
Ana Rosa dedica su primer editorial de 'El programa de AR' a Pedro Sánchez.
Durísimo primer editorial de Ana Rosa contra Pedro Sánchez en su vuelta a las mañanas: "Presidente tentetieso"
La presentadora dedica el inicio de la vigésima temporada de 'El programa de AR' al presidente del Gobierno por sus concesiones a Puigdemont.
Más información: Ana Rosa Quintana vuelve a las mañanas: "Si un día tengo que decir que Pedro Sánchez lo ha hecho muy bien, lo diré"
Vestida de blanco, como manda la tradición en los inicios de curso, y tras un cariñoso intercambio de palabras con Ana Terradillos, Ana Rosa Quintana ha arrancado la vigésima temporada de El programa de AR. Y lo ha hecho con un editorial repleto de ironía -ya lo avisó la semana pasada- dedicado a Pedro Sánchez, "el presidente tentetieso" por sus reiteradas concesiones a Puigdemont.
La comunicadora, que "echaba de menos" hablar de política en las tardes de Telecinco, se ha mostrado muy crítica con el dirigente socialista. Hasta ha comparado la situación de su Gobierno con el reto en audiencias que tiene con su regreso a la franja matinal: "Es una cuestión de confianza".
"Da igual de dónde le llegue el golpe, porque siempre se pone de pie", ha dicho sobre Sánchez para después rescatar las veces que ha resistido ante la adversidad: la imputación del Fiscal General del Estado; la de José Luis Ábalos; la de su mujer, Begoña Gómez, y la de su hermano - "Ya lo decía Fofito: No hay nada como la familia unida", ha dicho- y la modificación del decreto omnibús o "microbús".
En la misma mañana, Ana Rosa Quintana ha entrevistado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la rival política de Sánchez. También ha abordado el inicio del juicio contra Luis Rubiales por el beso que le dio a Jennifer Hermoso en la final del Mundial femenino.
A continuación, reproducimos textualmente el primer editorial de Ana Rosa Quintana en su vuelta a las mañanas, su "sitio natural", palabra por palabra.
Buenos días y bienvenidos a la temporada número 20 de El programa de Ana Rosa, y gracias por seguir ahí, para nosotros es una cuestión de confianza. Precisamente Pedro Sánchez se tiene que someter a una cuestión de confianza antes de mes y medio. Es el plazo que le da Puigdemont para ganarse su confianza ciega, para convertir el Parlamento en El Congreso de las Tentaciones.
Si no lo hace, Sánchez tendrá que ver ante sus ojos cómo sus socios de legislatura se alían entre ellos y le son infieles con otras formaciones. Pero no verán a Sánchez llorar ante las cámaras, porque una vez más se convertirá en un tentetieso, ese juguete que siempre se tambalea pero que nunca se llega a caer. Da igual de dónde le llegue el golpe, porque siempre se pone de pie, aunque al levantarse no tiene por qué mirar al mismo sitio. Gracias al lastre que lleva debajo, siempre se queda en pie.

Ana Rosa ha vuelto a cumplir con su ritual: vestir de blanco impoluto en los inicios de temporada.
En los últimos tiempos, Sánchez ha recibido varios golpes y se ha levantado. Golpe número uno: El Fiscal General del Estado imputado negándose a declarar ante el juez ha sido como ver a un árbitro metiendo un gol para ganar una apuesta.
La excusa que ponen por las filtraciones de datos reservados es que 60 personas accedían a los correos de la fiscalía, incluso señalan a la señora de la limpieza como responsable de dejar como la patena el correo del fiscal. Les cambian de móvil cada seis meses por seguridad, pero ponen la contraseña de la fiscalía en el corchopán de la cafetería. Cuestión de confianza.
Segundo golpe al presidente tentetieso. La imputación a tres personas de su máxima confianza: su exmano derecha, José Luis Ábalos, envuelto en una trama de corrupción digna de Torrente, su mujer, por tráfico de influencias y su hermano por, entre otras cosas, crearle un puesto de trabajo para no ir a trabajar. El sueño de cualquier Nini. Ya lo decía Fofito: No hay nada como la familia unida. Cuestión de confianza.
Golpe número tres al tentetieso. Sánchez presenta un decreto ómnibus que finalmente se convierte en un decreto microbús porque Puigdemont quiere dejar fuera los dineros. Quiere negociar de tú a tú con el Gobierno. Cuestión de confianza.
La España plural consiste en pactar una financiación singular. Sánchez en quien más confía es en sí mismo, y por eso se ha convertido en el Iñaki Perurena de la negociación. Va a levantar pesadas piedras para buscar votos. Y si para que siga de pie el tentetieso tiene que conceder una Amnistía, unos indultos, reformar el Código Penal, o conceder una fiscalidad singular, lo hará. No son votos debajo de las piedras, son votos que pesan como piedras.
El truco del tientetieso es el peso. El peso no le permite caerse, pero no va a ningún lado, nunca avanza. Gira y gira, pero siempre se queda en el mismo sitio. Si queremos dar la vuelta a un tentetieso no debemos golpearle, la única manera de desactivarlo es quitarle el peso que tiene dentro. Sánchez se ha convertido en ese dentista donde un cliente llamado Puigdemont le agarra y le dice: ¿No nos haremos daño, verdad? Cuestión de confianza. Porque como piensa Puigdemont, donde hay confianza… rasco.