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Salvar vidas y salvar empleos

Inés Arrimadas en el Congreso de los Diputados.

Inés Arrimadas en el Congreso de los Diputados.

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España vive momentos de máxima gravedad, momentos en los que nuestro modo de vida se ve amenazado por un enemigo invisible que genera problemas visibles. Algunos de esos problemas visibles son sanitarios, otros son económicos. La labor de la clase política debe ser salvar vidas, pero también salvar empleos y pinchar la llamada 'burbuja política' para poder oír los lamentos de nuestro pueblo.

Hace un par de días, Inés Arrimadas y sus 9 valientes asumieron una carga espectacular para proteger a nuestro pueblo; hace unos días Ciudadanos votó a favor de mantener el estado de alarma porque de nada serviría levantarlo sin un marco jurídico desescalada para las regiones y para las medidas económicas, como es el caso de ERTE. Si ese día se hubiera seguido la directriz del bloque de la trinchera –Vox, ERC, JxS, CUP– España, ahora mismo, se encontraría al borde del precipicio; como diría Nietzsche: estaríamos mirando fijamente al abismo, el abismo nos devolvería la mirada.

Los ERTE se dejarían de cobrar, la movilidad entre provincias se haría caóticamente, cada región adoptaría las medidas que sus gobiernos regionales dispusieran sin un mando unificado que las coordinase. Imagínense que Torra y Junqueras decidieran llevar la contraria al resto de España por motivos nacionalistas en esta crisis del COVID-19.

Yo estoy de acuerdo en que el Gobierno de PSOE y Podemos lo ha hecho mal, muy mal, pero eso no es incompatible para que, a través del parlamentarismo, una fuerza regeneradora y centrista negociara algunas cosas buenas para el conjunto del pueblo español. Solo con 10 diputados, Ciudadanos ha conseguido que el PSOE empiece a reunirse con la oposición, a que se empiece a trabajar en un marco jurídico para que los ERTE se emancipen de la circunstancia excepcional del estado de alarma y abogando por una negociación entre el gobierno central, las fuerzas de la oposición y las regiones, con el objetivo de que exista un plan de desescalada coordinado y razonable, que no genere problemas e incoherencia poniendo en riesgo vidas o empleos.

No se trata de luchas partidistas, de pactar gobiernos; se trata de España y de la seguridad y el bienestar y la libertad del pueblo español. Las políticas partidistas deben venir luego, pero primero el patriotismo, ese patriotismo para salvar vidas y empleos.