La revuelta que se vive en Cataluña es el porvenir de una Euskadi sin ETA en lo que será un regreso al futuro de la soñada independencia.
Dentro de una década, muchos ancianos habrán dejado este mundo y los de mediana edad estarán jubilados con algún que otro problema de salud. Será el momento de los jóvenes de hoy en día, que estarán fuertes y marcarán la tendencia del futuro momento propicio para que Euskal Herria se lance a su aventura soberanista buscando la felicidad y la paz deseada por la mayoría de los vascos de cuna y adoptados.
ETA es pasado, se mire como se mire y ese pasado es el necesario para que el sentimiento independentista sea una mayoría fuerte capaz de votar en un hipotético referéndum de independencia.
No es lo que yo deseo y sí lo que quieren los que viven el independentismo.
No sé si Putin seguirá tocando la siniestra melodía sobre Europa o si Cataluña seguirá donde está o se habrá precipitado por el abismo.
Si Cataluña fracasa, Euskadi se lo pensará, si no, se lanzará de cabeza hacia la independencia.
La unión hace la fuerza y la separación nos debilita haciendo fuertes a los países competidores.