El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, observa al procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, tras su intervención en las Cortes, este miércoles.

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, observa al procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, tras su intervención en las Cortes, este miércoles. Miriam Chacón

Región

De 'filoetarras' a 'fascistas': las Cortes de Castilla y León se contagian de la crispación del Congreso

Ambas Cámaras han vivido esta semana dos jornadas de llamadas al orden y expulsiones de la tribuna de oradores mientras la tensión política no parece tener freno

1 diciembre, 2022 07:00

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El virus de la crispación, cada vez más presente en la política española y que por enésima vez ha infectado los debates de este martes y miércoles en el Congreso de los Diputados ha contaminado también las sesiones de las Cortes de Castilla y León, cuyo ambiente se asemeja cada vez más al de la Cámara Baja. La expulsión de la tribuna del Congreso el martes de la diputada de Vox Patricia Rueda tras llamar "filoetarras" a los representantes de EH Bildu, ha generado un efecto contagio en la Cámara autonómica y la formación dirigida en la región por Juan García-Gallardo ha llegado al pleno con la artillería cargada.

Aprovechando una Proposición No de Ley (PNL) del PSOE dirigida a reprobar al vicepresidente de la Junta por haber llamado "banda criminal" a los socialistas en el pleno del pasado 25 de octubre, García-Gallardo no solo se ha ratificado en sus palabras sino que se ha solidarizado con su compañera expulsada del Congreso el día anterior y se ha hecho eco de sus palabras vinculando esa supuesta "historia criminal" del PSOE a sus pactos con "los filoterroristas".

Poco antes, se había vivido una situación similar a la acaecida el día anterior en el Congreso en la tribuna de oradores de las Cortes, aunque en este caso personificada en el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández. El representante izquierdista ha acusado de "profesar la ideología fascista" al vicepresidente y el presidente de la Cámara, Carlos Pollán, le ha quitado la palabra y le ha expulsado de la tribuna de oradores tras llamarle tres veces al orden. Un término que también utilizó la procuradora socialista Alicia Palomo el día anterior para referirse al consejero de Industria, Mariano Veganzones.

Mientras la distancia entre Madrid y Valladolid, a 200 kilómetros la una de la otra, daba la sensación de acortarse más que en un viaje en AVE, en el Congreso las aguas no se calmaban y la ministra de Igualdad, Irene Montero, era recriminada por la presidenta, Meritxell Batet, por acusar a los populares de promover "la cultura de la violación" en una campaña contra la violencia de género de la Xunta de Galicia que, a su juicio, "culpabilizaba" a las víctimas.

Rueda califica de "filoetarras" a los representantes de Bildu

Las tensiones se iniciaron en la sesión del Congreso de este martes, cuando la diputada de Vox Patricia Rueda calificó de "filoterrorista" a la coalición abertzale Euskal Herria Bildu. En un debate sobre la candidatura de Málaga para ser la sede de la Exposición Universal de 2027, Rueda acusó a Pedro Sánchez de "ningunear" a la ciudad y de premiar a "filoetarras, golpistas y nacionalistas".

El vicepresidente del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, del PSOE, que en ese momento presidía la sesión, llamó al orden a la diputada de Vox y la pidió que retirase ese término, algo que se negó a hacer. Tras ello, Gómez de Celis le quitó la palabra y le instó a abandonar la tribuna y el resto de diputados de Vox, en solidaridad con ella, abandonaron el hemiciclo entre aspavientos.

Mientras todo esto sucedía en la capital, en Valladolid el primer insulto llegaba al pleno de las Cortes. La procuradora socialista Alicia Palomo calificaba de "fascista" al consejero de Industria, Mariano Veganzones, y le acusaba de "no creer en la democracia", en mitad de un debate sobre el Servicio Regional de Relaciones Laborales (Serla). El presidente de la Cámara, Carlos Pollán, pidió también a Palomo que retirase el término, algo a lo que se negó, y terminó por eliminarlo del diario de sesiones al término de la jornada.

Pollán retira la palabra a Fernández tras llamar "fascista" a Gallardo

La reanudación de la sesión plenaria de las Cortes, en la mañana de este miércoles, ya anticipaba un incremento de la tensión ya que Vox llegaba al hemiciclo con ganas de reivindicar a su diputada expulsada de la tribuna del Congreso el día anterior. Pero antes de que García-Gallardo interviniese para defenderse de una iniciativa de reprobación a su persona propuesta por el PSOE, el procurador de Unidas Podemos, Pablo Fernández, se le adelantó y avivó la llama de la crispación en la Cámara.

Fernández acusó a García-Gallardo de "profesar la ideología fascista" y Pollán le llamó tres veces al orden. Ante la negativa del procurador de Unidas Podemos de retractarse en sus aseveraciones, le invitó a abandonar la tribuna de oradores y le retiró el uso de la palabra. Una decisión que el representante de Ciudadanos y compañero de Fernández en el Grupo Mixto, Francisco Igea, calificó de "vergonzosa" poco después. 

Acto seguido, llegó el turno del vicepresidente de la Junta que se negó a retirar sus palabras del pleno del pasado 25 de octubre, cuando llamó "banda criminal" al PSOE, volvió a insistir en llamar a Pedro Sánchez el "jefe de la banda" e hizo un recorrido por la que a su juicio es la "historia criminal" de los socialistas, que vinculó a sus pactos con "filoterroristas" reivindicando las palabras de la diputada Patricia Rueda del día anterior en el Congreso y al acercamiento de presos de ETA.

Mientras tanto, en Madrid, la ministra de Igualdad, Irene Montero en el centro de la polémica desde la aprobación de la cuestionada Ley del 'solo sí es sí' acusaba al PP de fomentar "la cultura de violación" por, a su juicio, haber impulsado una campaña de prevención de la violencia de género en Galicia que "culpabiliza a las víctimas". La presidenta del Congreso, entre las protestas de los diputados populares, recriminaba los "excesos en el lenguaje" de la ministra. Dos jornadas de crispación y agresividad verbal en dos parlamentos que cada vez se diferencian menos.