Blog del suscriptor

El ciudadano complejo sin complejos

  1. Blog del suscriptor
  2. Opinión

Asistimos en nuestros días al nacimiento y consolidación de un nuevo tipo de ciudadano, el ciudadano complejo y sin complejos efecto de la libre circulación promovida por la Unión Europea. La inmigración y emigración, empiezan a deparar la aparición de un número significativo de personas, que han gozado de la posibilidad de vivir y convivir en otros países, bien por intercambio educativo, bien por experiencias de trabajo, han podido disfrutar de otros modos de enseñanza y de acercarse a conocimientos, costumbres y modos de vida diferentes a los suyos, ampliando su círculos de amistad y afectos con otros individuos y grupos, de iguales o no, pertenecientes a otras culturas.

De todas las vivencias que han tenido, han forjado una nueva estructura, en la mayoría de los casos más firme, al desprenderse de algunos ladrillos, dañados en su estructura o simplemente se hallaban, por defecto de fábrica, sin la resistencia de materiales adecuada.

Esta sustitución viene dada por el reconocimiento de que el nuevo país de acogida presenta mejores formas y más sólidos argumentos a la hora de dar respuesta al reto y /o función requerida, y esa sustitución viene dada tras un proceso de observación adecuado como método de perfeccionamiento de la propia personalidad y en base a que el saber cambiar, es una de los saberes más importantes en el continuo proceso de adaptación a que nos obliga hoy la sociedad global.

Asimismo, este contraste sirve también para afirmarnos en aquellos aspectos de nuestra estructura bien acerados y en los cuales poseemos una ventaja comparativa.
Las migraciones, temporales o permanentes,y sus derivas porosas y amorosas poco a poco conforman un nuevo tipo de familias que, a modo de bisturí, van a cambiar el contenido y continente de los países y comunidades que en ellos moran, a pesar de la natural resistencia al cambio que ciertas comunidades migrantes, al tratar de reproducir sus patrones de origen en tierra extraña, van a presentar, sin ser conscientes que algunos de esos rasgos culturales, por su incapacidad para resolver los retos políticos, laborales, sociales o de convivencia, en su países (España incluida), les forzaron a buscar refugio o a emigrar.

Este viaje sin retorno ya se ha iniciado y es cuestión de tiempo el que vaya imponiendo su lógica, de la cual se esperan efectos, algunos perversos y otros bonancibles, entre ellos el poder superar ese bache que caracteriza a nuestro país, y que define desgraciadamente una de sus señas de identidad: la escasa valoración que aquí se tiene por el conocimiento, el pensamiento, la inteligencia y la sabiduría.tanto en las esferas culturales como las académicas, empresariales o públicas.

Sin abordar este hecho, y que ello se traduzca en la reforma de la educación, la universidad, la política,la empresa, los medios de comunicación y la función pública, seguiremos rezagados de los países avanzados, en los cuales baste coger un periódico o televisión de los serios, y analizar los contenidos y el cómo se presentan, para comprender de qué estamos hablando.

Las personas conocedoras de varias culturas van a tener una capacidad de relativizar y de abordar, en mejores condiciones, la sociedad de la diversidad al saber que esta pluralidad de orígenes y referencias necesita ser articulada, como las piezas de un mecano, en la que cada una cumple una función, para generar la cohesión social necesaria que optimice su rendimiento en favor de lo común.

Es necesario por tanto el desarrollo de una nueva arquitectura social que ayude a articular la nueva sociedad global que ya se halla en cada barrio de nuestras ciudades y para la cual, gran parte de los profesionales a cargo, carecen aún hoy de suficientes saberes adecuados, como si la manida integración se diera por naturaleza espontánea.
Los conocimientos para esta articulación, vendrán en parte de metodologías foráneas, pues es conocido el deterioro que sufrimos en el principio del respeto del otro y de su dignidad, de la importancia del mérito, del concepto de ciudadano, de la ética en política, del cumplimiento de las leyes democráticas del Estado de Derecho y de la igualdad de géneros, emanadas de la Constitución.

Sin duda es necesario hacer una lectura crítica de nuestra realidad y la de los países de origen de los inmigrantes, con ánimo de hacer visibles fortalezas y debilidades, y la puesta en marcha de soluciones abordables, serán materia del trabajo de gestión integral comunitaria que queda por hacer.

Por último se necesitan leyes de participación política responsable, y fomentar la participación directa de la ciudadanía en los asuntos públicos que, elegida por sorteo y dotada de una formación adecuada, podría dar paso a la co-gestión en la política, con resultado de un mixto de participación directa y representación, que ayude a superar la actual partitocracia que constituye el principal peligro y el mal de nuestra democracia.