Vidas a ritmo de toque de diana y de silencio. Nunca una queja escucharéis. Siempre al servicio de España. Siempre dispuestos sin preguntar para qué, ni con quién ni mucho menos por cuánto. Respeto, honor, humildad, sacrificio y amor a España.
Esta guerra maldita que estamos librando contra el virus, ya nos ha arrebatado la vida de 13 valientes. No pidieron ser héroes y las circunstancias los pusieron en primera línea. No pidieron morir por los demás, pero ahí estuvieron cuando se les ordenó.
Seguramente pasado un tiempo no recordaremos sus nombres, pero perdurarán en nuestros corazones por la huella que nos han dejado. Por esa bandera que juraron, perdieron sus vidas. Por esa patria que muchos denuestan, ellos cambiaron su destino. Por protegernos a todos, ellos perdieron lo más preciado. Descansen en Paz y que puedan alcanzar la luz.
Sirvan estas líneas para reconocer su labor. Para recordarnos que siempre estarán ahí cuando los necesitemos. Para ser conscientes de que nuestros hombres y mujeres de las FF.AA. son lo mejor de este país.
Espero que pronto ondeen las banderas a media asta en homenaje a nuestros caídos y que se les pueda despedir como merecen, aunque sea con nuestro adiós más dolorido. Espero que cuando la pena nos alcance, recordemos su gesta y nos quede un legado de servicio a los demás. Espero que para aquellos que piensan que la muerte no es el final, vean en ellos un ejemplo y obtengan esperanza.
Espero que estás vidas truncadas no sean en vano y sirvan para dar el mejor ejemplo a nuestra juventud. Espero que sus familias llenen el vacío con el orgullo de que han dado lo mejor de ellos por el bien de todos. De que estuvieron en primera línea en los momentos más difíciles porque como decía Calderón de la Barca: "...Que en buena o mala fortuna, la milicia no es más que una religión de hombres honrados.”
Gracias en nombre de todos.