Opinión

El futbolista Sergio Ramos y el filósofo José Ortega y Gasset

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Una de las muchas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida de médico es la diferencia entre las Instituciones y las personas o personajes de las mismas. Las Instituciones quedan y permanecen y las personas, inexorablemente sean quien sean, pasan y en mayor o menor medida, a veces hasta se olvidan. Es ley de vida.

Otra es una frase de Ortega y Gasset, la gran figura de la filosofía y del pensamiento español del siglo XX que aplico en mi vida y en la de mi familia desde hace muchos años: “Yo soy yo y mi circunstancia” (abreviada) queriendo decir con ello que, una cosa es el “yo” de una persona y otra “la circunstancia” que rodea al “yo” y que en ocasiones puede ser incluso más importante que el mismo “yo”.

En este caso la Institución es el Real Madrid, club que tiene un peso específico muy especial ya que el Real Madrid es el mejor y más famoso equipo del mundo del fútbol y del deporte y además está dirigido por D. Florentino Pérez, una persona que ha demostrado, para suerte de España, el Real Madrid y de sus socios, su valía en el mundo profesional de la gestión y de la economía deportiva y empresarial, con sus acciones y sus actos.

La persona es Sergio Ramos, toda una leyenda en el Real Madrid, el mejor defensa central del mundo, el capitán (¿tan difícil es entender que Messi y Busquets no son capitanes ya que no son líderes?) y líder reconocido por propios y extraños, dentro y fuera del vestuario. Un futbolista que los aficionados madridistas no olvidaremos nunca, jamás, sobre todo por los goles de cabeza, muy especialmente aquel en el minuto 93 de la final de la Champions de Lisboa, contra el Atlético de Madrid. Jamás te podremos pagar, Sergio, la satisfacción y la felicidad que nos distes a los millones de madridistas con tu maravilloso gol de cabeza.

Por la Institución del Real Madrid, los años tienen un efecto positivo ya que cuantos más años, más experiencia y nombre se le añade. Ya lo dijo Wladimir Tkachenko el famoso baloncestista ruso y miembro del equipo de baloncesto en los años 80: “Pasan los años y las décadas y el Real Madrid sigue siendo un club famoso e importante”. Esto es evidente en el Real Madrid.

Por las personas, los años lamentablemente tienen un efecto negativo o al menos reducen su valoración profesional, ya que aparecen circunstancias que antes no influían mucho, como las lesiones, la resistencia corporal, la elasticidad, la competencia de los más jóvenes, etc. Esto es inexorable para Sergio Ramos.

Mbappé o Halland llegarán al Real Madrid buscando el balón de oro que solo el Real Madrid sabe cómo hacer que se lo den, justamente y en buena lid, igual que a sus 11 balones de oro ostentando el récord mundial en este terreno. El ansiado balón de oro y la gloria que solo la Institución del Real Madrid le puede dar a una estrella del futbol.

Mi humilde opinión es que, a cierta edad en la vida, personal y profesional, como son los 35 años de Sergio Ramos, hay que empezar a pensar más en la “circunstancia” que en el “yo” del filósofo, D. José Ortega y Gasset (“yo soy yo y mi circunstancia”), es decir, hay que pensar más en tu entorno que en ti mismo. Y fundamentalmente en lo más importante que una persona puede tener en la vida, la familia y por lo tanto pensar en el trabajo de su esposa Pilar Rubio en TV y en la educación de los hijos, estar cerca de los padres y familiares, en la comodidad de vivir en una buena y conocida ciudad como es Madrid, en los amigos que ya se tiene, en la calidad de vida, en los medios de comunicación etc, etc. Si Sergio Ramos y su hermano representante hubiesen pensado en la “circunstancia” de Ortega y Gasset, y no en el “yo”, nunca habrían echado el pulso, irremediablemente perdido, al todopoderoso Real Madrid.

Quien yo creo que sí ha pensado en Ortega y Gasset, ha sido Luka Modric, con infancia y juventud digna de película, como aquella de “Kubala y los ases buscan la paz”, lo cual ayuda a la educación del entorno familiar y del propio Modric, balón de oro del Real Madrid en 2018, que a sus 35 juveniles años, ha aceptado encantado y ha renovado 1 año más por el club de su vida y estoy seguro de que no será la última renovación, demostrando inteligencia y humildad (binomio hoy muy difícil de ver) aunque juegue en el centro del campo y su desgaste sea mayor que en el puesto de la defensa de Ramos o en la delantera de Ronaldo.

Creo que Donato el magnífico y recordado jugador de la Coruña estuvo renovando, año tras año, desde los 30 a los 40 años que duró su fantástica y larga vida profesional en el Coruña. Sabios ambos futbolistas y sobre todo, sabias personas. Mi respeto y admiración a la humildad e inteligencia.