Casa de esquileo de Santillana (Segovia)

Casa de esquileo de Santillana (Segovia) Arturo F. Barbero Hispania Nostra

Segovia

Una histórica casa de Castilla y León pasa a la temida Lista Roja: "Tiene un estado crítico"

"Sus ruinas han sufrido daños significativos debido al vandalismo, el saqueo, y la extracción de material para construcción", afirma Hispania Nostra.

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Un nuevo edificio de Castilla y León pasa a la temida lista Roja de Hispania Nostra. En este caso se trata de la casa de esquileo de Santillana (Segovia) se encuentra en un lugar de gran relevancia histórica y estratégica, atravesado por la calzada romana de la Fuenfría, una vía de comunicación crucial que conectaba ambas mesetas.

La asociación de conservación lo tiene claro: “La casa de esquileo de Santillana se encuentra en un avanzado estado de deterioro. Abandonada y sin consolidación estructural, sus ruinas han sufrido daños significativos debido al vandalismo, el saqueo, y la extracción de material para construcción”.

“Actualmente se encuentra en ruinas, con un avanzado deterioro provocado por el abandono de la administración pública. La falta de protección legal específica incrementa su vulnerabilidad frente a vándalos, acceso de ganado, extracción de material de construcción y vertido de residuos”, afirman a la hora de hablar de su estado de conservación.

“Además, el vertido de residuos, la acción de la vegetación y el tránsito de ganado han acelerado su degradación. Aunque aún se pueden identificar elementos clave como el patio central, el rancho y los encerraderos, muchas estructuras han colapsado parcial o totalmente”.

“Pese a su estado crítico, el lugar conserva su valor patrimonial como ejemplo del patrimonio industrial ganadero. Desde 2016, ha sido incluido en programas didácticos del CENEAM para sensibilizar sobre su importancia histórica. Sin embargo, carece de protección legal específica, lo que agrava su vulnerabilidad. Urge una intervención para detener el deterioro y garantizar su preservación como testimonio de la trashumancia en Segovia”.

Un edificio histórico

El edificio presenta una planta rectangular de 135 x 73 metros y estaba organizado alrededor de dos patios funcionales. El patio septentrional, accesible desde el zaguán principal, albergaba las áreas residenciales y de avituallamiento, como la cocina, panadería y dormitorios para trabajadores.

Por su parte, el patio meridional estaba dedicado al manejo del ganado, incluyendo los encerraderos y el rancho, núcleo industrial del complejo que incluía en las paredes pinturas a modo de grafitis de la época.

Pintadas en la construcción

Pintadas en la construcción Arturo F. Barbero HISPANIA NOSTRA

Durante la Edad Media, sobre este trazado se configuró el cordel de Santillana sobre la que fue la antigua calzada romana de la Fuenfría, consolidándose como un eje pecuario fundamental que permitió el desarrollo de la trashumancia, una actividad clave en la economía de la región.

Antes de la construcción del esquileo, en este lugar existía el despoblado medieval de Santillana. Su única estructura remanente era una antigua venta, transformada con el tiempo y posteriormente propiedad del marquesado de Herrera. Este contexto hizo de la zona un lugar eminentemente ganadero, enriquecido por los pastos de la cañada real de la Vera de la Sierra. En el siglo XVIII, Revenga albergaba tres ranchos de esquileo, el rancho de Burgos, el rancho del Tío Marianín y el esquileo de Santillana, con una capacidad conjunta para esquilar hasta 77.000 ovejas anualmente .

De estos, la casa de esquileo de Santillana fue la más relevante, descrita por el viajero ilustrado Antonio Ponz como el más ornamentado de Segovia por su diseño y construcción.

Construida en 1744 por Ignacio de Arizcun, marqués de Iturbieta, tras obtener licencia del rey Felipe V, esta casa ejemplificó el auge de la trashumancia. Aunque inicialmente conocida como esquileo de Iturbieta, adquirió su nombre actual por su cercanía al cordel de Santillana y a la venta homónima, destruida en 1808 durante la guerra de la independencia española.

Su diseño permitía esquilar más de 40.000 ovejas trashumantes, propiedad del marqués. La venta cercana imponía restricciones comerciales a la casa para evitar competencia, reflejo de las dinámicas económicas de la época.