24). Sin embargo, esta vez, no hubo tiempo para más, y las pupilas de Miguel Ángel Peñas no pudieron consumar la remontada.