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Carta abierta por la defensa de la libertad y el bienestar social en España

Pablo Casado. / Imagen de su cuenta de Instagram.

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Estimado Sr. Pablo Casado

Presidente del Partido Popular y líder de la oposición parlamentaria

Permítame que me dirija a usted en estos momentos delicados por los que atraviesa la nación española, para recabar su ayuda ya que, su liderazgo en la oposición y la confianza depositada en su grupo parlamentario por muchos españoles, induce a pensar que aún estamos a tiempo para actuar y salvar a España de la deriva totalitaria a la que nos está conduciendo el gobierno actual de la nación, amparándose en la crisis sanitaria que tristemente estamos padeciendo.

A estas alturas es claro y obvio constatar que estamos pagando triste y trágicamente, con un gran número de fallecimientos y deterioro social, las consecuencias de un gobierno imprudente e irresponsable que ha actuado tarde y de forma caótica.

El gobierno, si fuera eficaz y responsable, debería abordar la crisis sanitaria con medidas y medios adecuados a tal fin, como son la realización de test masivos, equipos de protección individuales para ciudadanos y profesionales, monitorización del distanciamiento social, y confinamientos selectivos solo para personas afectadas o de riesgo.

Este enfoque, probado con éxito en otros países, resulta ser también el más garantista desde el punto de vista de las libertades individuales de las personas y de la minoración del impacto económico colectivo que está provocando la crisis sanitaria. Tan importante es atajar y vencer la crisis sanitaria, como preservar las libertades y el bienestar social de la nación.

Desgraciadamente, estamos constatando como el gobierno se está valiendo de la crisis y del temor a la enfermedad y su contagio para poner en práctica, con un enfoque totalitario, medidas y normas que socaban la libertad individual de los ciudadanos y de dudoso encaje legal.

Da la impresión, utilizando un símil quizás un poco burdo, que el gobierno considera a toda la población española inhabilitada para conducir su vehículo puesto que puede presentar signos de alcoholemia sin realizar, como es preceptivo, los controles apropiados para, disuadir y penalizar, por un lado, y proteger vidas por otro.

El gobierno se debería centrar, y es su deber, proporcionar los medios adecuados, bien comprándolos en el exterior o bien potenciando su fabricación en España, para que conozcamos cuál es el diagnóstico de la enfermedad a nivel individual y colectivo, y llevar a cabo el tratamiento y la protección necesaria.

Es fácil compartir y observar que la gestión de esta crisis por el gobierno es la gota que colma el vaso del recorte de libertades que estamos sufriendo en España desde que el Sr. Pedro Sánchez asumió la presidencia, ya que tanto el poder judicial, medios de comunicación, CNI, y otros organismos, que se suponen independientes, están siendo objeto de un fuerte control y manipulación gubernamental.

En estas circunstancias y en un momento histórico crucial se impone salvar a España de la deriva totalitaria y de la catástrofe social y económica a la que estamos siendo arrastrados. Es aquí y en este punto, donde hay que suplicar y agradecer que se actúe, sin temor y con valentía, parando ya cualquier apoyo al gobierno que suponga continuar con la restricción de los derechos y libertades con la que nos hemos dotados los españoles con la Constitución.

La última prueba palpable del menosprecio a las libertades y de una gestión calamitosa por parte del gobierno actual, es el plan de desescalada diseñado por el gobierno donde prima la falta de transparencia, la confusión, la apelación a la restricción de movimiento y el condicionamiento de la vuelta a la normalidad social y económica vía unos ratios que son la consecuencia del problema y no los que deberían medir y afrontar la génesis del mismo (pruebas, equipos de protección, aplicaciones de monitorización y seguimiento, medicación, etc).

Da la impresión viendo los hechos que este gobierno más que pretender convencer y solucionar realmente las consecuencias de la crisis, pretende confundir y tutelar a los ciudadanos, considerados meros súbditos con “matrícula” provincial, bajo un prisma meramente ideológico, amnésico y alienante.

De las crisis se sale con “valor” y “valores” y la sociedad española merece y necesita el liderazgo de la oposición para apartar al actual gobierno de la gestión nefasta que está llevando a cabo y sustituirlo por un gobierno de emergencia compuesto fundamentalmente por expertos que tome las decisiones adecuadas sin menoscabo de preservar las garantías constitucionales y el bienestar social de los ciudadanos. Dada la gravedad de la situación, esta es la única forma de ayudar a España en estos momentos sin temor a las críticas que indiquen que no es el momento apropiado o que se está siendo desleal con el gobierno, y mucho menos, con la nación.

Confiando plenamente en su capacidad, compromiso y responsabilidad con la nación española, deseo su acierto, lo cual se lo agradecerá la sociedad española.