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La derrota

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Estamos a punto de acabar la segunda decena del siglo XXI y nuestro sistema plantea serias dudas. La naciente constitución de 1978 fue un conjunto de cesiones desde un lado a otro de la sociedad. Si bien el régimen de 40 años decidió dar un paso hacia adelante, dejando de lado rencor y todo aquello que dividió nuestro país. Posteriormente, otros se quedaron anclados en el pasado, hacia el año 1934, unos 40 años después de la promulgación de la constitución.

El odio continuó haciéndose patente a través de asesinatos, secuestros, extorsiones y un tenebroso acoso a cualquier persona que, en cuatro provincias al menos, se atrevían a discrepar de la extrema izquierda. Proteger a sus familias llevó a cientos de miles de personas a abandonar sus hogares. Otros, aquellos que no pudieron escapar a tiempo, sufrieron en sus carnes disparos o explosivos perdiendo el bien más preciado de un ser vivo: la vida.

Las víctimas del terrorismo vivas estamos recibiendo día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, constantes vejaciones desde el entorno terrorista y de aquellos que prefieren silbar mirando hacia otro lado. Los asesinos salen de prisión; reciben homenajes en sus pueblos, cuan hubieran ganado una competición deportiva y son acogidos en loor de multitudes. Héroes de mierda abandonan los establecimientos penitenciarios sin haber cumplido de manera íntegra sus condenas, resarcido la responsabilidad civil ni colaborado en resolver más de 350 asesinatos, más de 350 personas cuyo único delito fue no comulgar con la ideología terrorista. Nosotros somos culpables por continuar vivos, mantener la memoria de los asesinados, familias, amigos y solicitar se cumplan la ley, toda la ley, solicitando que los terroristas tengan obligaciones, además de derechos.

Los villanos nos rodean en esta sociedad huérfana de valores. Las plataformas de medios de comunicación, incluidas las redes sociales, dan aire a bastardos especímenes del género humano. Esas malditas "ratas", con permiso de los roedores, vomitan alabanzas de los asesinos de ETA, comparando su ideología "superior" con aquellos que tienen la Constitución Española de 1978 como ley fundamental.

La enésima afrenta es hacer protagonista de una conferencia a un terrorista en la universidad pública. El centro de estudios donde formar a nuestros jóvenes cede su tribuna a un fulano, que asesinó a dos personas de manera fría, intencionada, con premeditación, abusando de posición y negando la posibilidad de defensa a su víctima por motivaciones terroristas. Despojado de humanidad, ahora se hace con un altavoz para declamar las condiciones de los presos de una banda que ha aterrorizado, atemoriza y vive a costa del resto de ciudadanos.

El discurso de un terrorista sin arrepentir ya lo conocemos de sobra. No en balde, gracias al compadreo del PSOE en primera fila y Partido Popular ejerciendo de comparsa, cuyos devaneos dejaron de perseguir con la milésima parte del valor de todos los asesinados. El partido pro-etarra BILDU gobierna en muchos municipios, tiene la llave del gobierno en Navarra y, probablemente, sirva de apoyo para el gobierno de España.

No, ETA ya no mata ni secuestra ni extorsiona. Su estructura mantiene un secreto sepulcral sobre los crímenes sin resolver. Ahora su forma de vida ha cambiado. Disfrutan del dinero público, controlan las escuelas, modelando el pensamiento de los niños. ¡Ojo, llevan años haciendo eso! Ahí incluiremos al PNV, cuyas juventudes fueron el germen de ETA y cuyos dirigentes se ufanaban de esperar tranquilos: "unos sacuden el árbol, otros recogen las nueces".

Los delincuentes mantienen un pulso al estado. Van dando pasos poco a poco, tentando al resto de la sociedad que, gobernada por miserables indolentes, han cedido y asumido su presencia sin dejar de escupir su odio. ¿Quién se imagina en un país ver a un terrorista en televisión sin arrepentirse de sus atentados?

Hace un tiempo se estableció la llamada "batalla por el relato", donde se pretendía que los terroristas no tuvieran la voz cantante sobre la historia de sus atentados. ¡Ah, pardillos! Ellos tienen el apoyo soterrado de los traidores. Los terroristas abrazan la política, dado que resulta más rentable estar de este lado de la línea de la ley que del otro. ¿Qué han entregado a cambio? Nada de nada.

Los partidos que se titulan "constitucionalistas" mienten, se rindieron. ¿Qué suscribieron el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero con los terroristas de ETA? Si no es nada extraño, si nada hay que pueda escandalizarnos o mostrar las vergüenzas de aquella fatídica época ¿por qué no se hacen públicas? Recordamos las palabras del juez Bermúdez: "España no está preparada para conocer la verdad de los atentados del 11M". Sí, los atentados terroristas de ese fatídico día cambiaron la historia de España. Negarlo es de necios.

La derrota está clara. Las víctimas del terrorismo estamos muy cerca de tener que pasar a la clandestinidad.