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Educación y pandemia

Niños en una escuela de China. Efe

Niños en una escuela de China. Efe

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Comentaban los expertos en marketing que la gestión empresarial es una cuestión que no genera votos porque es incapaz de promover emociones. Hoy vemos, contrariamente, cuanto necesaria y crucial es y las consecuencias que puede provocar. A lo mejor en España no es cosa que interese y, a lo mejor, es verdad…

Observamos atónitos cómo grandes empresarios han propuesto ideas muy brillantes y generosas para afrontar estos momentos críticos y cómo el silencio y la complacencia borró sus voces e iniciativas.

Incluso se observa cómo algunas comunidades autónomas más proactivas en la primera ola de la pandemia han sido y son objeto de una demagogia que ha vertido opacidad a brillantes respuestas ante una penuria de medios técnicos y humanos inexplicable.

La salud y la vida de todos depende de una buena planificación para abrir escuelas y centros educativos en general.

Creo que ser conscientes del peligro que se corre puede ayudar a diseñar sistemas que impidan comprometer la salud de profesores, padres y personal auxiliar.

Se trata de buscar soluciones ante un problema que hoy se discute en todo el mundo por su gravedad pero que no impide encontrar soluciones creativas y efectivas.

Conforme a los estudios de la ciencia para evitar el contagio del SARS-COV2 el hacinamiento y los espacios cerrados deberán evitarse, aminorarse o gestionarse con tecnología adecuada para tratamiento de aire.

Se ha dicho que este país era de creativos, muchos esperan todavía que ese genio se materialice de alguna manera para sorprender al mundo. Mientras tanto observamos lo que ocurre fuera.

En Italia, el 6 de agosto de 2020 se firmó el Protocolo para la reanudación segura del año escolar. Se definieron desde modalidades de entrada y salida a los colegios hasta la desinfección continua de espacios e incluso, como medida más ambiciosa, alquilar locales para incrementar aulas y aminorar la densidad de personas por clase.

Unicef ofrece algunas medidas profilácticas que pasan desde cambios de horarios de apertura y cierre, traslados de clases a espacios temporales o al aire libre e instaurar en la escuela turnos para reducir el tamaño de la clase .

Australia adopta la creación de clústeres dentro de la escuela para minimizar el contacto con extraños, se prohíben los cánticos, fiestas, bailes y actos sociales en la escuela así como el uso de instrumentos de viento, imposibilidad de visitar otras escuelas fuera de su área local, prohibición de que los padres acudan a los centros escolares.

En Galicia y Cataluña (España) se imponen el uso de mascarillas dentro de los centros educativos.

En Gaza, 751 escuelas se desinfectan dos veces al día.

La apertura de escuelas supuso un incremento de la propagación del virus como puede comprobarse en Israel. El diario The Jerusalem Post, publicó el día 19 de agosto de 2020 un artículo recogiendo las declaraciones de un experto israelí quien declaró:

«[…]No hace falta ser un genio para ver lo que pasó en mayo y saber que cuando las escuelas abran por completo, los profesores y los estudiantes se van a enfermar […]
A menos que algo importante haya cambiado entre ahora y mayo, es probable que veamos un aumento […] ».

Con vistas a 1 de septiembre, apertura de los colegios, Israel ha implementado el llamado «sistema cápsula» o «de lata de sardinas», por el cual se disminuye notablemente el número de alumnos por aula, no más de 18 alumnos, alternando la docencia presencial con la docencia en línea o a través de internet. Ello implicará ofrecer computadoras y teléfonos móviles a los estudiantes.

Un desafío sin duda, pero es el precio que hay que pagar para evitar abandonos y rupturas educacionales en estas jóvenes generaciones que deben dirigir y trabajar por España en años venideros del modo más eficiente posible.

Sin querer profundizar en otro escenario inédito, pero no imposible en estos momentos, la perpetuación del virus durante años… solo escribirlo infunde pavor.