
Aquellas orquestas de antaño: H-70, 96 Octanos, Grupo Huella y Hercar's Grupo de Ángel Luis Hernández Martin
Aquellas orquestas de antaño: historia, tradición y cultura popular salmantina
En la provincia de Salamanca, las verbenas populares han sido durante décadas el corazón de la vida festiva de los pueblos. Y comienza el recorrido de 2025...
Más información: Las orquestas de verbenas "tienen futuro: han crecido mucho y deben estancarse, de lo contrario son inviables"
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En la provincia de Salamanca, como en la mayoría de Castilla y León, las orquestas de verbenas han sido, durante décadas, el alma musical de las fiestas populares, en común organizadas en honor al patrón, el santo, la Santa, Cristo o la Virgen, o ese nuevo invento de fiestas de verano. Ahora que comienza la nueva temporada, no está de más recordar una historia popular de nuestros pueblos que, en 2025, sigue viva.
A este respecto, retrocediendo en la historia, recordar que todo comenzó con aquellos primeros bailes en las plazas de los pueblos a ritmo de gaita y tamboril. Después se incorporó el viento con la trompeta y el saxo y la acordeón, fue el caso de 'Los Chupaligas' de Cabeza del Caballo.
Pero fueron los quintos quienes dieron el primer paso para hacer de su fiesta la fiesta de la verbena. Fue el histórico, cultural y musical salto del tamborilero a la contración de las orquestas, para darse aire y sacar a bailar a la moza con ritmos de moda.

Unas de las orquestas más conocidas y longevas en el verbana salmantina H-70 Cedida
Estas celebraciones festivas, que mezclan música, tradición y comunidad, no serían lo mismo sin las emblemáticas orquestas que amenizan las noches estivales. Su historia está profundamente arraigada en la cultura salmantina y ha evolucionado con el paso de los años, adaptándose a los cambios sociales, musicales y tecnológicos.
Estas agrupaciones, que combinan instrumentos tradicionales con ritmos modernos, han acompañado a generaciones de salmantinos -entre los que me incluyo como ferviente defensor y amante de las verbenas populares- en sus celebraciones, creando un legado cultural que perdura en el tiempo. Su historia es un reflejo de la evolución de la música popular y de la identidad social y festiva de esta provincia.
Recordar, según la recopilación realizada por Ángel Luis Hernández Martín, en 'Grupos, Orquestas y Artistas de Salamanca', -de cuyo archivo fotográfico proceden la inmensa mayoría de las fotos en b/n-, que son más de 340 cantantes, orquestas, grupos y formaciones las que había en la provincia salmantina entre 1945 y 1990. A las que deben sumarse las formaciones más recientes, lo que demuestra la importancia de este tipo de agrupaciones musicales y festivas en Salamanca.

Grupo Los Cisnes, en 1968: Tey, Chema, Ramón y Manolo
Las orquestas de verbenas surgieron a principios del siglo XX como una alternativa local para animar las fiestas patronales de los pequeños pueblos. En aquellos tiempos, los músicos locales, muchos de ellos aficionados, se organizaban en pequeñas agrupaciones para interpretar música en directo. Estas primeras formaciones solían estar compuestas por instrumentos básicos, como acordeones, guitarras, tambores y, en ocasiones, algún instrumento de viento.
Con la llegada de la posguerra, las verbenas comenzaron a ganar relevancia viviendo un periodo de esplendor, como espacios de encuentro y distracción en un contexto marcado por las dificultades económicas y las penurias sociales y políticas. En una época marcada por la austeridad, estas fiestas eran un escape para la población, y las orquestas se convirtieron en el centro de la diversión.
Aún está presente que, a lo largo del día, muchas veces se veían obligadas a tocar en la procesión, como refiere Víctor Moro, del Grupo Huella, cuando en Matilla de los Caños del Río "tuvimos que tocar en una Primera Comunión, acompañando a los niños, a los padres y al cura, desde su casa hasta la iglesia".

El Grupo Débora, allá por 1975 -Jose Luis, Charli, Pires, Pepe y Rafa- haciendo de 'charanga' Cedida
Pero en esas fiestas en los pueblos, también deberían tocar en aquellos largos días festivos, tras la procesión en el baile del vermú, después la sesión de tarde y, tras la cena, la sesión de noche. Toda la fiesta giraba en torno a la orquesta.
En esas décadas de los 40 y 50, las orquestas ampliaron su repertorio, incluyendo géneros populares como el pasodoble, la copla y el chotis, y se convirtieron en una pieza clave para mantener vivas las tradiciones culturales. En Salamanca, localidades como Macotera, El Cubo de Don Sancho, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes o Vitigudino, incluyendo a la capital charra, vieron surgir agrupaciones que se hicieron famosas en la provincia.
Uno de los hitos más importantes fue la profesionalización de estas orquestas. Muchas de ellas comenzaron a grabar discos y a actuar en verbenas de toda Castilla y León, e incluso fuera de la región. Nombres como Los Cisnes o Los Madrileños, quedaron grabados en la memoria colectiva de los salmantinos. Estas agrupaciones no solo tocaban música, sino que también animaban con humor y participación, creando un ambiente único.
La edad dorada
A partir de los años 60 y 70, las orquestas de verbenas vivieron su época de esplendor. Gracias al auge económico de esa época y la mejora en las infraestructuras, muchas formaciones pudieron profesionalizarse, adquiriendo equipos de sonido más sofisticados y ampliando su número de integrantes. El repertorio también se diversificó, incorporando géneros modernos como el pop, el rock y la música disco, que empezaban a llegar desde el extranjero.
En Salamanca, este fenómeno tuvo una gran repercusión. Orquestas emblemáticas como Los Clavos, Los Cisnes, H-70, Hercar's, Grupo Huella, Orquesta José Montes, Formas y Mariano (Iglesias), Los Uny's, Fraemak -de Paco Pastor que era el director de la Banda Municipal de Salamanca-, JTS, Bulevard o Paso a Nivel o el primer Cronos -sin k-, se convirtieron en nombres habituales en las fiestas rurales.

Grupo Los Clavos, año 1968: José bajo, Kaito cantante, Manolo guitarra, Quique batería, Manolo teclado Cedida
Durante esta etapa, las actuaciones no solo eran musicales, sino también espectáculos completos que incluían luces, efectos especiales y coreografías, consolidándose como uno de los principales atractivos de las fiestas locales.
Las orquestas de verbenas adaptaron su repertorio a los nuevos tiempos. Los ritmos latinos, como la salsa y la cumbia, se mezclaron con los clásicos pasodobles y rancheras. Además, la incorporación de teclados y sintetizadores modernizó el sonido de estas agrupaciones, atrayendo a un público más joven, con temas anglosajones.
Incluso eso quedaba reflejado en los nuevos nombres que daban a las formaciones. Los Cumbias, -músicos de la Banda del Ejército, actuando, sobre todo, en el Círculo Mercantil- Los Sub-Cubanos, Maracaibo y Orquesta Siboney, son claro ejemplo de la incorporación de los nuevos ritmos latinos. Por cierto, todas ellas conocidas por ser habituales en los varios salones de baile de mi pueblo, llegando a existir hasta seis, a decir pronto.
En Salamanca, las orquestas locales comenzaron a competir con grupos de otras regiones, lo que impulsó la innovación y la calidad de sus espectáculos. Sin embargo, nunca perdieron su esencia popular.
Llega la música extranjera

Cronos -Kronos- en su primera formacion Cedida
Las verbenas seguían siendo un espacio de encuentro intergeneracional, donde abuelos, padres e hijos bailaban juntos al ritmo de la música y, por qué no, de la pachanga que se daba la mano con 'Oye como va' o 'Europa' de Carlos Santana, o 'Noches de blanco satén', -en letra española- 'Nights in White Satin', un sencillo de 1967 de The Moody Blues, extraído de su álbum 'Days of Future Passed'.
O incluso, 'La Casa del Sol Naciente', de Frida Boccara o 'It's Now or Never' de Elvis Presley. O quien no bailó por entonces, y después, el tema dance de Chubby Checker, con influencias del rock, 'The Twist', que fue número 1 en 1960, y que en España tuvieron en el Dúo Dinámico su máxima expresión.
En la actualidad, las orquestas de verbenas en Salamanca enfrentan nuevos desafíos. La globalización y el cambio en los gustos musicales han reducido su presencia en algunas fiestas, pero siguen siendo un elemento imprescindible en muchas localidades. Agrupaciones charras como SMS, La Búsqueda, Kronos, Seven o Vulkano, mantienen viva la tradición, combinando clásicos de siempre con temas actuales.
Además, en los últimos años ha surgido un movimiento de revalorización de la música tradicional, lo que ha permitido a las orquestas recuperar parte de su protagonismo. Festivales y eventos culturales en la provincia de Salamanca han incluido a estas agrupaciones en sus programas, reconociendo su importancia como patrimonio cultural.
Cultura popular
Las orquestas de verbenas no solo han sido un elemento festivo, sino también un reflejo de la sociedad. Sus repertorios han evolucionado en función de los gustos de cada época, abarcando desde los grandes éxitos de la música tradicional española hasta los últimos 'hits' internacionales. Además, muchas de estas agrupaciones han sido semillero de músicos que, tras años de experiencia en el circuito de verbenas, han continuado sus carreras en otras facetas de la música.
Para los pueblos salmantinos, las verbenas tienen un valor que trasciende lo musical. Son momentos de encuentro entre generaciones, en los que mayores y jóvenes comparten la pista de baile, y una oportunidad para que las comunidades rurales se reúnan y celebren sus tradiciones.
En las últimas décadas, las orquestas han tenido que adaptarse a nuevos retos. La llegada de la tecnología ha permitido la inclusión de elementos como pantallas LED, sistemas de sonido digital y efectos visuales de última generación, lo que ha elevado el nivel de los espectáculos.
Sin embargo, también han surgido desafíos, como la competencia con otras formas de entretenimiento, los costes crecientes de producción y la dificultad para mantener la esencia tradicional en un mundo cada vez más globalizado.
La pandemia de covid-19 supuso un golpe especialmente duro para este sector, ya que muchas fiestas fueron canceladas, afectando tanto a las orquestas como a las economías locales que dependen de estas celebraciones. No obstante, con la recuperación, las orquestas han vuelto a llenar las plazas, demostrando su capacidad de resistencia y adaptación.
El futuro
Hoy en día, las orquestas de verbenas de Salamanca siguen siendo una parte esencial de las fiestas populares. Agrupaciones como La Huella, Pikante, Kronos, SMS, Vulkano, Seven, Malassia o Cañón son algunas de las más reconocidas en el circuito actual, continuando la tradición con una mezcla de repertorio clásico y moderno que conecta con todo tipo de públicos.
El futuro de las orquestas dependerá de su capacidad para seguir innovando sin perder la esencia que las hace únicas: su conexión con la gente y su papel como motor de las celebraciones populares. Mientras existan fiestas en los pueblos de Salamanca, las orquestas seguirán siendo el alma de las noches de verbena, llevando música en vivo, alegría y tradición a cada rincón de la provincia.
Las orquestas de verbenas de Salamanca son mucho más que grupos musicales; son un fenómeno cultural que ha sabido adaptarse a los tiempos y que forma parte del patrimonio inmaterial de la región. Su historia, marcada por la pasión de sus músicos y el entusiasmo de las comunidades que las disfrutan, es un ejemplo vivo de cómo la música puede unir a las personas y dar vida a las tradiciones.
Una pequeña selección
Salamanca ha sido cuna de numerosos grupos y orquestas que han enriquecido su panorama musical a lo largo de las décadas. Decíamos que entre 1945 y 1990 se contabilizaron más de 340 formaciones, lo que dice de su impronta musical y festiva. A modo de resumen, daremos algunos detalles de las más representativas, sin desmerecer a todas las demás, que son parte de la historia de esta provincia.
Hercar's

Actuación de Hercar's en Macotera Cedida
A finales de la década de los 50 del siglo pasado, Dámaso Carabias, propietario del salón de baile El Globo de Gajates, se encontró con el problema de que la orquesta de los domingos cobraba peseta y media, mientras que la recaudación no ascendía más que a una peseta.
Así que, puso sus hijos a estudiar música. Paciano –de nueve años– se encargó del saxo alto; su hermano Pepe, como saxofonista tenor; Norberto, con siete añitos, la batería. Completaba la formación Ángel, un acordeonista de 18 años. (Del libro 'Historia Incompleta del Pop y del Rock en Salamanca', de Víctor González Villarroel.
Pero, sin duda, la época dorada de Los Hercar’s, conocidos como los músicos de Macotera, coincidió con el comienzo de la década de los ochenta. "Nuestro repertorio estaba compuesto entonces por más de 150 canciones", recuerda Norberto. Un programa que abarcaba los gustos de todos los públicos y edades, desde pasodobles, jotas, cumbias, mambos, boleros o cha-cha-chas, hasta canciones de Santana o complicados temas de rock sinfónico (Pink Floyd, Supertramp, entre otros)", comenta.
Grupo Huella

Primera formación: Pepe Marsán, Tinín, Mariano Iglesias y Víctor. Cedida
Grupo Huella -de El Cubo de Don Sancho- era, a comienzos de los 70, la principal alternativa al Grupo 96. Este último, recuerda Víctor Moro, representaban "lo más novedoso y lo último, siendo muy superiores al resto. Muy profesionales que iban más allá de la ciudad y la provincia". Tuvo como primera formación a Pepe Marsán, Tinín Moro, Mariano Iglesias -quien en una segunda etapa estuvo acompañado por Formas- y Víctor Moro.
Grupo Huella, según explica Víctor Moro -actual gerente de la Joven Orquesta Sinfónica Ciudad de Salamanca-, es un conjunto que "sufrimos una evolución hacia vestuario, repertorio e instrumentos más acordes con los tiempos que llegaban, ya que aparece como casi como orquesta de baile que, poco a poco, nos transformamos en grupo de rock", según Moro.
Es el caso del propio Víctor, que compró un bajo electrico 'Höfner', que se parecía mucho al que usaba en 1963 Paul McCartney, un 500/1, fabricado por Selmer (la distribuidora británica de Höfner), el cual tenía las pastillas en posiciones diferentes.
Hacia finales de 1971, los hermanos Víctor y Tinín Moro –miembros de una familia muy musical de El Cubo de Don Sancho– forman un grupo que les permita financiar sus respectivas carreras, recuerda el primero. Desde los catorce años Víctor, estudiante de violín, ha sido bajista en la orquesta del Atenas. Tinín, estudiante de Derecho, recibió lecciones del hermano mayor Manolo Moro, pianista de primera línea.
También se une Agapito, gran trompetista con edad que casi supera la de todos los demás juntos. Esta formación se hace con un primer equipo (una simple etapa de potencia conectada a un altavoz que les monta Manolo Iglesias, un pequeño órgano Farfisa de color rojo, un bajo Höfner y una batería Honsuy).
Así, comienzan a interpretar pasodobles, cumbias, cha-cha-chas y jotas por pueblos como Hinojosa de Duero, Vitigudino, Ciudad Rodrigo o Villarino de los Aires, donde eran muy asiduos y tuve la oportunidad de disfrutar de sus noches de fiesta, sobre todo en la fenecida pista El Molino, o el Teleclub, sin olvidarnos de la plaza con sus verbenas.
H-70

H-70 Cedida
Uno de los grupos que más se han prodigado en el tiempo en la historia de la música de verbenas en Salamanca, con una trayectoria que abarca varias décadas. Su primera formación estaba integrada por Tinín, Joaquín, Benjamín e Isabelo, junto a Alejando, amigo y panderetista.
También, sus verbenas en pueblos, como en Villarino de los Aires, donde eran asiduos a los bailes del Teleclub, incluso en Nochevieja, o en las noches de San Roque, lograron que gentes de mi generación amáramos las verbenas y sus grupos hasta la actualidad.
Un legado que perdura
Para una exploración más detallada de la historia musical de Salamanca, se recomienda visitar el sitio web 'Música en Salamanca', que ofrece un directorio completo de grupos locales, entrevistas y artículos especializados.
Además, el programa de Radio Oeste 'A Nuestro Ritmo' ha realizado monográficos y entrevistas con músicos salmantinos, proporcionando una visión profunda de la evolución musical en la ciudad. Dirigido y presentado por Fernando Sánchez Gómez (FerCyborg), con la colaboración de Víctor González Villarroel y Julio Alonso Arévalo.
Las orquestas de verbenas en Salamanca son mucho más que un conjunto de músicos: son un símbolo de la identidad festiva de la provincia. Su historia es la historia de un pueblo que ha encontrado en la música una forma de unión, celebración y resistencia. Aunque los tiempos cambien, el sonido de una orquesta de verbena seguirá evocando noches de fiesta, luces de colores y el eco de risas compartidas.
En definitiva, las orquestas de verbenas son un tesoro vivo de la cultura salmantina, un puente entre el pasado y el presente que sigue latiendo al compás de la música. Y mientras haya verbenas en Salamanca, habrá orquestas dispuestas a hacerlas bailar.