Indigna y entristece leer el relato que Manzoni hace en Los Novios sobre la peste que asoló Milán en 1630. Si cambiamos los nombres, encontramos a Pedro Sánchez, Fernando Simón, Salvador Illa y a toda la banda de embusteros que tenemos que soportar mientras mueren nuestras familias.
Casi 400 años después, los gobernantes mienten y tratan de engañar a los que tenemos que sufrirles, y así como Espínola anteponía la guerra por su gloria personal a la curación del pueblo, Pedro Sánchez y su escudero, el barón de los negros dientes, sacrificará a cuántos sea necesario por seguir en la poltrona.
Para un no creyente como yo, es motivo de reconocimiento la labor que Cáritas y similares hacen, emulando a Federico Borromeo, tratando de paliar el hambre que la desvergüenza de este gobierno está creando.