Populismo o corrupción del sistema liberal que se autopremia sin importar las residencias de ancianos o la falta de apósitos en la sanidad madrileña, donde languidece la atención primaria o se realiza una ridícula y tramposa eliminación de impuestos que favorece a las casas de apuestas.
El verdadero problema son políticas corruptas, centradas en la expansión del sector hostelero, el retorno de la burbuja inmobiliaria y un sector turístico que no volverá y sin futuro.
La industria es riqueza porque tiene enorme valor añadido, pero implica tener un sistema educativo solvente y sin interés para quienes fomentan con sus débiles políticas económicas, que haya trabajadores precarios en los sectores anteriormente mencionados, especialmente en turismo y hostelería.
La propuesta económica del PP, parece de los años 90, solo hay que ver las titulaciones de algunos de sus diputados, aunque de titulaciones y capacidades reales, se podría hablar un rato largo.
Cada vez más personas cobran ayudas combinadas con rentas laborales e irá a más porque los trabajos serán sustituidos por la inteligencia artificial y la robótica.
Que nadie se lleve a engaño porque los que critican el ingreso mínimo vital o cualquier ayuda social o pensión, se verán abocados a cobrarlas porque en un futuro próximo, no hará falta ni ingenieros.