Castilla y León

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Salamanca

Millones de besos para las personas con parálisis cerebral

3 octubre, 2018 16:54

Este miércoles, primero de octubre, se celebra el Día Mundial de la Parálisis Cerebral. Una jornada que en Salamanca, de la mano de Aspace, ha sido de celebración y también de reivindicación. Se trata de una afección que aqueja a numerosas personas en la provincia y la falta de recursos está haciendo más complicada su integración, tal y como denuncia la asociación. Pero además, ha habido tiempo para la música, el baile y las sonrisas. Muchas sonrisas en una plaza de Anaya abarrotada para mostrar apoyo a los afectados y las familias.

Durante el acto ha estado presente el presidente de Aspace Salamanca, Jesús Alberto Martín, así como el delegado territorial de la Junta de Castilla y león, Bienvenido Mena, la concejala de Igualdad de Oportunidades, Cristina Klimowitz, el diputado de Bienestar Social, José María Sánchez, la secretaria de la Subdelegación del Gobierno, Miriam Vicente, el alcalde de Villmayor, Manuel Gago, el subdirector de la ONCE, Alejandro Vaquero, el gerente de Servicios Sociales, Ángel Marín y la gerente de Salud de Área de Salamanca, Manuela Plaza.

El evento ha servido para la lectura de un manifiesto reivindicativo que ha puesto el énfasis en el derecho a la intimidad de las personas con parálisis cerebral y para el baile de distintas canciones que han llenado de alegría la plaza de Anaya y han puesto a cantar y danzar a las centenas de personas congregadas para el acto.

El presidente de Aspace Salamanca, Jesús Alberto Martín, ha querido también focalizar sus reivindicaciones en las personas con este problema que habitan en el medio rural. “La parálisis cerebral es bastante limitante para la familia y para la persona que lo sufre, sobre todos si son niños por el momento de su desarrollo. Hay que apoyar a tope. Las personas del entorno rural están muy lejos de los recursos que la sociedad tiene”, ha explicado.

De igual manera ha puesto de relieve la injusticia que eso supone. “Se sufren grandes discriminaciones, exclusión social, falta de transporte y falta de integración. Son siempre miembros de la familia los que se sacrifican y se quedan en casa atendiendo a esa persona. Estamos haciendo una sociedad injusta porque todos tenemos que tener el mismo derecho al desarrollo y a la participación”, ha valorado.

Asimismo ha puesto de manifiesto que la falta de recursos económicos condiciona su labor. “La situación está complicada. La economía es la que condiciona el desarrollo de la atención, como en todo. Los recursos son muy limitados, la Administración ha aplicado recortes demasiado importantes para las necesidades de atención que tienen estas personas y se nota mucho. Sobre todo en los que se refiere a inversión en puntos de atención a estas personas. Estamos llegando a momentos críticos”, ha lamentado.