Los charros tenemos una idiosincrasia específica, dentro del histórico Reino de León, que nos hace diferentes, más guapos, más simpáticos y con una cultura propia que se fortalece con la primera universidad del mundo hispánico y de las primeras de lo que es hoy Europa.

Siendo ciudad de cultura y ocio, nos vemos esquilmados en nuestros potenciales por Valladolid y por el resto de España. Nadie en España nos hace caso, nos contemplan como los “listillos” y se burlan de nosotros, con lo que, unido al latrocinio de la capital de Castilla y León, podemos gritar sin miedo ¡Valladolid nos roba!, ¡España no nos quiere!, sufriendo, de este modo, un agravio que nos diferencia del resto y nos hace sufrir mucho.

Esta peculiaridad, unida a la ofensa, nos permite tener un “derecho a decidir” que debemos de ejercer de forma democrática, vulnerando la Constitución que nos fue impuesta por el resto de los españoles, en una nueva y evidente gabela de la Nación opresora, ladrona y falta del más mínimo aprecio que nos permita tener un sentimiento de nación que nos une a España.

Se habrá de tener en cuenta que los países charros se componen de Salamanca, parte de Zamora, algo de Cáceres, proximidades de Ávila y parte de Portugal, lo que conforma el País Charro que sufre de la opresión.

La lucha charra será defendida por el Partido Independentista Charro (PICHA) que, por ser una ciudad cultural, no ejercerá la violencia, pero denunciará la opresión de la Nación invasora y el agravio de la Capital Pucelana.

 Lo grave no es que exista el PICHA, que se escriban estupideces como las expuestas, que se organicen actuaciones como las indicadas, lo realmente preocupante es que el Gobierno de España, los gobernantes nacionales, los dirigentes del Estado se plieguen, acepten, se acoquinen y se arrodillen ante tamañas tonterías; pero, a la luz del nivel patrio, todo lo que parecía una auténtica bobada es lo que ahora puede servir y ganar posiciones, por lo que: señores y señoras corran cuanto puedan y apúntense al PICHA, que será la solución. ¡Manda huevos!