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Alba pasea a la Santa en el cierre del Año Jubilar

16 octubre, 2018 14:37

El año jubilar teresiano en Alba de Tormes está a puento de cerrar. Antes, este 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, se celebró la tradicional procesión desde la iglesia de San Pedro Apóstol hasta el convento de las Carmelitas, iglesia del Monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora de las Madres Carmelitas -donde se encuentra el sepulcro de la Santa y Patrona de la Diócesis de Salamanca-. Este ha sido un año de gracia, concedido por el papa Francisco, que se prolongó hasta hoy mismo.

El Decreto de Penitenciaría Apostólica que anunciaba este Año Jubilar Teresiano en la iglesia de las Carmelitas de Alba de Tormes señalaba que para alcanzar la Indulgencia Plenaria es necesario que “los fieles cristianos que hagan verdadera penitencia y sean movidos por la caridad” deben cumplir las condiciones acostumbradas para todos los jubileos: Confesión sacramental, Comunión Eucarística y Oración por las Intenciones del Sumo Pontífice; visitando “en peregrinación la iglesia de las Hermanas Carmelitas Descalzas del Monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación, de Alba de Tormes, y allí participaran con devoción en los ritos jubilares; o al menos permanezcan ante las reliquias de Santa Teresa de Jesús por un tiempo razonable en piadosa meditación, concluyendo con la Oración del Padrenuestro, el Credo, y con invocaciones a la Santísima Virgen María y a Santa Teresa.

Las personas ancianas, los enfermos y todos los que por causa grave no puedan salir de casa, podrán conseguir igualmente la Indulgencia Plenaria, con arrepentimiento de todo pecado y con la intención de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres condiciones acostumbradas, si se unen espiritualmente a las celebraciones jubilares y ofrecen a Dios misericordioso sus oraciones y dolores o las dificultades de su propia vida.

La llamada Plaza de Santa Teresa o Plaza de las Madres adquiere un relieve especial dado que, además de ser el corazón espiritual de la villa, como el ambiente y los muros de piedra que guardan celosamente el sepulcro de la Madre Teresa, en esta ocasión se convierte además en el ágora, lugar de encuentro y cruce de personas que tienen un mismo objetivo, el de venerar a Teresa y lucrar la gracia del perdón en su templo. Eso es lo que significa incluso arquitectónicamente una plaza, allí donde todos acuden, se encuentran, celebran, intercambian. Todo parece adivinar que durante este año éste va a ser el lugar más visitado, conocido, fotografiado, divulgado, enviado vía whatshapp e Internet a todo el mundo…

La fiesta sigue...