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Tiempo de utopías o un Plan Rico para la Sierra Pobre

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El pasado 15 de enero hacía una crítica generalizada al Plan de la Comunidad de Madrid y manifestaba la carencia de un Plan Operativo capaz de invertir la tendencia a la despoblación de los municipios de la Sierra Pobre, desde la consciencia de que las actuaciones arbitradas son simples medidas paliativas a un enfermo terminal. A continuación explicitaré posibles contenidos de un Plan Rico para la Sierra Pobre.

Todo Plan parte de un sueño y la ambición de donde se quiere situar esta comarca en el siglo XXI, y adopta un modelo ideal de referencia, al cual nos gustaría parecernos; el modelo podría ser Alemania, país que ha sabido distribuir, en toda su geografía, la actividad económica y la población sin dañar en los pueblos, su patrimonio natural. He aquí algunos ejes que, sin ser exhaustivos, podrían constituir pilares del Plan experimental y de choque (las medidas debieran iniciarse en el primer año).

Un primer eje para su desarrollo serían las Autopistas de la Información. La implantación de un sistema 5G ayudaría a ello.

Un segundo eje podría ser la creación de un Tren de Cercanías que articulara el área, con un posible recorrido que enlazara Madrid, Algete, Fuente el Saz, Valdetorres, Talamanca, Torrelaguna, la Cabrera y Buitrago de Lozoya.

Un tercer eje declararía la zona de “movilidad sin humos”, ofreciendo a todos aquellos habitantes una subvención del 50%, a fondo perdido (fp), para adquisición de coches eléctricos; y a los municipios, ajardinamientos, circunvalaciónes, y creación de aparcamientos turísticos para transitarles a pie.

Un cuarto eje subvencionaría el 40% (fp),de compra o rehabilitación de viviendas, con paneles solares, para los que trabajen y/o vivan allí, y una subvención del 40% (fp) para iniciativas populares o empresas que promuevan la instalación de campos solares, eólicos u otras energías renovables, para hacer energéticamente autosuficiente la comarca y prevéan producir excedentes para vender.

Un quinto eje consistiría en medidas que promovieran una rebaja del 50% de la cuota de empresarial a todas aquellos empresas o autónomos que crearan puestos de trabajo en la comarca y una reducción similar en el IRPF del trabajador residente, durante veinte años.

Además se exigiría a la Comunidad la simplificación de trámites para crear empresas y a los municipios suelo, a bajo coste, para su instalación y para la creación de viviendas familiares y de iniciativas residenciales autónomas para mayores y/o discapacitados.

Un sexto eje dotaría de centros de Formación Profesional y ESO de alta calidad en Torrelaguna, Talamanca, Buitrago (mejora del actual) y La Cabrera, y la facilitación, con ayudas (fp)a la instalación, en cualquier punto de la Sierra Pobre, de universidades con campus.

Un séptimo eje mejoraría las infraestructuras socio-sanitarias, y las ratio médico/paciente, tiempo dedicado/paciente, medidas preventivas etc. -lo que supone incremento de personal y dotaciones- y la creación de un hospital comarcal y dos de media estancia (ya aprobado uno) y su ampliación automática según crezca la población.

Un octavo eje potenciaría los valores naturales: rutas y aulas de la naturaleza, mejora del Hayedo de Montejo, desarrollo de rutas del Lozoya y del agua. Recorridos a pueblos serranos (Buitrago, Pinilla, Lozoya, Navarredonda, el Paular, etc).

Un noveno eje se centraría en la promoción de los productos agrícolas, artesanales (Torremocha del Jarama, Patones de abajo etc) y arquitectura popular. En este circuito contemplaría la promoción de restaurantes paisajísticos típicos (Patones de arriba, el Paular etc.) y red de alojamientos rurales y hoteles.

Por último el eje cultural contemplaría la rehabilitación y mejora de bienes arqueológicos (murallas y recinto de Buitrago, Iglesia parroquial y monumentos cisnerianos de Torrelaguna; restos romanos y mudéjares y Cartuja de Talamanca; necrópolis mediaval de Sieteiglesias, abadía del Paular...).

Este apartado promovería bibliotecas y recursos museísticos existentes (por ejemplo el museo Picasso de Buitrago -ya previsto- y el Museo de la Agricultura de Torremocha ) y crearía el Museo del Agua, en la Dirección del Canal de Isabel II y el “Salto”, en Torrelaguna, con visitas guiadas al Pontón de la Oliva y la Presa del Atazar. Asimismo en Torrelaguna se podría abrir, en base a iniciativas público-privadas, el Museo de Pintura Rumana y el Museo del Teatro Popular.

Este esbozo de Plan transformador supone una fuerte apuesta política y económica y exige una financiación adecuada, que superaría los dos mil millones de euros, pero ayudaría a reequilibrar espacialmente la población y la actividad económica en la Comunidad de Madrid, y facilitaría un futuro esperanzador a esta comarca. Responder a este reto es algo que los madrileños debemos a sus precarios habitantes y a la nueva población que, desde España y fuera, llega para enriquecer Madrid. ¡Apostemos por ello!