Opinión

El parto de la señora ministra

Foto cedida por Elliana Gilbert.

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Recientemente la ministra de Igualdad, Irene Montero ha propuesto que se creen unas casas de parto extrahospitalarias para que los partos tengan lugar en estos centros. Ante esta sorprendente noticia, me gustaría hacer las siguientes consideraciones:

1. La gran mayoría de los embarazos y partos, afortunadamente, son normales con un final feliz, para el recién nacido, la madre, la familia y también para la matrona y el obstetra, binomio para mi indisoluble en la asistencia obstétrica.

2. Pero cuando un embarazo o parto se complica, muchas veces sucede de forma rápida e inesperada (a veces, fatal), es la única circunstancia en medicina en la cual hay dos personas en peligro: la madre y su hijo.

3. Por este motivo se han adaptado muchos hospitales en España y en el mundo, para que tengan partos humanizados, familiares, pero seguros, aplicando toda la tecnología médica que hoy día tenemos disponible para el control del bienestar fetal durante el parto y el tratamiento del neonato. En mi opinión hay otro binomio indisoluble en la especialidad de Obstetricia: Parto Humanizado = Parto Seguro.

4. Estas circunstancias, junto a los cada vez mejores cuidados prenatales durante el embarazo, han contribuido a que hayamos pasado en los últimos 40 años de una mortalidad perinatal (desde la semana 28 del embarazo hasta los primeros 7 días de vida del recién nacido) del 20 por mil recién nacidos al 7 por mil recién nacidos que es la tasa actual de España.

5. La posibilidad de parto en domicilio está disponible en Madrid, lo mismo que en otras ciudades españolas. Ya sé que estas casas específicas de parto propuestas por Irene Montero, todavía no lo están. Una de las personas que más me enseñaron durante mi época de residente en el Clínico de Granada, fue la inigualable matrona Charo Ros (q.e.p.d), experta en el parto domiciliario (cobraba más que un obstetra en la privada), pero siempre me decía: “Yo decido muy bien los partos a los que puedo asistir en el domicilio y no la embarazada. Esa es la clave”.

6. La señora Irene Montero, teniendo a su disposición el parto domiciliario, para su 2º parto (el primero fue gemelar y de 6 meses de gestación) que fue natural, es decir por vía vaginal (según se publicó), aunque parece ser que algo prematuro, decidió todas las comodidades y sobre todo la seguridad del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. La felicito por ello.

7. No hay que olvidar que la precursora de los partos en domicilio, la matrona australiana Caroline Lowell, falleció en el parto de su segundo hijo en su domicilio, por una hemorragia uterina. De esto no hablan los defensores del parto domiciliario y para dar una información fidedigna, hay que hablar de todo, posibles ventajas e inconvenientes, pero no silenciar estos últimos.

8. Durante una de mis becas en el extranjero, en Nijmegen (Holanda) pude ver, por curiosidad, un parto a domicilio, ya que Holanda es el país prototipo del parto domiciliario por su orografía, su organización y muchos años de experiencia. Además, las embarazadas candidatas a parto domiciliario tienen que cumplir unas condiciones medicas y obstétricas, que son ya generalizadas en todo el mundo: multípara (2º parto o más), embarazo único y controlado desde el punto de vista obstétrico, no gemelar, embarazo de bajo riesgo, presentación en cefálica, no de nalgas, y posibilidad de acudir a un hospital en cuestión de minutos, ante una complicación como una hemorragia uterina, un recién nacido que necesita reanimación, etc. ¿España esta preparada, geográficamente, para ello?

9. El periodo de tiempo transcurrido desde que una embarazada comienza el parto hasta que finalmente el recién nacido llega al mundo (dilatación y parto), se ha comparado en relación con el riesgo de desarrollo neurológico del ser humano, con los primeros 40 años de vida de una persona. Por lo tanto, yo creo que tenemos que poner todos los medios a nuestro alcance para asegurarnos que el feto y la madre hacen durante el parto, un “viaje feliz y sobre todo seguro”.

10. Por cierto, he de decirles en este muy resumido artículo, que yo nunca, en mis 35 años de obstetra dedicados a, por, para y con la mujer, de la cual he aprendido mucho por ser infinitamente superior al hombre, he atendido un parto en el domicilio de la paciente y sí muchos en el hospital.

En mi modesta opinión, lo que habría que hacer es “humanizar”, todavía más si cabe, los magníficos hospitales públicos materno-infantiles de los que disponemos en España (hay que viajar más, señora ministra) y no crear “casas de parto”, politizadas y desfasadas como todo lo que hace la izquierda comunista en este país, despreciando las tecnologías, obstétricas y neonatales, que tanto han beneficiado a nuestras madres e hijos y por lo tanto a la sociedad española.