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Que vuelva Toni

Arrimadas y Roldán, durante una Ejecutiva de Ciudadanos.

Arrimadas y Roldán, durante una Ejecutiva de Ciudadanos. Cs

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Apenas una semana después de haber asistido a uno de los desplomes electorales más brutales que ha sufrido un partido político en nuestra Historia reciente, quienes vemos en el liberalismo progresista una apuesta de futuro no podemos sino pensar en quienes deberían estar ahora con nosotros, y uno de ellos es sin duda Toni Roldán.

Albert Rivera nos ha demostrado que España tiene políticos a su altura, capaces de afrontar ejemplarmente y con responsabilidad las consecuencias de sus actos. Junto con él, políticos igualmente extraordinarios como Juan Carlos Girauta, José Manuel Villegas o Fernando de Páramo, han sabido dar un paso al lado después de servir a nuestro país de forma excelente, demostrando sin duda que Ciudadanos no iba de farol cuando nos vino a decir que venía a cambiar la forma de hacer política.

Por eso mismo, el partido naranja, ahora liderado por la jerezana, salmantina y barcelonesa, pero ante todo española, Inés Arrimadas, es hoy más necesario que nunca. Mientras observamos al decadente bipartidismo compitiendo a ver quién es capaz de robarnos más dinero a los españoles mientras sus extremos izquierdo y derecho no demuestran ser más que hooligans jaleando el espectáculo kafkiano y piratesco desde la barrera, muchos españoles nos sentimos mucho más identificados con un centro político capaz de detener este circo de una vez por todas para que podamos avanzar juntos hacia un futuro más próspero para España.

En cambio, la tarea ya no de construir, sino de mantener en pie una alternativa liberal solvente y capaz de afrontar los retos actuales es particularmente dificultosa, como bien ha demostrado lo que la mayoría de medios de comunicación han tenido a bien llamar “la debacle de Ciudadanos”. No cabe en cambio excusarse ante la más que evidente campaña mediática contra la moderación en general y contra el liberalismo político en particular, pues como bien dijo el ahora expresidente de Ciudadanos, los éxitos son de todos, mientras que los fracasos lo son de uno mismo.

Para sanar estas heridas, es fundamental que Inés Arrimadas cuente con un equipo de liberales convencidos, que entiendan que la defensa de la unidad de España no es más que la reivindicación histórica del liberalismo progresista: una nación de ciudadanos libres e iguales ante la ley con independencia de su procedencia, sexo, raza, religión, orientación sexual o grado de capacidad. Una apuesta decidida contra los populistas de todos los partidos, tanto contra aquellos que apuestan por la disolución de la nación política como contra quienes quieren que la confundamos con una suerte de arquetipo mitológico, anacrónico, ultraconservador e intolerante con el distinto.

Ciudadanos debe explicar a los españoles que su idea de España es una idea de convivencia, de tolerancia y de respeto entre distintos. Un proyecto que camina hacia la prosperidad de la mano de otras naciones de Europa, que apueste por la cooperación en una época de confrontación. Ciudadanos necesita a personas como Toni Roldán, que entienden que el liberalismo es mucho más que un mero centro político, que es una posición política en sí misma a favor de la concordia y contraria a la radicalización que representan Vox, Podemos y los nacionalistas.

Que vuelva el liberalismo, que vuelva Toni.