Opinión

Galdós, la Fontana de Oro en la nueva España

Pedro Sánchez con la nueva Ejecutiva del PSOE en el 40º Congreso del partido celebrado en Valencia.

Pedro Sánchez con la nueva Ejecutiva del PSOE en el 40º Congreso del partido celebrado en Valencia. PSOE

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El último Lázaro de la política española fue Pérez Rubalcaba, ministro de Interior en la lucha contra ETA que fue consensuada por parte de todos los políticos españoles en el Congreso de los Diputados que no es más que la Fontana de Oro de Galdós.

Rubalcaba nunca fue candidato a la presidencia española y hubo debates abiertos con Rajoy, pero su idealismo no pudo con el pragmatismo del hombre que sacaría a España de la crisis propiciada por las hipotecas basura desde los años de Aznar con la quiebra de Lehman Brothers.

Zapatero usó dinero público para hacer obras absurdas de aceras y vallas con 8.000 millones de euros de aquellos presupuestos. España no fue intervenida pues se dio el dinero a los bancos para garantizar la liquidez y el sistema financiero español, y este trabajo duro lo tuvo que hacer el PP. Años por otra parte de políticos corruptos en Valencia y Madrid que bien pagó el PP en el ascenso al poder de un Pedro Sánchez renacido después de que dejara su acta de diputado. Así, por mucho que se haya intentado dar una idea de unidad en el congreso del PSOE con la vieja guardia desde Felipe González, se ratifica la fortaleza en el partido socialista del Sanchismo. El PSOE ha perdido sus orígenes, aquellos que dejaran de lado el marxismo para entrar en la OTAN, y la modernidad del país con la presidencia de Felipe González, que acabó por agotamiento de la idea del Felipismo y el daño de los GAL y el caso Filesa de la financiación ilegal del partido.

Surgieron en la época de UPyD Lázaros que judicializaron la vida política más por la deriva del partido de la déspota de Rosa Diez que por convicción propia, pues esos Lázaros querían hacer verdadera política como alternativa a Rajoy. De esos Lázaros se sabe poco, pero fueron engullidos por Rivera, apoyado por medios adeptos y el sector económico de España, al comprobar que Rosa Díez iba por libre en su egocentrismo. Todo el partido giraba en torno a ella. Y con Ciudadanos y UPyD y desde el 15-M surgieron los sucedáneos de aquellas asambleas, se decía guiadas por el pueblo libre, en Podemos, con otra figura, la de Pablo Iglesias, que pasará por demérito a la historia de España.

Me recuerda Vox a las Porreño y a la beata que no separaba los ojos de la biblia por miedo a que los nuevos tiempos acabaran con la integridad de una sociedad que estaba cambiando, sin separarse de los textos sagrados. Clara que tuvo que ser rescatada de la casa de las beatas por Lázaro, pues en el fondo le importaba más su vida que su deriva en política

Los Lázaros vuelven a sus casas de origen, con sus amores olvidados como Lázaro con la Clara de Galdós, en el curso de la exigencia de la política. Rubalcaba volvió a su Universidad a enseñar química. Otros políticos caen en las puertas giratorias. Y es que Rubalcaba estaba en política por convicción y era el único socialista de contrapeso a las políticas del inicio del estatuto de Cataluña del desmadre de Zapatero.

Se ha sacado en el Sanchismo a Franco de la tumba y se conmemoran los 10 años del fin de ETA como si fuera cosa conseguida por Zapatero, pues no: desde el gobierno de Felipe, pasando por Aznar, se dialogó con la banda y se la estranguló policialmente. Zapatero, el Elías mentiroso de la Fontana de Oro, blanqueó a los terroristas, que ahora en nombre de Otegui, sin ningún tipo de arrepentimiento y sin saberse a quién representa, pide perdón. Las víctimas olvidadas sin cunetas donde buscarlas pues están en las tumbas del tiro en la nuca o los coches bomba.

Lázaro no pudo triunfar en la Fontana de Oro con discursos inteligentes e inocentes, pues hoy podemos decir que ha triunfado el anarquismo. No hay ni gobierno ni dirección. Rubalcaba se marchó en busca de su familia y el recuerdo de lo que fue su vida antes de embarcarse con Felipe en la alta política, en una Fontana de Oro que con el tiempo se ha convertido en un patio de gallinas.