Hay políticos que son temidos porque se dice de ellos que quieren terminar con la democracia que ha dado sus buenos frutos al pueblo español que reconoce los avances y que en ocasiones, está siendo cegado por extremismos nacionales que buscan la derogación de la constitución a la que dicen defender para conseguir sus objetivos finales.
Las personas desfavorecidas no comen banderas, su realidad es totalmente diferente al discurso nacionalista español, que tergiversa la realidad, ofreciendo datos falsos, con el objetivo de confundir al ciudadano desinformado y que vota con las tripas, desatendiendo la razón de los hechos que hoy en día son cuestionados porque una gran mentira bien diseñada, es más fácil de creer que la verdad.
La manipulación de la sociedad, es realizada por diversos poderes enfrentados entre sí, que utilizan a sus políticos para poder dominar al pueblo cuyo deber es trabajar para mantener un sistema en el que el 10% de la población más rica concentra el 53,8% de la riqueza y el 1% más rico concentra el 25,1% cuyas inversiones son principalmente en el extranjero, por el supuesto miedo a la presión fiscal.
Tenemos un sistema en el que es capaz de coexistir la empresa privada que genera riqueza y que es necesaria, y la empresa pública que ha sido privatizada con un aumento desproporcionado de las tarifas que sirven para enriquecer a unos pocos y ahogar a la mayoría.
Quién se crea el cuento de que el Estado solo debe ocuparse de la seguridad interior, exterior y justicia, caerá en el pozo de la pobreza, con una vejez donde pasará hambre o trabajará limpiando mesas en una hamburguesería. El Estado debe ser garante de unos servicios públicos de calidad, protegidos con estrictas leyes anticorrupción, para que cese la corrupción protagonizada por personas pertenecientes a los partidos que siempre han gobernado este país. llenándose los bolsillos.
No echemos por tierra todo lo conseguido, reconozcamos la veracidad de los hechos, que nadie nos engañe con enormes banderas y exijamos estrictas leyes anticorrupción con la persecución del fraude fiscal que es el principal problema económico de España.