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Dámaso: "Todos tenemos una vena poética"

7 octubre, 2018 22:59

Profesor de Derecho Internacional Privado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid y escritor, en concreto, de poesía. Dámaso Javier Vicente (Valladlid, 1964) responde a este perfil, además de estar especializado en protección y liberalización de inversiones, en Derecho de las TICs o la aplicación de la antropología jurídica al Derecho Internacional Privado y al Derecho del Comercio Internacional, principal materia de investigación en la actualidad. ‹‹La investigación universitaria me ha permitido reflexionar y viajar; he realizado estancias en Holanda (La Haya), en Francia (Toulouse) y en diversos países de América Latina, especialmente en Argentina, donde colaboro con las Cátedras de Derecho Internacional Privado de la Universidad Nacional de Rosario››. Dámaso también conoce muy bien el funcionamiento interno de la Universidad, pues ha sido Vicedecano de la Facultad de Derecho (UVa) y Director del Área de Servicios Jurídicos y Evaluación de esta Universidad.

Saúl N. Amado.

Le pregunto por su faceta como poeta. ‹‹Escribo desde niño, aunque seguramente esa práctica se asentó en la adolescencia y en la primera juventud. En los años 80 me relacioné con un grupo de poetas que escribía en Valladolid, de mi edad o un poco mayores, que me permitió contrastar lo que escribía con otros poetas. Desde entonces, cuando nos hicimos amigos, he seguido en contacto con algunos de ellos, un poco según las épocas, y la Fundación Jorge Guillén nos recogió en una antología en 2013 bajo el título “Sentados o de pie. Nueve poetas en su sitio”››.

Ha escrito seis libros y tiene publicados cinco: La Edad de Hierro, Incluso sin palabras, Tras el cercado/Vegetal desamor, Viajero inmóvil y El ángel de la tempestad. ‹‹En realidad, falta de publicar el primero que escribí, de los 17 a los 22 años (Objeto para destruir), algunos de cuyos poemas están en la antología colectiva que antes mencioné. Quizás en un tiempo decida publicarlo››. Y yo le animo a ello.

Charlamos largo y tendido sobre su último libro, El ángel de la tempestad, que ‹‹es un intento de saldar cuentas con el momento actual. El ángel es una alegoría de las pulsiones que mueven el mundo, el ángel de la historia de Walter Benjamin. Es el testigo que ve la destrucción del pasado por el presente, la catástrofe de un tiempo que no respeta nada. El libro va del presente al pasado, a la inversa, en un intento de mostrar los ecos de lo perdido. La última parte se abre al amor y a la esperanza, en una melancolía por los Palacios nazaríes de Granada››.

Dámaso considera que ‹‹todos tenemos una vena poética. Es un modo de mirar el mundo. Conviene desarrollarla. Pero cualquier persona tiene la capacidad de mirar poéticamente. En caso contrario, no se entendería la poesía de los otros. Y se entiende. La cuestión está en que no sólo hay un modo de mirar poéticamente, sino muchos. Por eso las afirmaciones cerradas sobre la poesía son siempre reduccionistas. Es difícil poner puertas al campo››.

Su perspectiva de la actualidad sobre los diferentes problemas políticos y sociales a los que se enfrenta España es clara: ‹‹Ya es hora de facilitar la convivencia y evitar el trágala. Ni de los independentistas ni de los anticatalanistas. Algunos no han aprendido a convivir. Se ha hecho política de baja estofa con el anticatalanismo. En lo económico dependemos de la economía mundial y no se han resuelto los problemas que provocaron la crisis de hace una década. La codicia de mayores beneficios ha provocado una situación de bajos sueldos y una gran vulnerabilidad en la gente más sencilla. Nuestras sociedades están desquiciadas y no se ve salida››.

A pesar de todo, ‹‹la literatura permite pensar y pensar por uno mismo. Leer nos hace libres. La poesía no es más que una de las posibilidades. Lean por favor››.