DESDE EL OTRO LADO DEL DUERO

Pablo Iglesias tiene razón

Pablo Iglesias. (Imagen: RRSS por Dani Gago)

Pablo Iglesias. (Imagen: RRSS por Dani Gago)

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La sociedad de comienzos del siglo XX, por miedo a perder su comodidad, interiorizó el conocido como pacto de Múnich entre Chamberlain, Daladier y Hitler, en su deseo de garantizar la paz mediante el diálogo, cediendo la zona de los Sudetes en Checoslovaquia al totalitarismo nacionalsocialista de Hitler.

Hoy la sociedad, por temor a que la tachen de fascista, tiene interiorizado que se puede ceder y perder la libertad en aras a no querer ver que el totalitarismo nunca es democrático, que solo acepta su "democracia", y para ello tiene que subvertir y eliminar cualquier tipo de democracia basada en la libertad del individuo.

El vicepresidente del gobierno socialcomunista ha vuelto a enunciar la democracia que no le sirve, y la "democracia" que le sirve y que él quiere para España.

La que no le sirve es la democracia española basada en la Constitución del 78, que para él es "ese candado que hay que abrir", y se ha vuelo a referir a ella, como vicepresidente del Gobierno, como una anomalía democrática, diciendo: "No hay una situación de plena normalidad política y democrática" en España, porque para ello hay presos políticos y políticos exiliados.

En su apoyo ha salido la ministra de Trabajo y Economía Social de este gobierno socialcomunista diciendo: "En el Gobierno todos estamos de acuerdo con Iglesias, existen anomalías democráticas". El exministro de Sanidad, vuelto a la política en Cataluña, ha asegurado entender las palabras del vicepresidente "como un anhelo de perfeccionar nuestra democracia". Y el presidente del Gobierno, calla, y como dice el refrán, otorga.

Su anhelada "democracia" todos la conocen, pero como los niños, la sociedad se tapa los ojos pensando que así el comunismo no la verá y pasará de largo sin interrumpir su felicidad.

Su "democracia" para España no es otra que designar a través de juicios de su gobierno lo que consideran democrático, y lo que no consideran democrático y tiene que ser castigado. La democracia para el vicepresidente del gobierno socialcomunista de España es: el golpe de Estado de los separatistas catalanes contra la Constitución del 78, la persecución como en Vascongadas y Cataluña de todos los que no se sometan, o el llamamiento al "cordón sanitario" contra los resultados de esta democracia, como en Andalucía y Cataluña.

Sus ejemplos de "democracia" son: la bolivariana de Venezuela; la peronista de Argentina; la castrista de Cuba; la xi-jinpingnista de China; o la putinista de la Federación Rusa. Todos ejemplos de totalitarismo, pobreza, miseria y muerte. En palabras de don Josep Pla: "El socialismo es la miseria y el comunismo es la muerte. Eso lo sé perfectamente. Yo he estado en Rusia muchas veces y lo sé perfectamente".

Cuando una sociedad libre y democrática reniega luchar para salvar la libertad del individuo, es que está dispuesta a suicidarse despojándose de todo por ser feliz, incluida la libertad, y va casi irremisiblemente hacia el totalitarismo. Una sociedad acobardada por que no la llamen fascista los totalitarios socialcomunistas, está dispuesta a aceptar actos antidemocráticos por su felicidad y su bien.

Cuando de boca del vicepresidente del gobierno socialcomunista sale la palabra "democracia" para decir que no hay "democracia plena" en España o que no se respeta la "democracia", Pablo Iglesias tiene razón, esta democracia de España no le sirve, no es su "democracia". Su "democracia" no es la de democracia liberal que hay España o en cualquier país occidental. Su "democracia" para España o para cualquier país con una democracia liberal es la que hay impuesta bajo la bota de cualquier gobierno de un país comunista o comunistapopulista.

Pero mientras trae su "democracia", le sirve la "democracia" que quieren los separatistas, los proterrorista de ETA, o cualquiera que le sirva para socavar la Constitución del 78. Y esta sociedad de hoy, por preservar su felicidad, está dispuesta a entregar su libertad, cerrando los ojos para no ver que la democracia del 78 y la "democracia" del vicepresidente del gobierno socialcomunista de España son opuestas e incompatibles.

Tras el pacto de Múnich, Winston Churchill profetizó: "Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra… elegisteis el deshonor, y ahora tendréis la guerra". Hoy, esta sociedad tiene que elegir entre la democracia del 78 y la "democracia" de Pablo Iglesias. Con su "democracia" no habrá felicidad, y se perderá la libertad.