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Políticas pobres para poblaciones pobres

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Las políticas para la “Sierra Pobre” de Madrid llevan fracasando desde hace décadas. Ni han revertido la caída de su pirámide poblacional, ni han facilitado la instalación de empresas, ni han mejorado sus infraestructuras educativas, ni han mejorado el acceso del transporte entre la capital y sus municipios, por citar cuatro ejemplos clave del subdesarrollo en que, consciente o inconscientemente, los políticos de la Comunidad de Madrid y los alcaldes electos mantienen a esta importante zona geográfica.

La Sierra Norte o sierra pobre de Madrid está formada por 42 municipios y 26.000 habitantes. De los 42 municipios que conforman esta comarca 20 de ellos no superan los 300 habitantes. En relación al conjunto del censo de la Comunidad de Madrid, cifrada en 6,5 millones la Sierra Pobre representa el 0,004 % de su población. A nivel de superficie su 1.253 km2 representan el 15,62% sobre el total de 8.021,80 km2 que tiene la Comunidad de Madrid,

En lo que se refiere a las dotaciones básicas, necesarias hoy para asentar la población y promover el desarrollo, pinta ya la otra cara de la moneda. La falta de dotaciones de transporte público mas allá del automóvil y las deficiencias de funcionamiento que este presenta; la carencia de empresas que empleen mano de obra, poco o medianamente cualificada, por no decir de titulados universitarios; la falta de institutos y escuelas superiores que faciliten una buena educación secundaria, profesional y superior y la ausencia de autopista de la información (wifi, redes de internet etc.), mantienen en el atraso y condenan a la desaparición a la geografía humana que aún habita a este territorio.

De ahí que no pueda asombrarnos el avanzado proceso de envejecimiento que se da en muchos de sus pueblos, la ausencia de jóvenes, que se ven obligados a emigrar una vez llegan a la mayoría de edad, si no antes, tanto para estudiar como para profesionalmente buscarse un futuro, del cual este espacio carece; la escasez de parejas con hijos, y la cantidad de casas en estado ruinoso o semi abandonadas.

Frente a los retos de la supervivencia poblacional y el aumento demográfico; del transporte y comunicaciones, de la viabilidad económica de la zona y de las infraestructuras de la comunicación el gobierno regional ha propuesto una “Estrategia para revitalizar los municipios rurales”, que desde la vicepresidencia intenta vincular al mismo a todas las Consejerías y a Canal de Isabel II, con un presupuesto de 130 millones de euros. En definitiva, económicamente hablando, un mendrugo de pan que contempla timoratas medidas a realizar que, sin discutir la necesidad de las mismas, una vez más pasarán desapercibidas y tendrán escaso impacto en las transformaciones estructurales de esta población.

La falta de ambición y medios económicos de este plan resulta escandalosa, y para muestra fijémonos en un botón, tomemos Torrelaguna de ejemplo, que con sus 4.724 habitantes se presenta como el municipio más poblado de toda la comarca. En este municipio no existe una buena formación profesional, ni ningún instituto de secundaria de probada calidad, ni ninguna escuela universitaria ni nada que se le parezca.

En lo que se refiere a transporte público el autobús prestatario del servicio emplea como media entre una hora y hora y media para desplazarse en los 58 km que dista de la capital, debido a las paradas que debe realizar en los pueblos intermedios, lo mismo que hace cuarenta años. Por cierto tren de cercanías ni se atisba en el horizonte.

Respecto al trabajo desde que hace más de treinta años desapareció la fábrica de prendas y pantalones “Rok”, y el Canal de Isabel II subcontrató sus obras, que fueron las dos principales fuentes de trabajo del municipio, no se ha vuelto a levantar cabeza. Por cierto que el Canal de Isabel II, que consta en el Plan de la Comunidad mantiene, desde hace más de quince años, el edificio de la “Dirección”, su sede comarcal, abandonado y entre sus paredes hoy crecen los aislantus altisimus; y ¿es este Canal el que hoy va a venir a aliviar nuestros males cuando ha demostrado su incapacidad para mantener, con un mínimo de pudor, su sede históricamente más señera? De las infraestructuras de la información y comunicación aquí suenan a sueño.

Los lugareños que mantenemos fuertes vínculos con este territorio, no perdemos la esperanza de dotarle de futuro, pero se necesita para llevarlo a cabo una visión, que parta del conocimiento, y de los recursos humanos locales y de los que hoy habitan, forzados por las circunstancias fuera. Un plan con ambición capaz de buscar una función para esta comarca en el mundo globalizado, y unos ciudadanos con capacidad de liderazgo y de negociación en el ámbito público y empresarial, y un programa que no anide en los despachos, y un presupuesto suficiente y capaz de asumir riesgos razonables y de romper el círculo infernal de la pobreza, de la pobreza de pensamiento de los políticos.