La subida de la producción industrial significa un aumento del consumo y mejora de la economía española.
España necesita una Formación Profesional de calidad que garantice trabajadores bien formados humanística y técnicamente para garantizar una economía solvente con trabajadores bien pagados y con nivel cultural.
Los empresarios que piensen que el trabajador es una mera herramienta para sus intereses y que no merece derechos sociales y laborales con sueldos dignos y buenas condiciones de trabajo, mejor que abandonen el barco y dejen paso a empresarios formados y con la inteligencia necesaria para afrontar proyectos donde se tenga en cuenta al trabajador y a los clientes que pueden hacer fuerza para que las empresas cumplan con unos requisitos de calidad y compromiso social.
Para llegar a que los clientes tengan la visión y formación para darse cuenta de su verdadera fuerza para mejorar las condiciones laborales, queda un camino.
Durante la democracia, España ha extendido sus empresas por todo el mundo, vuelve a no ponerse el Sol en el imperio, en este caso empresarial, que debe seguir creciendo y lo hará con fuerza y competitividad. No debe basarse en sueldos bajos y precariedad laboral y sí en trabajadores perfectamente formados porque eso atrae inversión y prestigio para cualquier país.