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Los miembros y otras cosas

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Ese tipo de lenguaje es lo que no se puede consentir en esta España que el líder del partido político que fuera “Más Madrid” quiere destruir. Que en una cadena de televisión se le haga una entrevista y el señor que se fue de la Asamblea de Madrid para entrar en el Congreso con una sigla de partido que se le queda demasiado grande, diga “no sé si es el quinto o el sexto Borbón que se tiene que ir de España con el rabo entre las piernas…”, es todo un despropósito.

Señores, ese es el problema: el lenguaje. Porque el lenguaje dice lo que somos.
No es momento en este articulo de indicar las luchas intestinas entre los lideres de “Unidas Podemos” para que finalmente Pablo Iglesias se haya hecho con una vicepresidencia, pero sí es ciertamente de recibo indicar la lucha sin tregua contra la monarquía.

Sin ninguna imputación y tan sólo por ser “señor”, se va de España el rey Juan Carlos. Aún hay algunos lideres, de “Unidas Podemos”, que se resienten contra el verdadero gobierno de Pedro Sánchez por no indicar el destino de la “fuga”. De nuevo el mal uso del lenguaje les delata. ¿Os es que ustedes lo que quieren es encarcelar al rey de España? Ciertamente, no saben de nuevo en la reunión de los presidentes de las comunidades hablar con Felipe VI de otra cosa que del tiempo. Y es que el problema es la falta de discurso.

Felipe VI, como jefe del Estado, verdaderamente apostó por más España cuando en el inicio del golpe de Estado perpetrado por el Gobierno catalán, con un referéndum impostado, hablara en la televisión para tranquilizar a todos los españoles, pues el papel del jefe de Estado es un papel de moderador.

No ha habido todos estos años de democracia mayor diplomacia que la del rey Juan Carlos, ya sea con Estados Unidos, en las cumbres Iberoamericanas, o en parar el golpe de Estado de Tejero. Parece que este país olvida pronto los méritos. Y más país se queda en menos país, no se sabe bien a qué se refiere el líder “mal hablado", si es España o otra cosa, pues todo se queda en una marca de detergente que quiere lavar cualquier tipo de mancha del propio devenir de la existencia de cualquier ser humano, por el ruido mediático de cadenas y contertulios que poco a poco quieren socavar la Constitución del 78.

Me puedo imaginar a los profesionales de marketing deliberando acerca de la mejor sigla de estos partidos de nueva creación, ya sea “Podemos” en sus diferentes nomenclaturas, ya sea en las ambiciones mal logradas, que queda clara en la entrevista en la que los miembros se confunden con las miembras.