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La pandemia 2020

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La ventana a la calle.

Paisaje insólito, algún ruido, un niño vecino juega con la pelota, calles vacías, un chirrido de pájaro, silencio de un domingo temprano. ¡Estamos en cuarentena!

El miedo irrumpe la vida, confundidos, sin rumbo en espera de alguna respuesta.
La respuesta no llega, agazapados en un cuarto, mirando pájaros volar, soñando con una playa limpia, flores de primavera a la distancia. Todo esto por un enemigo invisible, incapaces de responder, echo por el que pasamos a ser el animal más débil del planeta tierra.

Si, por decir, filosofar un poco, estamos en el mismo barco de boyas atadas, todos juntos y juntas flotando al vaivén de lo desconocido, con los fachas, españoles, inmigrantes, vascos, catalanes andaluces y toda la jauría de un país llamado España para unos, ¡para otros nada!

¿A ver si nos entendemos? ¿Español, inglés? ¡O sabe dios!

El mundo igual, estancado con: blancos, negros, indios, gitanos, rubios y toda la mezclas de homo sapiens, flotando en las mismas boyas atadas, esperando salva vidas, ¡así somos!... ¡Sabe dios!

Estamos evolucionando para entendernos mejor, quedan muchos siglos por delante antes de alcanzar el pináculo de la vida perfecta, ¡así somos!

Para comprobar, lo que realmente somos, me gustaría hoy por hoy subir al edificio más alto, con monedas, muchas monedas en mano, dejarlas caer: visualicemos por un instante, al animal inteligente, desmembrarse por acumular las monedas que caen del cielo; el más incauto se sorprendería, ¡así somos!

Un hombre sabio dijo una vez: "Ningún mal dura cien años", con suerte nos queda la música, se despierta el genio escondido, sin no sabemos leer nos queda la tele; bailamos, jugamos, la gimnasia ideal. Sobre todas las cosas tenemos el derecho a ser felices.

¡Así somos!

¿ Preguntaría a Papillon el secreto de vivir en confinamiento?

Un virus, no importa el nombre, hay muchos, ¿quizás son los dioses invisibles?, sabios que hacen falta. Sin embargo no llegamos a nada, seguimos buscando al supremo, el mejor, el primero, no hay respuesta para el fin que beneficie todos, unidos en un solo puño, sin tapujos. ¡Vergüenza!

¡Vergüenza de gobernantes sin respuestas!